Cinco divertidos juegos para conectar con los demás durante estas fiestas
por: Lena Schmidt¡Llegó la temporada navideña con sus fiestas y juegos! Ya sea que te sientas feliz o solitario, todos andamos en busca de conexión. En el libro The Gifts of Imperfection, Brené Brown nos recuerda: “Todas las mujeres, los hombres y los niños tienen una necesidad irreprimible de sentir un profundo sentimiento de amor y pertenencia”.
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Si nos olvidamos de nuestros teléfonos inteligentes suficiente tiempo podremos observar las luces que parpadean y dejarnos llevar por la alegría. He aquí algunas ideas divertidas para sentir esa conexión con los demás en tu próxima reunión.
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1. “Jingle”
Este es un gran juego para conocer a los demás y se juega de esta manera:
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- Formen un grupo y designen a alguien como líder, y luego entréguenle una campana.
- Comiencen a “mingle” (mezclarse) (o “jingle”, tintinear en inglés, si es una fiesta navideña) bailando rítmicamente en círculos cantando “¡mingle, mingle, mingle!” (o “¡jingle, jingle, jingle!”).
- Después de un rato, el líder hará sonar la campana y todos deben encontrar una pareja.
- A continuación, el líder les pide a las parejas que se conecten de una o dos formas tontas (“¡codo con codo!”, “¡dedo con dedo!”, o “¡frente con frente!”).
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- Después de que las parejas se conectan, el líder les hace una pregunta, como:
- .Intercambien respuestas entre parejas.
- ¿Cuántos hermanos tienes?
- ¿A cuántos países has viajado?
- ¿Cuál es tu pose de yoga favorita?
- ¿Cuál es el platillo navideño que mejor te hace sentir?
- Si fueras un animal, ¿cuál serías?
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- Tras unos momentos, el líder hará sonar la campana y todos volverán al baile en círculos.
- Repite unas cinco o seis veces. No sólo habrás conocido mejor a alguien, sino que además tendrás algunos nuevos temas de conversación bajo la manga de tu ridículo suéter navideño.
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2. Sonríe
Un consejo antiguo pero que nunca pasa de moda. Es algo que puedes hacer en todo momento y lugar. Es ideal para las fiestas y la vida cotidiana. Se juega de la siguiente forma:
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- Frunce las comisuras de los labios hacia arriba.
- Decide si dejarás ver los dientes o no.
- Dirige la manifestación de tu luz interior hacia alguien, quien sea. Observa si te devuelve la sonrisa.
- ¡Repite!
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Este juego tiene dos cosas maravillosas: a) nadie necesita saber que estás jugando, y b)incluso si no tienes ganas de sonreír, el acto físico de manipular los muchos músculos de tu rostro en el símbolo internacional de “Te veo, te reconozco, te acepto” hace que se liberen neuropéptidos, serotonina y endorfinas. Esto quiere decir que cuando juegas este juego te sientes bien, lo que a su vez aumenta tus defensas y te hace sentir bien por más tiempo.
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Incluso si al principio te obligas a sonreír, tal vez después comenzarás a hacerlo de manera genuina. Esto probablemente genere un efecto contagioso: aquellos que tengan la suerte de recibir tu sonrisa resplandeciente sentirán un brillo interno y tal vez te devuelvan una sonrisa auténtica (has escuchado que sonreír es contagioso, ¿no?, ¡pues lo es!). No sólo le habrás alegrado a alguien el día, sino que además tal vez inicies una conversación de corazón a corazón en consecuencia. ¡Adelante, inténtalo!
3. Respira
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Es mejor jugar este juego en un entorno tranquilo. Puedes agrupar en parejas a un grupo de amigos o encontrar a una pareja e ir a un rincón de la habitación en la fiesta.
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- Busca una pareja y preséntate.
- Cómodamente, siéntense espalda contra espalda. Puedes cruzar las piernas o hincarte sobre el suelo. Hay que sentarse muy cerca para sentir la espalda al recargarse en el otro.
- Deja que tus manos descansen sobre tus rodillas y cierra los ojos. Respira con naturalidad por unos momentos.
- Después, sin hablar, comienza a coordinar tu respiración con la de tu pareja: inhalen y exhalen juntos. Concéntrate en respirar profundamente, llenando los pulmones al máximo. Observa cómo se siente respirar al unísono. Observa las emociones que aparecen mientras estas ahí sentado. Cierra los ojos y déjate llevar por el momento.
- Después de unos minutos de estar ahí sentados, da una respiración muy profunda y sostenla por cinco segundos, después exhala ruidosamente.
- Voltéate y comparte tu experiencia con tu pareja. Escucha con compasión.
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4. Ríete a carcajadas
¿Qué mejor manera de conectar con los demás que compartir una carcajada? Necesitas un pequeño espacio para esta fuente de carcajadas. Forma un grupo.
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- La primera persona se acuesta en el piso y descansa la cabeza sobre una almohada.
- La siguiente persona se recuesta también y coloca la cabeza sobre el vientre de la otra persona. La siguiente hace lo mismo, colocando la cabeza sobre el vientre de esa otra persona y así sucesivamente.
- Comiencen por respirar profundamente.
- Después comiencen a reírse; primero una risita, entre dientes, luego una de esas risas que hacen ruido como de un ronquido, hasta llegar a la carcajada. Se puede empezar con risas fingidas que darán paso a las risas auténticas y contagiosas.
Estudios demuestran que reír y sonreír reduce la ansiedad y el estrés, además de aumentar la dicha y la gratitud (¡lo cual no nos sorprende!). Este juego termina en el momento en que las risas se apagan. Entonces, puedes regresar a la respiración relajada y rematar con un abrazo.
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5. Apretón de mano
Esta es una forma muy sencilla y dulce de conectar:
- Ponte frente a un amigo y junten las manos derechas.
- Extiendan todos los dedos para que queden rectos y ahora envuelve el dedo gordo de la mano de tu amigo en un “abrazo” con un apretón. Tal vez te sientas como un niño de nuevo y una burbuja feliz de nostalgia estalle en risitas desinhibidas (consulta el juego #2 para conocer todos los beneficios que tiene reírse).
- Comparte un recuerdo feliz de los juegos de tu infancia o alguna ocasión en la que te sentiste libre.
- Repite con otro amigo con tu mano izquierda.
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Un agregado opcional para este juego es inventar tu propia forma de apretar la mano del otro, como un símbolo verdadero de amistad y pertenencia.
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Tenemos miles de nervios y receptores de energía en las manos, que son amorosas extensiones del chakra del corazón. Tocar la mano de otra persona con una intención compasiva deliberada brinda conexión y consuelo.