ENVIADO POR KAREN
powell (5)
https://www.youtube.com/watch?v=SXLhMkLQ1ao
"Tú Eres Canal de la Abundancia Ilimitada"
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A través del dinero, aprendemos lecciones importantes del alma. Nuestra relación con el dinero, habla mucho de la relación que tenemos con nosotros mismos. . El dinero es una energía creativa que debiera fluir en nosotros de manera natural, tal como fluye la sangre misma y si no es de esa manera, es porque hay muchos bloqueos mentales, emocionales y energéticos que lo impiden.
Todos tenemos la capacidad de ser canales. Sea lo que sea que nos rodee, es nuestra creación y ha sido canalizada por nosotros; por lo tanto, podemos elegir conscientemente nuestras creaciones, eligiendo Ser Canales de Abundancia Ilimitada.
Harumi Puertos. rutasdelalma.com
"Sobre la Abundancia" Eckhart Tolle.
. . . . . Aceptaríamos inmediatamente la situación y nos haríamos uno con ella en lugar de separarnos de ella. Entonces, a partir del estado de alerta, vendría la reacción. Sería una reacción proveniente de lo que somos (conciencia) y no de lo que creemos ser (el pequeño yo). Sería una respuesta poderosa y eficaz que no convertiría a la persona o a la situación en enemiga. . . . .
LA ABUNDANCIA . , , , . .
No es posible recibir lo que no se da. El flujo crea reflujo. Ya posee aquello que cree que el mundo le niega, pero a menos que permita que ese algo fluya, jamás se enterará de que ya lo tiene. Y eso incluye la abundancia. . . . Cuando sonreímos a un extraño, proyectamos brevemente la energía hacia afuera. Nos convertimos en dadores. , ,
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DÍA DE MILAGROS – ORACIÓN PODEROSA DE PROSPERIDAD
.ENVIADO POR MARI
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Yo tuve un ejemplo fabuloso en un viaje a Vietnam que estuvimos allí haciendo obra humanitaria. Recuerdo que yo estaba con mi maestro. Estábamos en el sur de Vietnam donde la gente había estado sufriendo durante tres meses con muy poquita comida. De hecho allí la gente vive en comunidad, las familias son muy grandes y viven todos bajo el mismo techo, los abuelos con los tíos con los primos.
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Todos juntos. Y pudimos aprender que esas personas tenían quizás un pequeño puñado de arroz para alimentar a la familia durante días o semanas. ¿Qué hacían? Hervían ese puñado de arroz en una olla de agua y servían la espuma, la parte superior de la olla, a cada uno. Algo que no podías ni siquiera comer con una cuchara. Cuando llegamos allí, llevamos una furgoneta llena, con 30 toneladas de arroz, y salsa de soja, fideos, cosas así. Pues cada familia venía a recoger su saco de 10 kilos de arroz. ¡La cara de felicidad de esta gente…! Como si fuéramos dioses caídos del cielo…, ¡era inmensa! La sensación que se palpaba ahí.
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Pero mi maestro me dijo: “Suzanne, mira a los niños”. Los niños estaban allí apartados jugando felizmente mientras los padres hacían cola para recoger las provisiones. Y dice: “¿Qué ves ahí?”. “Están felices, están jugando…, descalzos, con ropa muy sencilla… Y esos niños, quizás, dirías que no han comido un plato de comida normal. Viven con extrema sencillez, no tienen más. ¿Los ves infelices?”. “No, en absoluto”. Curiosamente esos niños eran maravillosamente felices a pesar de sus circunstancias. Y me dijo: “Suzanne, tener comida, tener provisiones, tener comodidades, no es sinónimo de ser feliz. Es una gran lección. Aprende de esta lección”.
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En este viaje fui observando las diferentes reacciones, las caras de las personas que saben adaptarse a sus circunstancias. Uno de los lugares que más me impactó fue una leprosería, donde estuvimos interactuando allí con leprosos, y había un leproso que me seguía por todos lados. Y al final le pedí si le podía hacer una foto. Y me dijo: “Espera un momento”. Cogió un pañuelo, lo dobló, lo puso en su pijama, para estar más guapo. Y era feliz. Su cara, a pesar de que tenía tanto dolor en sus dedos, que le era menos doloroso arrancar el dedo que sufría el dolor, su cara mostraba felicidad. ¿Por qué? Porque aceptaba su situación. Aceptaba que su camino le llevaba a pasar por esa experiencia. ¡Cuántas tonterías se me quitaron de la cabeza cuando volví de ese viaje!
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Llegué a mi casa, entré por la puerta, ¡madre mía, cuánta riqueza…! Estaba en un piso de alquiler normalito de Barcelona. ¡Tengo una cama con colchón! ¡Tengo una nevera con comida dentro! ¡Tengo un techo! Y lo que más me hacía sentir esa satisfacción de riqueza…, ¡tenía un váter!, que además apretabas un botón y desaparecía todo aquello. Me sentía la mujer más rica del universo, porque pude valorar lo que no tenían muchos y eran igualmente felices. A partir de ese momento empecé a quitar cosas de en medio -ahora ha venido mi hija y ha empezado a llenar la casa otra vez. Sentía la necesidad de compartir lo que tenía, con personas que no tenían. Empezaba a vaciar armarios, empezaba a…, a ir hacia una vida más minimalista. “Jo, qué bien, cuando se abre un armario y hay espacio dentro”. Y no hay tanta aglomeración de ropa que no sabes lo que hay realmente. Y me di cuenta que cuanto más quitaba para dar con la expresión del amor, del disfrutar de dar, viendo la cara de otra persona que iba a disfrutar y vivir, empezaba a sentirme ligera.
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Conferencia Completa en PDF y tambien en video aqui
ENVIADO POR PATRICIA
Sólo cuando estás bien contigo mismo, puedes estar bien con los demás. Sólo cuando manejas tu soledad, puedes manejar una relación
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar y aceptarte para aceptar, ya que nadie puede dar lo que no tiene dentro de sí. Ninguna relación te dará la paz, que tú mismo no hayas creado en tu interior. Ninguna relación te brindará la felicidad, que tú mismo no construyas.
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas consciente que eres feliz incluso cuando no está a tu lado. Sólo podrás amar siendo independiente, hasta el punto de no tener que manipular ni manejar a los que dices querer. Dos personas que se unen por el deseo de hacerse feliz la una a la otra, fracasarán con el tiempo…
Dos personas que se unen con el fin de compartir su felicidad propia, lograrán una felicidad duradera, y sin ser su fin, harán feliz a la otra.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una libertad responsable. Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía narcisista que sólo trae frustraciones.
Por eso, ámate mucho, madura, y el día que puedas decirle al otro: “Sin ti también estoy bien”… ese día estarás más preparado para vivir en pareja.
Suzanne Powell