Siguiendo con la misma línea de aunar conceptos y nomenclaturas, que empecé con el artículo de los átomos simiente, el espíritu, la llama trina, etc., creo que es buena idea intentar hacer algo parecido con los diferentes nombres y funciones de partes del sistema energético que poseemos según son explicados por diferentes enseñanzas, escuelas o libros. Me refiero especialmente al tema de cuerpos sutiles, sus correspondientes centros energéticos y sus funciones principales. Lo que todos sabemos es que el ser humano está compuesto por 7 cuerpos sutiles, “perceptibles” más o menos fácilmente a una visión entrenada o desarrollada extrasensorialmente, que están relacionados con los siete chakras primarios, y con los centros de control del cerebro, y que se ocupan de diferentes aspectos y “tareas” de la gestión del cuerpo. Su correspondencia la podéis ver resumidamente en el esquema siguiente:
Centros de control
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Los centros de control principales del cerebro son los llamados el centro instintivo, el centro emocional, el centro mental, el centro espiritual y el centro motor. Los centros emocionales, intelectual y espiritual se dividen en dos, teniendo todos uno inferior y otro superior. El centro instintivo se ocupa del funcionamiento interno del cuerpo, y permite que nuestra máquina funcione de forma automática, sin tener que hacer nada para respirar o para que circule la sangre. El centro motor hace lo mismo, lleva a cabo de forma automática las funciones motrices del cuerpo, para poder andar sin preocuparnos de mover los músculos o para poder hacer acciones repetitivas y mecánicas sin pensar que pasos tenemos que ejecutar en cada instante (por ejemplo, conducir).
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,Gracias a estos dos centros primarios, prácticamente todo lo que nos mantiene vivos se hace sin que nosotros nos demos cuenta. Por otro lado, el centro emocional, evidentemente, es el encargado de gestionar las emociones y sentimientos, procesar los estímulos y reaccionar a ellos cuando es necesario. El centro intelectual es el que razona, piensa, gestiona la memoria, ordena la información, toma decisiones al respecto, etc. Finalmente el centro espiritual es el responsable de la evolución consciente de la persona, de su conciencia, dentro del cuerpo físico usado.
Relación cuerpos sutiles, chakras y centros de control
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Así, con esta pequeña introducción, veamos ahora los diferentes cuerpos sutiles que poseemos y a que funciones corresponden cada uno:
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Primer cuerpo: El cuerpo físico + cuerpo etérico, que suelen considerarse juntos, siendo el cuerpo etérico lo que mantiene unido la estructura química y orgánica del cuerpo físico, ya que es la plantilla o molde del mismo. Está relacionado con el primer chakra, y con el centro instintivo del cerebro.
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Segundo cuerpo: El cuerpo emocional, lleva todas nuestras emociones y sentimientos, pero especialmente los más bajos, los deseos y pasiones. Está relacionado con el segundo chakra, y con el centro emocional del cerebro.
Tercer cuerpo: El cuerpo mental. Portador de todos los pensamientos, ideas, sistemas de creencias, patrones de conducta, memorias, etc. Está relacionado con el centro intelectual inferior y con el tercer chakra.
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Cuarto cuerpo: El cuerpo espiritual. También se le llama el cuerpo causal, y, en algunos libros, se le llama a este cuarto cuerpo el cuerpo astral o el cuerpo búdico. Está relacionado con el chakra del corazón y con el centro espiritual, es decir, con la consciencia de la persona y su nivel de desarrollo. Es este chakra, centro y cuerpo el que actualmente nos permite o importa más en el paso de nivel evolutivo, de densidad, que estamos viviendo.
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Quinto cuerpo: También llamado cuerpo átmico, plantilla etérica o transetérica. Relacionado con el centro motor o automático y con el quinto chakra.
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Y hasta aquí la parte relacionada con los centros primarios. Pero las enseñanzas de El Cuarto Camino nos dicen lo siguiente sobre los centros superiores:
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“Para comprender el trabajo de la máquina humana y sus posibilidades, hay que saber que aparte de los tres centros intelectual, emocional y motor y de las partes que están relacionadas con ellos, tenemos otros dos centros, plenamente desarrollados y que funcionan perfectamente, pero no tienen vínculo con nuestra vida ordinaria ni con los centros a través de los cuales tenemos conocimiento de nosotros mismos. Estos otros dos son el centro emocional superior y el centro intelectual superior. Estos centros están en nosotros; trabajan todo el tiempo, pero su trabajo nunca llega a nuestra conciencia ordinaria. La razón debe buscarse en las propiedades especiales de nuestra pretendida «conciencia lúcida».
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La presencia de estos centros superiores en nosotros es análoga a la de los tesoros escondidos que han buscado desde los tiempos más remotos los hombres que persiguen lo misterioso y lo milagroso; pero es un enigma mucho más grande. Todas las enseñanzas místicas y ocultas reconocen en el hombre la existencia de fuerzas y capacidades superiores — aunque en muchos casos, sólo en forma de posibilidades — y hablan de la necesidad de desarrollar las fuerzas escondidas en el hombre.
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Sexto cuerpo: El cuerpo emocional superior. También llamado cuerpo celestial. Relacionado con el sexto chakra y el centro emocional superior.
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Séptimo cuerpo: El cuerpo samadhico o ádico. También llamado la plantilla cetérica. Relacionado con el séptimo chakra, y con el centro espiritual superior.
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Luego existen otros cuerpos, que corresponden al octavo chakra y al centro intelectual superior, y al noveno chakra, y centro de consciencia universal, ambos situados por encima de la cabeza, que, aunque potencialmente presentes, pocas personas los poseen activados, en pleno uso y desarrollados correctamente. Principalmente el centro intelectual superior no parece tener en la literatura conocida un nombre para concreto para este cuerpo o capa energética final, la más sutil de todas, por estar fuera de los limites de nuestra realidad evolutiva actualmente. El nombre más usado que yo conozco es el de plantilla o cuerpo luminal.
Tipos y niveles de conciencia en la humanidad actual
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Normalmente, la mayoría de seres humanos presentamos los tres primeros cuerpos en mayor o menor medida desarrollados, dando lugar a personas mucho más “instintivas”, si su cuerpo #1 y su centro instintivo son los que rigen sus vidas, a personas más emocionales, si su cuerpo #2 y su segundo chakra son los más activos y personas mucho más mentales, si quien rige su existencia es su cuerpo #3.
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Muchas menos son las personas que poseen un cuarto, quinto, sexto o séptimo cuerpo suficientemente desarrollados como para que sean los que “tomen las riendas” de la vida de una persona. Esto, para los que habéis leído o estudiado a Gurdjieff, os sonará mucho a lo que el denominaba los “7 hombres”, es decir, los diferentes tipos de personas en las que podemos dividir a la humanidad según que grado de conciencia, nivel evolutivo y desarrollo tenemos. Decía Gurdjieff, que todos nacemos como hombres #1, hombres #2 u hombres #3, y que, con el arduo y sacrificado trabajo en uno mismo, te podías convertir en un hombre #4, es decir, que fuera tu centro espiritual y tu cuerpo astral el “gestor” de tu vida.
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Puesto que cada cuerpo obedece a las ordenes del cuerpo inmediatamente superior, una persona #1 no tiene desarrollada suficientemente la parte emocional ni mental como para sentir o razonar correctamente las cosas, de forma que actúa solo por instinto. Cuando alguien mantiene su instintos bajo control según dicten su sentir y sus emociones, entonces se convierte en un hombre #2, que no razona en general mucho las cosas, sino que actúa por una combinación de sensación e instinto. Consecuentemente, un hombre #3 ha desarrollado el poder de su intelecto para ser capaz de razonar y gestionar mentalmente sus instintos y sus sentimientos. Así, a medida que subes en esta visión de la conciencia evolutiva, el hombre #4 es aquel que ha llegado a desarrollar tanto su centro espiritual y su cuarto cuerpo que es este el que tiene control sobre instintos, emociones y razonamientos mentales. Y está en equilibrio en todos ellos.
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David Topi