ENVIADO POR ROBERTO

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Todos establecemos líneas de conexión con diferentes energías del universo. Estas energías tienen que ver con nuestro estado de ánimo, pero también con elementos tan profundos como nuestras creencias espirituales.

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Es importante detectar cuales de estas líneas de energías negativas te están dañando, pues de hacerlo correctamente dependerá tu éxito en la vida, en las relaciones con los demás y tu evolución como persona.

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 ¿Cómo saber si hay energías negativas en ti?

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Estos son los síntomas más habituales que de que estás siendo expuesto a energías negativas. Debes de aprender a identificarlos para poder detenerlos antes de que vayan a más:

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• Agotamiento, dolores de cabeza o problemas musculares

• Cambios en el humor, con estallidos de cólera o de llanto

• Pérdida de la concentración y dificultad para realizar las tareas diarias

• Dificultad para comunicarse y expresar los sentimientos

• Pensamientos negativos sobre ti mismo o los que amas

• Depresión, ansiedad, sensación de tristeza profunda continuada y sin motivo
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¿Cómo detectar el origen de las energías negativas?

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Hay dos causas principales de origen de las energías negativas:

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• Nosotros mismos. Pensamientos como “no soy capaz”, “no me merezco a esta persona” o “mira que feo me veo en el espejo” son síntomas de que estamos produciendo energía negativa contra nosotros mismos. Estamos desequilibrados espiritualmente y debemos de trabajar nuestro interior para lograr el equilibrio.
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• Las llamadas personas tóxicas. Vamos a denominarlas así porque es el término de moda en la psicología. Se trata de personas con sentimientos negativos, que se acercan a ti como si fueran amigos, pero que realmente solo quieren dañar tu espíritu con su energía negra.
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6 Formas para eliminar las energías negativas y sustituirlas por energía positiva

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Meditación

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Ahora sabes cuáles son las energías negativas que te impiden ser feliz y crecer espiritualmente. Medita sobre ellas, piensa cómo has llegado a establecer esas conexiones, cómo has dejado que entren en ti y cómo has permitido que crecieran alimentándose de tu espíritu hasta lograr causarte los daños que estás sufriendo.

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Imagina cómo sería tu vida sin esas energías negativas en ella. Visualízate siendo feliz, repleta de energía positiva y de fuerza espiritual y siente que puedes conseguir llegar a ello.

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Afrontación

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Ha llegado el momento de tomar las riendas de tu vida y de las energías que hay en ti. Para eso vas a tener que cerrar puertas y quizás dejar atrás a alguna persona.

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No es un camino fácil, sobre todo porque algunas cosas es imposible eliminarlas totalmente de tu vida, pero siempre puedes anular el poder que les has dado sobre ti. Por ejemplo, si hay una persona tóxica en tu vida que no puedes evitar, deberás de aprender a no permitirle que te afecte.

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Guías espirituales

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No olvides que no tienes por qué hacer este camino en soledad. Tus guías espirituales pueden ayudarte. Solo tienes que abrir la puerta para que puedan entrar en tu corazón y, mediante la meditación, escuchar sus consejos.

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Sustitución

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Poco a poco, irás sustituyendo toda esa energía negativa que albergabas dentro de ti y que te había bloqueado por sentimientos positivos. La ira, la rabia y en rencor darán paso al amor; los celos a la confianza; los sentimientos de no ser valorado al amor propio y a la autoestima…

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Regeneración

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Según estas energías positivas tengan más cabida en tu espíritu irás sintiendo como te regeneras, como te vas convirtiendo en una persona nueva, más feliz, más plena, que disfruta más de todos los placeres de la vida y de las personas con las que ha escogido vivir.

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Sanación

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El último paso en este proceso es la sanación espiritual completa una vez que hayamos dejado fuera de nuestra vida las conexiones negativas que habíamos establecido. Pero no debemos de descuidarnos, porque si lo hacemos, es fácil volver a establecerlas y dañarnos nuevamente.

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http://blog.metodosilvadevida.com/detectar-energias-negativas

ENVIADO POR ROBERTO

Descodificación Biológica: Tu vida conectada a tu árbol genealógico

By Edgar

¿Se podría evitar y escapar de la repetición familiar y crear nuestra propia historia?

ENTREVISTA A ANNE ANCELIN SCHÜTZENBERGER

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¿Por qué repetimos lo que vivieron nuestros padres o nuestros antepasados?

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Repetir las acciones, las fechas o las edades que han conformado la novela familiar de nuestra línea sucesoria es una manera de mantenernos fieles a nuestros padres, abuelos y demás antepasados, una manera de seguir la tradición familiar y de vivir conforme a ella.

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Esa lealtad es la que empuja a un estudiante a suspender el examen que su padre nunca aprobó, movido por un deseo inconsciente de no sobrepasar socialmente a su progenitor; o a seguir con la profesión de su padre, ya sea fabricante de instrumentos musicales de cuerda, notario, panadero o médico.

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O, en el caso de las mujeres de una misma familia, a casarse a los dieciocho años y tener tres hijos, todas niñas o todos niños.

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A veces, esta lealtad invisible sobrepasa los límites de lo verosímil y, sin embargo, se repite. ¿Conoce la historia de la muerte del actor Brandon Lee? Murió en medio de un rodaje porque, desgraciadamente, alguien olvidó una bala en un revólver que tenía que estar descargado. Ahora bien, justo veinte años antes de este accidente, su padre, el famoso Bruce Lee, murió de una hemorragia cerebral en pleno rodaje de una escena donde si personaje supuestamente moría de un disparo lanzado con un revolver que se suponía que no estaba cargado.

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Mantenemos, literalmente, una poderosa e inconsciente fidelidad a nuestra historia familiar y nos da muchísimo miedo inventar algo nuevo en la vida. En algunas familias, vemos que el síndrome del aniversario se repite, en forma de enfermedades, muertes, abortos naturales o accidentes, durante tres, cuatro, cinco, ¡y hasta ocho generaciones!

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Sin embargo, existe una razón más oscura por la que repetimos las enfermedades y los accidentes de nuestros antepasados. Si toma un árbol genealógico y los accidentes de nuestros antepasados. Si toma un árbol genealógico cualquiera, verá que está lleno de muertes violentas y adulterios, anécdotas secretas, alcohólicos e hijos bastardos.

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Todo esto son cosas que uno esconde, heridas secretas que uno no quiere mostrar. Ahora bien, ¿qué sucede cuando, por vergüenza, por conveniencia o por proteger a nuestros hijos o a nuestra familia, no hablamos del incesto, de la muerte sospechosa o de los fracasos? El silencio alrededor del tío alcohólico creará una zona de sombras en la memoria de un hijo de la familia que, para llenar el vacío y las lagunas, repetirá en su cuerpo o en su vida el drama que han intentado ocultarle. En una palabra, será alcohólico como el tío. (…)

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Pero, esa repetición implica que el chico debe saber algo de la vergüenza familiar y que ha debido oír hablar del desgraciado tío, ¿no?

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¡Claro que no!  Hablar no es necesario para comunicarse; los estudios sobre la comunicación no verbal y el lenguaje del cuerpo demuestran que los seres humanos nos comunicamos a través del lenguaje pero también con el cuerpo, los gestos, el tono de voz, la respiración, la actitud, el estilo de vestir, los silencios, la evasión de determinados temas… La vergüenza, al igual que el secreto, no necesita ser evocados para pasar de generación en generación y venir a perturbar a un eslabón de la familia, un eslabón directo o indirecto, o alguien indirectamente relacionado con la familia o que actúe por lealtad familiar, por identificación. (…)

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¿Se podría evitar? ¿Puede alguien escapar a la repetición y dirigir libremente a su propia historia?

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Para evitar la repetición, es necesario tener conciencia de ella (…). Si el origen del dolor o de la enfermedad está cerca de la conciencia, el mero hecho de visualizar la historia del golpe, seis o siete generaciones, es decir colocarla en el árbol genealógico, en su contexto psico-político-económico-histórico a los largo de los años y, bruscamente, darse cuenta de las repeticiones, puede bastar para crear una emoción lo suficientemente fuerte como para liberar al enfermo del peso de las lealtades familiares inconscientes.

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Evita la repetición y toma tu lugar dentro tu familia: