La tensión arterial es la presión que ejerce la sangre sobre la pared de las arterias. Sus niveles normales son de 110 a 140 mmHg para la tensión máxima (presión sistólica) y de 70 a 90 mmHg para la mínima (presión diastólica). Cuando la tensión se mantiene por encima o por debajo de los valores normales, se habla de hipertensión o hipotensión respectivamente.
Se consideran hipertensas, las personas cuya tensión arterial es superior a 140-90 mmHg. Son numerosas las causas que producen este aumento anormal, sin embargo, en la mayoría de los casos se desconoce su origen.
El elevado nivel de tensión arterial contribuye a incrementar el riesgo a padecer enfermedades vasculares (apoplejías, infarto de miocardio...).
Se consideran hipotensas, las personas cuya tensión arterial es inferior a 100-60 mmHg. La hipotensión es provocada principalmente por el debilitamiento de los vasos sanguíneos, por la disminución de la cantidad de sangre o por el inadecuado funcionamiento del corazón. Aunque la hipotensión no produce tantas complicaciones como la hipertensión, no debemos olvidar que se trata de un desajuste de la circulación y que como tal, también puede producir enfermedades cardíacas.
Reishi y La Tensión Arterial
Un equipo del departamento clínico de la Universidad de Kinki, en Japón, llevó a cabo un estudio en pacientes hipertensos con el propósito de analizar los efectos y acciones del Reishi.
En una primera fase, se estudió los efectos del Reishi en un grupo de trece pacientes hipertensos bajo medicación. Transcurridas cuatro semanas, se observó que siete de los pacientes, había conseguido rebajar significativamente sus niveles, aunque cuatro de ellos, a pesar de experimentar tal reducción, mantenían índices altos. El resto (seis pacientes), consiguió alcanzar los valores óptimos.
Para la segunda fase del estudio se contó con otro grupo formado por diez pacientes hipertensos. El 70% de estos pacientes recibió una combinación de fármacos anti-hipertensivos con Reishi, mientras que al 30% restante sólo se le administró Reishi. Transcurridas veinte semanas se observó que siete de los pacientes consiguieron, aunque sin alcanzar los valores normales, rebajar notablemente su tensión; mientras que el resto de pacientes logró normalizar sus niveles.
En ambos estudios, durante el tratamiento con Reishi los pacientes experimentaron una mejora de sus síntomas subjetivos (cefaleas, cansancio, vértigo...). Se considera que son los triterpenos identificados en el Reishi, los componentes que reducen los niveles elevados de tensión arterial.En otro ensayo sobre el Reishi, se estudió la variación de la presión sanguínea en dos grupos de ratones con hipertensión hereditaria.
Durante dos semanas consecutivas se administró Reishi a uno de los grupos. Finalizada la segunda semana, se comparó la tensión arterial media de cada grupo y se comprobó que en el grupo tratado con Reishi, la tensión arterial había disminuido un 20%. Sin embargo, el dato más significativo se obtuvo transcurridas cinco horas de la primera administración, cuando se observó que la tensión arterial se había reducido drásticamente.
En pacientes hipotensos, el Reishi fortalece los vasos sanguíneos, aumenta el flujo y activa el funcionamiento del corazón elevando la tensión arterial, hasta su normalización.El Reishi tiene la capacidad de estabilizar la tensión sanguínea. Esta afirmación puede resultar paradójica, sin embargo, no debemos olvidar que el Reishi tiene la capacidad de normalizar y equilibrar las diferentes funciones del organismo (adaptógeno). Tiende a regular la tensión, rebajando la hipertensión y aumentando la hipotensión, hasta alcanzar los índices normales.
En hipertensión:
Elimina impurezas de la sangre.Disminuye la viscosidad.Elimina líquidos.Reduce y equilibra la tensión arterial elevada.
En hipotensión:
Refuerza los vasos sanguíneos.Aumenta el flujo de la sangre.Activa el funcionamiento del corazón.Aumenta y normaliza la tensión arterial.