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TENER Y RETENER. Anexo video "Soltar a los hijos con Ho oponopono

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ENVIADO POR PATRICIA

Las realidades más grandes y más bellas, tanto más las tendrás cuanto menos las poseas y retengas.

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Si quieres tener el mar, contémplalo, y abre tus manos en sus aguas y todo el mar estará en ellas; porque si cierras tus manos para retenerlo, se quedarán vacías.

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Si quieres tener un amigo peregrino, déjalo marchar y lo tendrás; porque si lo retienes para poseerlo, lo estarás perdiendo, y tendrás un prisionero.

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Si quieres tener el viento, extiende tus brazos y abre tus manos y todo el viento será tuyo; porque si quieres retenerlo te quedarás sin nada.

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Si quieres tener a tu hijo, déjalo crecer, déjalo partir, y que se aleje, y lo tendrás maduro; porque si lo retienes poseído lo pierdes para siempre.

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Si quieres tener el sol y gozar de su luz maravillosa abre los ojos y contempla; porque si los cierras para retener la luz que ya alcanzaste, te quedarás a oscuras.

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Si quieres vivir el gozo de tener, libérate de la manía de poseer y retener.
Goza de la mariposa que revolotea, goza del río que corre huidizo, goza de la flor que se abre cara al cielo; goza teniendo todo y sin poseerlo, retenerlo.

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¡Sólo así gozarás de la vida, sabiendo que la tienes sin poseerla, dejándola correr sin retenerla!

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http://artenara.wordpress.com/tag/dejar-marchar/

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PREFIERES TENER LA RAZON O SER FELIZ?

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"El problema es tuyo", dice Arthur Jeon, autor del libro City Dharma.

Y es posible que esto sea un poco excesivo para ti, añade, porque hay que comprender esta verdad: si eres tú quien esta enfadado... por la forma como actúa otra persona, el problema lo tienes tú, no ella. Ella está bien, viviendo de la mejor manera (y tal vez la única) que sabe. En definitiva sólo está siendo quien es.

Comprender esto es a veces difícil. Pero nos retrotrae a otra de mis preguntas ¿prefieres tener la razón o ser feliz?

Las personas viven su vida a su manera, que es producto de su condicionamiento particular. Son tan indiferentes a tus deseos como el tiempo atmosférico. Por consiguiente, para tu propia tranquilidad de espíritu, deberías tratar sus actos tan impersonalmente como el tiempo. Esperarías que el tiempo actuara de una forma distinta a como lo hace? ¿Que dejara de llover cuando vas a salir, o de nevar en invierno?

La mayor parte de las veces somos capaces de aceptar las cosas como son; no obstante,  perdemos de vista la perspectiva, sobre todo, cuando tenemos una relación de pareja. Queremos cambiar al otro. Nos forjamos una idea de la forma en la que debería actuar. Aprendimos a decir que el otro "hace" que yo me sienta" de tal o cual manera, en lugar de emplear la afirmación más precisa y honesta de que tal cosa o situación "me hace sentir" de este o de áquel modo.

No..., tú "haces" que tú mismo te enfades. Tú y nadie más es responsable de lo que sientes.
Si hay algo capaz de reducir la irritación, la ira y las dificultades que surgen en una relación, es no tener ideas preconcebidas sobre cómo debería actuar el otro. Él va a seguir siendo quien es.
Como ya he dicho en otras ocasiones: Siempre que intentas controlar a otra persona --qué siente, qué piensa, quién es-- estás construyendo una jaula para ella, pero sobre todo para ti".
 
Arthur Jeon
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TENER EXPECTATIVAS NOS HACE SUFRIR



5889592491?profile=originalEl tener expectativas de las situaciones o de las personas nos daña, nos causa dolor. Si esperamos que algo pase como lo hemos pre-determinado o esperamos que las personas respondan o actúen de acuerdo a lo que para nosotros es lo correcto (o como lo haríamos nosotros), caemos en decepción; por ende tendemos a desilusionarnos y generarnos rabias o tristezas, que las creamos, sin necesidad.


Estamos acostumbrados a esperar. Esperar que nos den, que nos digan, que nos hagan. Pero hay que saber y entender que lo que es de una forma para una persona, no exactamente lo es así para otra. Al esperar actuaciones, palabras, acciones, gestos de las personas y que no nos respondan como lo hemos deseado, solemos caer en críticas y juicios. Criticamos y juzgamos que estuvo bien o no tan bien y eso hace que nos incomodemos con la situación o la persona, ya que no pasó lo que considerábamos que era lo que tenía que ser o pasar.


Considero que podríamos aprender a aceptar las cosas y a las personas tal y como son y tal como suceden. Eso nos evitará malestares, resentimientos, rabias y tristezas que son las que luego, al no saber manejarlas, eliminarlas o liberarlas, se somatizan en alguna parte de nuestro cuerpo y causan lo que comúnmente llamamos enfermedades.
Aprender a aceptar es lo más delicado y esforzado que existe, pues no es una conducta trasmitida por nuestras generaciones, sino más bien un paradigma que se escapa de la mente de las personas. Nos formamos ideas previas según nuestras pautas mentales y creencias de la respuesta a determinada situación y de la salida planificada ante algo que se presente. Nos cuesta mucho entender y asimilar que el universo simplemente Es. Que sigue un orden Divino y Perfecto y que todo sencillamente Es! Es. Es perfecto y es correcto. Nada es malo ni bueno, simplemente ES!


Al comprender y asimilar esta nueva pauta mental, este nuevo paradigma, nos entregamos a que lo que ES. Esto nos libera de la angustia y de la espera y aprendemos a confiar, lo cual nos genera seguridad interior. Nos ayuda simultáneamente a amarnos a nosotros mismos y a entregarnos al orden perfecto de la vida. Entendemos que nuestro creador nos cuida y vela por nosotros y podemos saber que todo lo que pasa es porque es lo mejor. Además podemos aprender a ver a las situaciones como oportunidades de crecimiento, de avance, para cada día ser mejores seres y poder verdaderamente SER!
Por Lic. Magdalena Grimaldi

 

Fuente:http://descubretumago.blogspot.com.ar

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LOS PUENTES SON COMO CIERTAS PERSONAS

 

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ENVIADO POR SILVIA TEJEDA

 

Su importancia se valora cuando ya no están, o cuando están rotos y no se los puede usar. 

 

Existe una cantidad impresionante de puentes: cortos y largos, anchos y estrechos, seguros e inseguros, caros y económicos. Todos tienen algo en común: sirven para unir dos orillas. Atravesándolos, uno siente que, de algún modo, lleva un mensaje al otro lado. 

 

También las personas estamos llamadas a ser puentes, para facilitar el encuentro, para superar aflicciones, para estimular el perdón. Hacer de puente a veces cuesta, pero cuando da resultado, la gratificación es grande.

Yo quiero ser para ti como un puente sobre el río. Del lado de acá está tu hoy, del lado de allá, está tu mañana. Entre los dos lados está el río de la vida: a veces sereno, a veces turbulento, a veces traicionero y a veces profundo y revuelto, pero es necesario atravesarlo. 

 

No soy Dios ni pretendo jugar a ser Dios. Sólo Él puede llevarte con seguridad al otro lado del río. Pero yo quiero ser el puente que haga más fácil la travesía. Si crees que no es bueno pasar, sólo usa mis hombros, si me llego a balancear, no tengas temor.

Alguien me ha colocado en tu camino para ayudarte a cruzar el río. No dudes en utilizarme, y cuando llegues, déjame si quieres. Si me entiendes bien, déjame donde estoy, pero quiero que continúes tu marcha.

Autor desconocido para mì

 

 

 

Que Dios te bendiga.

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