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ENVIADO POR ROBERTO

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Las deudas es sinónimo de escasez. Se pueden tomar como un estado mental dependiendo de la persona .Hay personas que teniendo dinero suficiente prefieren pedir en el abasto un fiado o comprar cosas a amigos y pagar poco a poco y lo que hacen es calentar el dinero de otros, y no entienden que están retrasando su circulación a la prosperidad. La prosperidad no se puede represar porque el universo lo contiene todo para cada quien.

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Debemos aprender que somos creadores, creamos con nuestra mente, damos vida a los sueños a lo que deseamos y necesitamos. Si mentalmente creamos escasez eso es lo que habrá; si pensamos en prosperidad con ideas ilimitadas eso es lo que habrá.

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Si por situaciones de la vida tenemos deudas por un negocio fallido, por falta de empleo , son circunstancias mayores lo que tenemos que hacer es pensar positivamente buscar como solventar la situación sin caer en pesimismo e ir limpiando nuestra mente de esa situación que les aseguro es momentánea porque tenemos la capacidad enorme de crear cosas buenas mientras que por otra parte te aferras a tener a no entregar algo que no te pertenece , que en ley le toca a otra persona estas distorsionando las leyes de la prosperidad, la abundancia y el suministro y el universo no te acompañara en esa acción .

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Las deudas te rompe el equilibro, recuerda el padre nuestro: cito: “Perdona nuestras deudas, así como perdonamos nuestros deudores “, allí estas pidiendo por ti y por los otros y esa energía o vibración positiva se devuelve multiplicado para ti y tus semejantes. Mientras estés acumulando el dinero y no lo pongas a circular no te beneficia para nada y por ende atrasa a las otras personas.

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Debes sentir y accionar con un sentido y sentimiento de ser prospero. Sentirte prospero y actuar ante el universo sin mezquindad no utilizar frases que se convierten en decretos negativos ; “ No tengo dinero” “ Que pasa en mi vida que el dinero se vuelve sal y agua” allí estas creando un vehículo con las deudas y la escasez y si tienes familia esposa, e hijos giraran en el mismo sentido sintiéndose igual o peor que tu porque se llevan tus enojos y resentimientos. Alimenta tu mente con decretos positivos como : “ Me siento acompañado de mi ángel ministrador y los ángeles de la prosperidad y el dinero ya esta , dame las herramientas para materializarlo y ponerlo a trabajar para mi “ Yo soy un ser dichoso “ y prospero así iras cambiando los patrones de in_ prosperidad y las deudas irán disminuyendo hasta que logres ser solvente e independiente de ellas.

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Abre tu mente, piensa y actúa como un ser que tu mundo lo contiene todo………… Amen……

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ELANGELUS. MONICA ZERPA

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http://abundanciainfinita.com/abundancia/adis-a-las-deudas/

Las tristezas del adiós

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Duele, pero en ocasiones no queda más remedio que decir adiós. Unas veces nos despedimos de un amor, otras de un familiar o una amistad especial…

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Decir adiós no es sencillo, y es especialmente difícil cuando la persona que se ha marchado de nuestro lado era un ser querido.

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Pero debemos saber decir adiós, aceptar el final, y saber continuar pese al dolor de nuestro corazón.

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Escribir y leer acerca del adiós y las despedidas resulta difícil y doloroso, porque un adiós significa que un vacío ha quedado en tu corazón. En nuestro paso por la vida hay muchos adioses que se dicen a personas que han pasado por nuestras vidas, amigos que se han alejado, amores que nos abandonaron o abandonamos, familiares que hemos amado con todo nuestro corazón y que la muerte se los llevó donde ya nunca mas volverán…

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Por cada adiós hay un vacío, no es fácil cerrar los ojos y hacer de cuentas como que no está pasando nada en nuestras vidas, al contrario, de alguna manera son sueños que se nos han ido rompiendo.

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Las tristezas del adiós

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pinchan como una aguja en el corazón.
-Diferentes adioses que hemos dado en nuestra vida-
Dolió ese adiós que tuviste que decir, quedaste con el corazón destrozado, tus lágrimas se secaron dejando ojos sin vida, sin luz, pensando en el adiós…

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¿Son los demás quienes se marchan, o nosotros quienes nos quedamos? ¿Cual es la medida de la distancia, con los que mueren o con los que dejan de amarnos y simplemente nos olvidan?

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¿Quién se va, quien se queda?
Una buena pregunta que nos hacemos. Quizás somos nosotros las que nos vamos y los demás quienes se quedan sufriendo… (Para pensar).

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El olvido también es una forma de decirnos adiós, significa que ya no estamos en la vida de quienes se alejaron de nosotras; perder así a la persona que se ama es algo fuerte, es como que caminásemos por cuartos oscuros y no encontrásemos luz que nos ayude a salir de la soledad
Duele mucho decir adiós
cuando nos aman y amamos.

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Por eso nos duele tanto esa palabra, "adiós"
-porque parece eterno-

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Pero aun consciente del dolor que pasas, recuerda que el tiempo lo cura todo, aunque en ocasiones el proceso parezca interminable. Llegará el día en que despertarás queriendo volver a vivir, deseando renacer de nuevo.

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La persona que ama sólo se da cuenta de todo el dolor que conlleva esa pena cuando algo termina, sobre todo cuando es algo definitivo y terminante. En cada etapa de nuestra vida más de una vez debemos decir adiós a alguien que hemos amado, cuando decimos adiós rompemos con todo el pasado y volvemos a ser tan libres como podamos.

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-No pienses que tu vida acaba con el adiós-
Recordemos con amor y cariño todo aquello que hemos vivido, intentemos olvidar los adioses que nos han dicho y que también hemos dado nosotras mismas. Todos los días supone un constante recomenzar en nuestra vida, nada parece eterno, nada parece para siempre.

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Recuerda que sólo muere lo que no era verdadero.
Sigamos con nuestras vidas,
con cada caída nos volveremos a levantar.

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La experiencia nos servirá para madurar. Es bueno guardar silencio cada día, para ver qué nos pasa y hacia donde queremos ir. Debemos aprender a cerrar capítulos para volver abrir otros nuevos, pero con más experiencias y menos fallos. Es bueno que siempre nos miremos al espejo y sepamos desear seguir con nuestra vida, progresar, madurar, luchar y disfrutar.

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Recuerda que todos los seres humanos estamos hechos para vivir acompañados, y por muchos malos momentos que hayamos tenido, lo más hermoso es poder volver a empezar, y saber que entre nosotras y nuestra pareja no habrá adioses porque con seguridad habremos encontrado la persona justa para nosotras.
Recuerda que para probar la dulzura de la vida, habremos probado la amargura.

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El AMOR SINCERO será lo único que te hará feliz, 
eso es algo que mereces, puedes lograrlo…

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Publicado por Energìas Femenias

Nadie nos ha enseñado nunca cuáles son las leyes del sufrimiento y cómo afrontarlas. Habitualmente, el dolor por la pérdida llega de improviso para desestabilizarnos, para rompernos un poco por dentro. Poco a poco vamos recogiendo cada pieza para reconstruirnos de nuevo, sin saber que ese proceso es, posiblemente, el mayor aprendizaje que hayamos obtenido nunca.

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Nadie es inmune a la pérdida, el duelo es algo que todos vamos a sufrir alguna vez: perder a un familiar, romper una relación afectiva o el simple hecho de madurar, supone atravesar diferentes niveles de duelo.

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Lo complicado de todas y cada una de estas formas de duelo, es que ninguno de nosotros se lleva demasiado bien con el sufrimiento, no sabemos gestionarlo, nos desborda y en ocasiones, hasta nos destroza. Porque…¿Cómo hacerlo? ¿Existe quizá una fórmula mágica que nos haga inmunes a la separación, al vacío, al hueco insondable de esa mano que ya no nos sujeta?

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En absoluto. Según nos explican los expertos cada persona deberá encontrar su propia forma de encarar el duelo. Ahí donde encontrar alivio, entereza y la capacidad para levantarse de nuevo.

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La importancia de saberse vulnerable

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La madurez emocional es aquella que sabe avanzar por sus propias pérdidas, que ha aprendido del desapego y que a su vez, concibe las dificultades como experiencias de aprendizaje.

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Es difícil, lo sabemos. Uno puede leer muchas cosas sobre el duelo, puede atender incluso lo que un terapeuta le indica, lo que sus amigos o familiares le comentan para trasmitirle apoyo. No obstante, cualquier pérdida, sea cual sea el nivel, es un acto que uno mismo debe afronta en soledad y con mecanismos propios.

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Nadie va a llorar por nosotros, nadie va a reorganizar sus pensamientos y aliviar nuestro dolor para quitarnos peso. Es una tarea propia que requiere tiempo y que demanda ante todo, comprender que no somos tan fuertes como pensábamos. Que en realidad, somos tan vulnerables como una pluma llevada por el viento.

¿Es esto malo? ¿Es la vulnerabilidad algo negativo? En absoluto, en la propia vulnerabilidad está nuestra verdadera fuerza. Párate un momento a pensar en ello: si te resistes, si te niegas a reconocer que te sientes herido, que tu vida se acaba de romper y que sientes dolor, alzarás ante ti el muro de la negación. ¿Cómo afrontar algo que no reconoces que existe? ¿Por qué negarse a llorar la pérdida? ¿A aceptar que te sientes vulnerable?

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 Reconocer que somos vulnerables nos capacita para ser flexibles y poder adaptarnos, porque el duelo, al fin y al cabo no es más que una respuesta adaptativa a la que se llega mediante el sufrimiento, mediante el dolor.

El duelo como arte de saber “soltar”

Puede que hablar del duelo como una forma de “arte” te cause cierta inquietud. Quizá sea porque las personas preferimos enfocar nuestra vida solo hacia cosas agradables, reconfortantes y positivas. Y eso es bueno, sin duda, pero el placer de la vida lleva implícito a su vez una cuota de sufrimiento ante la que casi nadie es inmune.

No obstante, hemos de aclarar un importante aspecto. A la hora de hablar de duelo siempre pensamos en las pérdidas físicas. En la muerte. Sin embargo, también están los duelos afectivos o emocionales por ese amor al que hemos de renunciar o que nos abandona, e incluso por qué no, al simple acto de madurar como persona, de asumir nuevos valores, de abandonar determinados esquemas de pensamiento para desarrollar otros…

Un proceso de crecimiento interior donde también superamos duelos personales y de identidad en ocasiones, bastante profundos. Algo sin duda, enriquecedor a la vez que necesario. A pesar de ello, son procesos que siempre implican ciertos miedos, porque todo cambio supone una pérdida implícita, e incluso sensación de soledad o vacío.

Hemos de tomar conciencia de que la vida, no es un sereno paseo donde la felicidad está siempre garantizada. La vida en ocasiones duele, y debemos aceptar la frustración, la pérdida y cada uno de los duelos. Porque todos ellos, son caminos hacia una necesitada sabiduría.

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https://lamenteesmaravillosa.com/formas-de-duelo-el-arte-de-saber-decir-adios/