Nirvana… un estado de conexión en 8 pasos
De acuerdo a diversas tendencias espirituales, podemos sintetizar la definición de Nirvana como un estado de purificación en el que uno está más allá del mundo físico y puede experimentar cierta unión con el universo.
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En el caso del budismo, el Nirvana se alcanza a través de una meditación muy profunda, conociendo primero las “cuatro nobles verdades” y poniendo en práctica el llamado “camino de los ocho pasos”.
Esta es mi simple religión. No hay necesidad de templos; no hay necesidad de filosofías complicadas. Nuestra propia mente, nuestro propio corazón es nuestro templo; la filosofía es la amabilidad. Dalai Lama
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El primero de los ocho pasos para alcanzar el Nirvana es el conocimiento correcto. Se deben conocer y aceptar las Cuatro Nobles Verdades y de esa manera tener una perspectiva recta de la vida: mientras sintamos deseo y codicia seguiremos experimentando dolor y sufrimiento, pues unos son inherentes a los otros.
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El segundo de los ocho pasos es tener determinación e intención correcta. Es decir, que se debe evitar toda clase de deseos similares a la crueldad, la amargura y la lujuria.
La relación espiritual es mucho más preciada que la física. La relación física sin la espiritual es como el cuerpo sin alma. Mahatma Gandhi
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El tercero de los ocho pasos es la palabra correcta: uno debe decir sólo la verdad, y evitar todo tipo de calumnia, difamación, mentira o conversación inútil. A este nivel ya se trata no sólo de lo que hay dentro de uno, sino también de aquello que sale de la persona y aquello que ella produce al mundo.
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El cuarto paso es tener una conducta y un comportamiento correcto, es decir, teniendo una vida correcta, sin inmoralidades ni malas intenciones, A este nivel de los ocho pasos, se trata de aquello que la persona produce hacia el mundo en forma de actos, ya no sólo palabras.
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Si quieres que otros sean felices, practica la compasión. Si quieres ser feliz, practica la compasión. Dalai Lama
El quinto paso es tener una ocupación correcta. La persona que tiene una ocupación o sustento correcto no se dedica a cosas que perjudiquen a otros seres.
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El sexto de los pasos es el esfuerzo correcto. Se debe ser legal y no hacer trampas para conseguir un objetivo.
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El séptimo de los ocho pasos es la contemplación correcta. Uno debe tener una actitud observadora y contemplativa ante el mundo y la naturaleza, libre de toda aflicción o deseo que pueda ocasionarnos frustración o sufrimiento. Asimismo, ser humildes y saber el lugar que ocupa uno en el universo: ni más ni menos.
Finalmente, el último de los ocho pasos es la concentración o meditación correcta.
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Meditando podremos ordenar nuestro espíritu y también podremos controlar todo principio de deseo y toda sensación tanto de dolor como de placer. Alcanzando un estado profundo de meditación podremos mejorar también nuestra vida, consiguiendo que las penas y sufrimiento a las que estamos expuestos en el mundo no entren en el espacio de nuestro ser.
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Fuente. Rincón del Tibet