.
.
.,
https://drive.google.com/file/d/1GTZUBZzmRwRH_dFR3wy-CJw3dH_SBGG7/view?usp=sharing
.
.
.,
https://drive.google.com/file/d/1GTZUBZzmRwRH_dFR3wy-CJw3dH_SBGG7/view?usp=sharing
By Francisco Sáez • 12 Marzo, 2012
“Conocerse uno mismo es el principio de toda sabiduría.” ~ .Aristóteles
Probablemente, una de las tareas más difíciles para un ser humano es conocerse a sí mismo.
En primer lugar, muchos de nosotros si siquiera somos conscientes de su importancia. Pasamos la vida reaccionando ante los acontecimientos que tienen lugar, sin realizar elecciones conscientes basadas en quiénes somos y qué queremos.
En segundo lugar, incluso los que pensamos que hacer un buen inventario de nosotros mismos nos ayudará a ser mejores en cualquier ámbito y buscamos ese conocimiento de forma proactiva, no lo tenemos muy fácil.
Según la neurología, resulta que a nuestra mente consciente le gusta darnos explicaciones un tanto engañosas para mantener intacta nuestra visión del mundo. Si a esto añadimos que la mayor parte de nuestro comportamiento está programado en nuestro subconsciente, y por lo tanto, fuera del alcance de nuestra mente consciente, es probable que estemos bastante equivocados en la percepción de la clase de persona que somos y en por qué hacemos realmente las cosas que hacemos.
Teniendo en cuenta que tenemos esos puntos ciegos en la mente y que la verdad es menos obvia de lo que parece, hemos de aprender a cuestionarnos todo si queremos conocernos mejor. Como un investigador hace con las pruebas, hay que tratar de analizar nuestras acciones de forma aislada, sin sesgos de ningún tipo.
Esto es francamente difícil. La gente que nos conoce razonablemente bien puede ayudarnos a saber como somos, siempre que tengan la confianza suficiente para decirnos la verdad y no lo que creen que queremos oir. En algunos casos, la ayuda profesional puede ser muy valiosa. Tengo una amiga que empezó a ir a un psicólogo porque andaba un poco perdida, y ha terminado descubriendo cosas sobre sí misma de las que no tenía ni idea. Ha cambiado muchísimo—para mejor—, y siempre que hablamos del tema, repite la misma frase: “Todo el mundo debería ir a un psicólogo”.
No hay una fórmula mágica que funcione para todo el mundo. Conocerse bien es un proceso duro, lento y pesado, que depende de cada persona y que probablemente no terminará nunca.
Por supuesto, hacer algo de introspección personal de vez en cuando es una buena base sobre la que trabajar.
Saber identificar nuestras emociones y sentimientos, conocer nuestras virtudes y nuestro defectos, analizar nuestras relaciones con los demás, entender cómo nos afecta cada cosa… todo eso es fundamental para nuestro desarrollo personal, no sólo para tener éxito en nuestra carrera profesional, sino para ser mejores en cualquier ámbito, personal y social.
Si te conoces bien a ti mismo puedes trabajar en aquellos aspectos que te ayuden a desarrollar todo tu potencial. Y si, gracias a eso, consigues que lo que haces para vivir esté relacionado con lo que da sentido a tu vida, ¡bingo! Tu motivación, rendimiento y productividad serán muy superiores.
Si no sabes quien eres no podrás definir tus metas, te será muy difícil mantener la motivación, no serás capaz de tomar buenas decisiones, no sabrás aceptar o rechazar adecuadamente tus compromisos… Te costará mucho tener una vida productiva y, peor aún, tener una vida feliz.
Puedes empezar por dos preguntas sencillas: ¿Qué te apasiona hacer? ¿Cómo quieres que sea tu vida?
Publicado por Noemì en O.I.