¿Cuántas veces te despertaste con la intención de llevar a cabo tus tareas importantes y terminaste el día con la sensación de no haber hecho nada productivo?
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Eso tiene un nombre: se llama procrastinación, aunque algunos le llaman “el ladrón del tiempo” o “el famoso mañana empiezo“.
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Pero sea como sea ella, la procrastinación, es la culpable de que dejemos de hacer esas actividades importantes y en su lugar hagamos otras que nos resultan más placenteras y que no tienen otro objetivo que alargar nuestra gran tarea.
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Mira esta infografía:
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Lo que puedes ver en ella es “el ciclo de la procrastinación”, es decir, todo lo que podemos llegar a hacer con el único objetivo de seguir retrasando esa tarea importante que deberíamos hacer.
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Pero hay más: debido al ritmo de vida acelerado que llevamos, se calcula que 9 de cada 10 personas sufren “el mal del ladrón del tiempo” como muchos le llaman.
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Y tienes que saber que no es tu culpa… Es más, la mayoría de las veces comenzamos a posponer las cosas por tres grandes razones que se repiten una y otra vez.
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Las 3 grandes razones del famoso “mañana empiezo”
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Me gustaría compartirlas contigo, porque sé que pueden ayudarte a alejar de tu vida este hábito poco saludable:
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1. Por miedo
¿No te pasó nunca que dejaste de hacer algo solo porque tenías miedo de no saber hacerlo, de no estar a la altura o de fracasar?
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2. Por activación
¿Has retrasado alguna vez una tarea, dejándola para después y después y después… Hasta que no te quedó más tiempo para seguir posponiéndola y tuviste que terminar haciéndola de prisa y sin ganas?
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3. Por indecisión
¿Te ha pasado alguna vez que quieres hacer algo pero no sabes por dónde comenzar ni cómo hacerlo y al final te perdiste pensando en la mejor manera de hacer algo sin llegar a tomar la decisión para hacerlo?
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Estas son las tres grandes maneras por las cuáles la gran mayoría de las personas tenemos por costumbre procrastinar, posponer las cosas y “dejarlas para más adelante”.
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Pero además…
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Control mental: Procrastinar tiene graves consecuencias
Entre ellas…
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* Causa estrés y ansiedad porque en el fondo sabemos que en algún momento vamos a tener que hacer esa tarea que evitamos.
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* Hace que malgastes tus energías concentrándolas en tareas poco o nada importantes que se alejan de lo que deberías hacer.
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* Te separa de tus metas ya que la procrastinación está directamente relacionada con la “inacción” y por tanto eso hace que retrases las acciones que te acerquen a donde quieras.
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* Altera tu estado de ánimo y tu humor recordándote constantemente eso que tienes que hacer y aportando más frustración y desgaste.
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Y mucho, mucho más…
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Todos tenemos la capacidad de solucionarlo, lo que ocurre es que la gran mayoría de las veces confundimos la pereza, el agotamiento o la falta de motivación con la procrastinación…
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Y lo que en realidad ocurre es que por uno de los 3 motivos que leíste más arriba, evitamos hacer las cosas que deberíamos estar haciendo.
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Efectivamente, el primer paso está en identificar esto y darnos cuenta de cómo nos sentimos…
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Y recuerda: como dice el refrán… no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy
