Nuestra relación con el mundo se produce mediante el intercambio de energía a través de nuestros chakras, y es posible tener conciencia de ello si prestamos atención a lo que ocurre cuando interactuamos con otras personas.
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Las interacciones a nivel energético cuando dos personas se conocen podrían asimilarse a una función de escáner completo, en el que evaluamos su nivel vibracional, la apertura o cierre de sus chakras, sus patrones energéticos a nivel de personalidad, sus bloqueos, su forma de relacionarse con los demás... Esta evaluación se realiza a nivel subconsciente y a nosotros nos queda la sensación de si esa persona nos cae bien o mal, y en el mejor de los casos se produce una sensación de conexión, cuando la compatibilidad es elevada.
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En el caso de dos personas muy compatibles a nivel sexual, se puede sentir ese hormigueo en el bajo vientre, esa excitación que se suele denominar "calentón", que no es más que el enlace a nivel del primer chakra y que provoca toda una serie de reacciones hormonales que conducen al deseo de un intercambio sexual inmediato.
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Si coincidimos en personalidad con la otra persona puede que se formen lazos afectivos de amistad, o de aprecio, que surgen del segundo chakra.
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Si además esas personas tienen formas de pensar parecidas y comparten a nivel intelectual gustos e intereses, se produce una conexión desde el tercer chakra, dando lugar a esas interminables conversaciones en las que saltamos de un tema a otro, a cual más fascinante, y que parece que el estar con esa persona nos inspira.
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Si nuestro nivel afectivo está en un momento similar, y si aquella persona conecta con nosotros a nivel del corazón, nuestros cuartos chakras brillan y vibran al unísono, produciéndose la sensación de "enamoramiento", en la que el Amor por la otra persona nos vuelve abiertos, generosos, entregados.
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En general las relaciones funcionan a estos cuatro niveles, pudiéndose producir conexiones también a nivel espiritual.
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Fuente Facebook
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