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decalogo (3)
Entre todos hemos logrado llegar a plasmar una nueva frecuencia en este planeta, aunque aún no todos estemos 100% vibrando en ella…. 10 premisas importantes para lograrlo serían:
1. Me acepto como soy. Todo en mi está bien más allá de cualquier convencimiento en contra de esto. Estoy en camino de evolución así que puedo confiar en mí. Cuido de mi sistema de cuerpos para mantenerlo en un equilibrio dinámico que me permita seguir adelante ya sin más deterioro, sino en proceso de vida.
2. Soy honesto, coherente, equilibrado e impecable en mí pensar, sentir, creer, actuar y decir. Integro mi ego para ser templado al nivel del Alma y del Espíritu, ninguna parte de mi ser es despreciable o descartable, ninguna!
3. Ordeno mi pasado en cuanto a las historias y vínculos vividos y mi presente en cuanto a mis posesiones, compromisos, papeleos y todo aquello archivado por años sin revisar. Voy de a poco, en mis tiempos pero no paro hasta terminar de ordenar y hacer nuevos espacios, ya no cargo con cuestiones innecesarias ni superfluas.
4. Me permito los compañeros de camino (en todos los niveles de vínculo, incluso multidimensionales) que sean afines a mi actual grado de evolución, liberando aquellos vínculos que ya no respondan a ello y haciendo espacio a nuevas relaciones con quienes mi esencia vibre en armonía, tan despierto como este en cada momento.
5. Reviso mi trabajo para ajustarlo 100% a la Nueva Frecuencia, sin que responda más a viejos patrones ni viejos hábitos, sino que se ajuste a la ley de “estoy en derecho de recibir todo lo necesario siendo que de mi doy lo mejor en toda circunstancia”.
Que ninguna obligación, compromiso, miedo o búsqueda de auto sostén como principal objetivo sean mi motor de trabajo sino más bien mi creatividad. Me entrego, por lo tanto, al flujo de la providencia de mi Espíritu y del Uno. Dado que a ello pertenezco, no tomo más decisiones basadas en el miedo a la carencia o a ningún otro miedo sino decisiones que solo respondan a lo que mi interno me dicta en cada instante.
6. Reconozco un solo Maestro Guía e Instructor en mi existencia y este es aquel que mora en la profunda cámara de mi Ser Esencial.
7. Tengo la valentía de desechar toda doctrina, filosofía, convencimiento, instrucción, técnica, metodología, mandato, costumbre, aprendizaje, y lo que fuere que no resuene con mi esencia, mi corazón y mi pensamiento genuino. Por lo tanto supero todo miedo que aún permanezca implantado en mí como herencia de milenios de imposiciones ideológico/emocionales.
8. Continúo, sin claudicar, en el camino hacia la integración de mi Ser, trayendo incluso aquellas partes y/o reflejos de cualquiera de mis dimensiones que pudieran haber “quedado navegando” en cualquier tiempo, espacio y/o dimensión. Atento siempre a la sutileza de los hilos que se mueven detrás de cada evento en mi vida.
9. Camino hacia mi equilibrio y felicidad personal e íntima. Hacia mi gran capacidad de Amar. Hacia todo mi conocimiento, talentos y sabiduría y hacia mi poder de manifestación, todo ello disponible, seguramente, en los archivos de mi Alma. Lo hago sin creer, jamás, que esto es un acto egoísta sino más bien el cumplimiento de mi parte dentro del Todo. Por lo cual soy consciente de la frecuencia que irradio en cada instante, llevando a mi entorno por lo menos a esa frecuencia. O sea: Amar en plenitud y así hacerlo sentir!!!
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10. Camino en alegría dando y provocando risas y sonrisas, abrazos y caricias. Reconociendo lo bello y la sombra también. Sin abrir juicios de ningún tipo sino más bien disfrutando el devenir en la certeza de que todo es parte de un lenguaje misterioso, profundo y eterno.
Nada de esto es imposible para nadie, ya no. Tampoco hay que ser alguien tan elevado para llevarlo a cabo… nadie debería auto limitarse diciendo no puedo, o no llego a esto. Se trata de decidirse y actuar en consecuencia.
Se trata más de soltar lo antiguo que de acceder a lo nuevo.
Cuando nos hemos templado en esta nueva frecuencia nuestro pensamiento llega a ser tan poderoso que desde él podemos actuar sobre cualquier realidad involutiva, de sufrimiento, de carencia, de abuso o de dolor en cualquier situación y lugar del Planeta … pueden creer esto!! Por lo menos pueden intentarlo!!
1.He parido un hijo que no es mío. Lo entrego al mundo.
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2.Este hijo no ha venido a cumplir mi proyecto, ni los proyectos de mi árbol genealógico, sino el suyo propio.
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3.No lo bautizo con ningún nombre ya presente en el árbol, ni con nombres que le impriman un destino.
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4.Se lo doy todo, lo crío con afecto, sin dejar de ser yo misma, sin adicción al sacrificio, sino con responsabilidad y desde la libertad.
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5.Le ofrezco herramientas que ayuden a construir el edificio de su propia vida, pero acepto que tome libremente las que el juzgue adecuadas y rechace las inadecuadas para él. Me doy cuenta que la mejor manera de enseñar a un hijo no es con mítines, ni con límites, sino con el ejemplo.
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6.Acepto que deje de llamarme “mamá” cuando él lo decida, para pasar a llamarme por mi propio nombre, porque así rompe lazos de dependencia y la relación entre ambos se equilibra.
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7.Le permito y facilito que tenga un espacio privado e íntimo en la casa que sienta como su propio territorio.
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8. En cuanto a la elección de sus amistades, de su carrera, de sus actividades de ocio, etc., le escucho, le doy mi parecer, pero no selecciono nada por él, ni le prohíbo ni lo obligo.
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9.Dejo que mi hijo cometa errores, que se caiga, que no sea perfecto. Comprendo que cada fracaso es un cambio de camino y con ellos se crece cada día; si lo protejo demasiado lo bonsaitizo, nunca será adulto.
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10.Jamás definiré a mi hijo (“es tranquilo”, “eres nervioso”, “es tímido”…), porque entiendo que los niños se forman su autoconcepto a partir de lo que sus padres dicen de él. Le transmito que dentro de él están todas las posibilidades del ser, lo es todo en potencia.
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Texto: Alejandro Jodorowsky
Arte: André Ajibade
