COMPARTIDO POR NANCY DE SU CURSO
DE ANGELOLOGIA
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ARCÁNGEL RAFAEL
- Elemento: AIRE
- Planeta: MERCURIO
- Color: VERDE-DORADO
- Cuerpo: MENTAL
- Símbolo: BASTON CADUCEO (ver imagen) - PEZ
- Significado de su nombre: “Dios ha sanado” - “Sanador Divino” - “Dios Cura” (basándose en la palabra hebrea rapha, que significa doctor o médico).
El Arcángel Rafael es el sanador y el médico divino; a él se le atribuye haber curado a Abraham tras su circuncisión, y es el Ángel que pasó a Moisés un libro con todas las hierbas existentes que curan enfermedades. En la Biblia, el Libro de Tobías cita a Rafael como el sanador de la especie humana, y relata la historia de Tobit y de su hijo Tobías y de cómo el Arcángel Rafael intercedió para que Tobit recuperara la vista, utilizando las entrañas de un pez.
Este Arcángel es la fuente espiritual detrás de toda sanación, y como mensajero de la Providencia Divina trae la curación a todo el que busca ser saludable. Por ello, se lo invoca principalmente para la sanación propia o de otras personas. También nos ayuda a conectarnos con nuestro sanador interno, y a tomar conciencia de la responsabilidad de nuestra propia curación. Rafael es el Arcángel de la medicina, de la ciencia y de la sabiduría. Él nos ayudará a que sanemos en todos los niveles, en nuestra parte física, mental, emocional y nuestra parte espiritual.
La mayoría de las enfermedades comienzan a gestarse en la mente de la persona -o sea en el cuerpo mental-, y como Rafael rige sobre este cuerpo, es así como actúa su poder sanador (en el cuerpo mental, eliminando la causa de la enfermedad). Cuando en nuestro cuerpo se manifieste algún dolor o se refleje alguna enfermedad, recurriremos al Arcángel Rafael para que con su energía sane nuestras dolencias y enfermedades. Ello no significa -bajo ninguna circunstancia- que debamos dejar de acudir a un doctor humano, ni suspender el tratamiento médico que estuviésemos realizando.
Este arcángel tiene la misión de sanar a la humanidad y de sanar el Planeta, también podemos invocarle para que sane nuestros árboles, nuestros mares y para que ayude a sanar todo aquello que esté enfermo en nuestro mundo. Su intervención es especialmente eficaz cuando se le pide que cure a un animal enfermo, ya que éstos están muy abiertos a recibir su amorosa energía sanadora.
Asimismo, se lo puede invocar para curar a otras personas. El siempre acudirá donde sea requerido, pero no puede interferir con el libre albedrío de la persona, si no quiere ser curada. Sin perjuicio de ello, su presencia igualmente brindará un efecto reconfortante y ayudará a reducir el stress y la ansiedad. Es bueno que los médicos y sanadores lo invoquen antes de comenzar el tratamiento con el paciente, para que los oriente y los asista durante todo el proceso.
A continuación transcribiré unos párrafos del libro “LA ENFERMEDAD COMO CAMINO” (de los autores T. Dethlefsen y R. Dahlke): “Enfermedad significa: pérdida de una armonía o el trastorno de un orden hasta ahora equilibrado. Ahora bien, la pérdida de armonía se produce en el plano espiritual, en la conciencia; y en el cuerpo sólo se muestra. Así, el cuerpo material es el escenario en el que se manifiestan las imágenes de la conciencia. Por lo tanto, si una persona sufre un desequilibrio en su conciencia, ello se manifestará en su cuerpo en forma de síntoma. Por lo tanto, hay que diferenciar la enfermedad (plano de la conciencia) del síntoma (plano corporal).
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Cuando en el cuerpo de una persona se manifiesta un síntoma, éste llama la atención generando una molestia y desde ese momento no tenemos más que un objetivo: eliminar la molestia. El ser humano no quiere ser molestado, y ello hace que empiece la lucha contra el síntoma. Lo que debemos eliminar no es el síntoma, sino la causa. Vamos a poner un ejemplo: un automóvil lleva varios indicadores luminosos que sólo se encienden cuando existe una grave anomalía en el funcionamiento del vehículo. Si durante un viaje se enciende uno de los indicadores, ello nos contraría y nos sentimos obligados por la señal a interrumpir el viaje. Por más que nos moleste parar, comprendemos que sería una estupidez enfadarse con la lucecita; al fin y al cabo, nos está avisando de una perturbación que nosotros no podríamos descubrir con tanta rapidez.
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Por lo tanto, nosotros interpretamos el aviso de la lucecita como recomendación de que llamemos a un mecánico que arregle lo que haya que arreglar para que la lucecita se apague y nosotros podamos seguir viaje. Pero nos indignaríamos, y con razón, si para conseguir este objetivo, el mecánico se limitara a quitar la lámpara. Lo procedente es eliminar la causa de que se encienda la señal, no quitar la bombilla. Pero para ello habrá que apartar la mirada de la señal y dirigirla a zonas más profundas a fin de averiguar qué es lo que no funciona. Lo que en el ejemplo era el indicador luminoso, en nuestro tema es el síntoma. Es absurdo enfadarse con el síntoma y tratar de suprimirlo impidiendo su manifestación. Si queremos descubrir qué es lo que nos señala el síntoma, tenemos que apartar la mirada de él y buscar más allá. En suma, la enfermedad es un estado que indica que el individuo ha dejado de estar en orden o armonía. Esta pérdida del equilibrio interno se manifiesta en el cuerpo en forma de síntoma.
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El síntoma es, pues, señal y portador de información, nos señala que nosotros, como seres dotados de alma, hemos perdido el equilibrio. Cuando el individuo comprende la diferencia entre enfermedad y síntoma, su actitud básica y su relación con la enfermedad se modifican rápidamente. Ya no considera el síntoma como su gran enemigo cuya destrucción debe ser su mayor objetivo sino que descubre en él a un aliado que puede ayudarle a encontrar lo que le falta y así vencer la enfermedad.
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La enfermedad no es un obstáculo que se cruza en el camino, sino que ella en sí es el camino por el que el individuo va hacia la curación. La enfermedad siempre es una crisis y toda crisis exige una evolución. Ella quiere conducirnos a zonas nuevas, desconocidas y no vividas; cuando, consciente y voluntariamente, atendemos este llamamiento damos sentido a la crisis”.-
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El Arcángel Rafael es el patrono de los médicos, enfermeras y sanadores. Y aunque este Arcángel no se relaciona con el dinero, estas personas dedicadas a la sanación sí lo pueden invocar para que los ayude a conseguir dinero para poner su consultorio, o realizar especializaciones, cursos, etc.
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Si bien Rafael es el sanador divino por excelencia, al regir el elemento aire, también se lo pude invocar para que nos ayude en temas relacionados con la actividad mental: estudios, concentración, resolver problemas, habilidad comercial, negocios, papeles, etc. Cuando nuestra mente se bloquea y no somos capaces de ordenar nuestros pensamientos también acudiremos a Rafael.
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También nos ayuda mucho en todo lo referente a las comunicaciones. Siempre que tengo que hablar en público o participar en una reunión de trabajo, primero invoco a Rafael para que me ayude a expresar mejor mis ideas. La energía de este Arcángel brinda capacidad para transmitir y enseñar.
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Por otra parte, Rafael es el Arcángel custodio de los viajeros. Invocalo cuando tengas que viajar para llegar a tu destino sin complicaciones. Del mismo modo, ayuda a los que quieran emprender un “viaje interior espiritual”, asistiéndoles en la búsqueda de verdad y orientación.
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Imagen del Arcángel Rafael: Rafael es muy dulce, cariñoso, alegre y amable. Suele manifestarse como un hombre joven y sabio, con túnica de color verde y dorado. En su mano lleva el famoso bastón “Caduceo de Mercurio”. El caduceo se encuentra en los monumentos egipcios construidos antes de Osiris. El Caduceo de Mercurio o Hermes, es un símbolo cósmico, astronómico y espiritual, que representa el reestablecimiento del equilibrio perdido entre la vida y las corrientes vitales que desempeñan diversas funciones en el cuerpo humano. Físicamente, el caduceo también representa la espina dorsal. Cabe mencionar que las imágenes católicas siempre lo representan llevando un pez en la mano.
Parroquia Católica San Rafael Arcángel: se encuentra en la calle José Pedro Varela 5272 de Bs.As, Argentina. Es una muy linda iglesia en donde la energía de Rafael se percibe de manera bastante intensa. Hay una hermosa estatua del Arcángel en el fondo. Cuando lo invoqué allí, Rafael apareció enseguida, “yo soy la luz divina que sana tus cuerpos”, me dijo y me rodeó con una cálida y amorosa energía. Prestó mucha atención a lo que yo le pedí, y comenzó a trabajar sobre mi cuerpo mental. Su trabajo en mí continuó por varios días.
(Resumen) Podemos acudir al Arcángel Rafael para:
* Sanación física y mental, y en animales y plantas.
* Orientación sobre el tratamiento médico a seguir o el especialista a consultar.
* Eliminar pensamientos negativos.
* Despejar la confusión y tener claridad mental.
* Facilitar la comunicación entre personas.
* Hablar en público.
* Viajes.
* Estudios, exámenes y concentración en general.
Meditación con el Arcángel Rafael para la sanación:
1) Acostarse o sentarse cómodamente con la espalda recta. Respirar profunda y pausadamente. Relajar el cuerpo y la mente, ir desechando uno a uno los pensamientos hasta lograr un buen estado de relajación física y mental.
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2) Visualizar que desde el chakra base (o desde la planta de los pies) salen raíces que se introducen bien adentro en la tierra, nos conectamos con la Madre Tierra. Envíale tu amor y gratitud al planeta.
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3) Visualizar que desde el cielo desciende un tubo de luz blanco-dorado y entra por nuestra cabeza, recibimos esa armoniosa energía divina que nos purifica y energiza. Estás conectado ahora con el Cielo y con la Tierra.
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4) Llevar la atención al centro del pecho. Allí visualizar una llama de tres colores: rosa, dorado y azul. Esta llama representa tu amor, sabiduría y poder interno; cualidades que activas con la visualización de la llama. Concéntrate en el lado rosa de la llama, afirma que eres amoroso contigo y con los demás. Sentí el amor divino. Concéntrate en el dorado de la llama, afirma que eres sabio, todas las respuestas están en tu interior. Concéntrate en el lado azul de la llama. Afirma que eres poderoso y capaz de realizar todo lo que te propongas.
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5) Visualizar como la triple llama comienza a expandirse con cada respiración, hasta convertirse en un gran fuego a tu alrededor que te contiene. Ya has activado tu AMOR, tu SABIDURIA y tu PODER DIVINO.
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6) Centrar ahora la atención en el chakra del corazón. Visualizarse a uno mismo de tamaño pequeñito y dentro de este chakra. Pon la intención de introducirte en tu corazón. Una vez allí, descubres una puerta y la abrís. Al traspasar el umbral ingresas a un hermoso lugar de la naturaleza y te ves muy alegre y feliz, y vestido con colores verdes y dorados.
7) Es el momento de llamar al Arcángel Rafael: Visualizar el caduceo enfrente y pedirle a Rafael que aparezca. Una vez que el Arcángel se presente, percibir su calida y amorosa energía. De su corazón sale un potente rayo verde-dorado que ingresa al tuyo. Sentís como esa energía va sanando y armonizando tus cuerpos (especialmente el físico y el mental). Percibís como el Arcángel va eliminando tus pensamientos negativos. Una vez que sientas todo tu cuerpo bañado con esa energía, visualiza en la palma de tus manos el Caduceo y dirígelas luego a las partes de tu cuerpo físico que específicamente necesiten ser tratadas. Percibía la energía que sale de tus manos hacia tu cuerpo.
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8) Si quieres enviarle a alguien esta poderosa energía sanadora, luego de que Rafael haya trabajado contigo, visualiza a la persona delante de ti y rodeada con el símbolo caduceo. Desde tu corazón envíale esta energía verde dorada. Rafael también comenzará a enviarle energía desde su corazón a esa persona. Es muy importante que visualices a la persona contenta, sana y radiante mientras le envías la energía con total convencimiento de que la sanación se está llevando a cabo efectivamente.
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9) Para finalizar, el Arcángel coloca el Bastón Caduceo en tu columna (esa es su iniciación) y te dice un mensaje….
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10) Despedir y agradecer a Rafael por el amor y bendición que nos brindó.
Ritual del Arcángel Rafael: Realizarlo preferentemente mirando hacia el Este. Con algo que represente el elemento aire (un sahumerio, carboncito, una pluma, etc.). Deben estar presentes los colores verde y/o dorado en tu ropa, o en plantas y piedras.
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1) Pedirle a nuestro ángel guardián que nos guíe, que facilite el contacto con el Arcángel Rafael y que nos proteja durante todo el ritual (verse dentro de una esfera blanca-dorada protectora).
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2) Encender una vela verde o dorada diciendo en voz alta: “Te doy vida en nombre del Arcángel Rafael”.
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3) Anotar en un papel todos nuestros pensamientos negativos (“yo nunca voy a poder ser feliz”, “no voy a encontrar una pareja amorosa”, “no tengo suficiente dinero”, “nunca voy a trabajar en un empleo que me guste”, etc.).
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4) Conectarse con el Arcángel Rafael (llamarlo mentalmente, visualizarse rodeado de una energía verde-dorada, visualizar el caduceo enfrente y en la palma de las manos).
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5) Pasar el papel por el sahumerio, carboncito o por el aire de un ventilador mientras le pides a Rafael que elimine todos tus pensamientos negativos que no te permiten ser feliz ni evolucionar.
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6) Luego quemar el papel con la llama de la vela con total convencimiento de que los pensamientos negativos fueron eliminados. De ahora en más depende de vos crear nuevos pensamientos positivos de fe y esperanza !! .
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7) Agradecer al Arcángel Rafael y al ángel guardián, y apagar la vela.
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CUENTO ZEN:
“Un viejo Samurai les preguntó a sus discípulos:
S: Si alguien te hace un regalo y no lo aceptas, ¿a quién pertenece ese regalo?
D: A quien intentó entregarlo, respondió un discípulo.
S: Pues, lo mismo vale para la rabia, la ira, los insultos y la envidia -concluyó el maestro- , cuando no son aceptados, siguen perteneciendo a quien los cargaba en su interior.”
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