En el nivel esencial todo es uno, el todo y la nada combinados en el gran vacío que los antiguos indúes llamaron el Akasha, los taoistas en China llamaron Tao, y nuestros físicos cuánticos actuales llaman el campo del punto cero ó el campo cuántico. El universo físico, en donde residen nuestras personalidades, es dual, compuesto de muchas partes y límites. En su nivel más nuclear, este universo físico está hecho de vibraciones, frecuencias, ondas de luz, ondas que se convierten en partículas cuando las observamos. Este universo físico está hecho de una red de frecuencias y distintas sub-frecuencias, todas las cuales se influencian mutuamente y frecuentemente se combinan para componer varias experiencias complejas. Damos esto por hecho, pero al hacerlo fallamos en la comprensión de la naturaleza de esta realidad y en cómo funciona. Cuando fallamos en comprender cómo funciona nuestra realidad virtual no somos capaces de interactuar con la vida en una manera altamente consciente para poder crear exactamente lo que queremos.
La rueda medicinal es un antiguo mapa chamánico que se refiere indirectamente a esta red de frecuencias y las organiza para nosotros. Hay tantas ruedas de medicina como tribus hay en este mundo y, sin embargo, aunque hay diferencias importantes, algunos aspectos básicos son siempre los mismos. Aquí vamos a utilizar la rueda medicinal como una herramienta básica para entender algo más sobre los campos de frecuencias con las que interactuamos cada día. Sería tentador pensar en estos campos como un espectro ocupando posiciones superiores e inferiores en relación mutua, pero eso no sería exactamente correcto. La verdad es que estos campos coexisten, anidan juntos, son iguales en valor y no forman un espectro con posiciones más altas y más bajas. Sin embargo, cada campo o frecuencia es en realidad un conjunto de vibraciones que se pueden utilizar ya sea positiva o negativamente, según sea el caso. En lugar de pensar en lo negativo como malo, sería más exacto decir que utilizar las frecuencias negativamente produce simplemente un conjunto diferente de resultados, por ejemplo, más sufrimiento en lugar de la alegría de utilizarlos de manera positiva.
¿Cuántos de estos campos existen? Eso se desconoce. Hay conjuntos de frecuencias que como seres humanos experimentamos y hay algunos que no pueden ser experimentados en la forma humana, pero quizás puedan ser experimentados en alguna otra forma en otras partes del universo de la que no tenemos conocimiento. La vida está en todas partes en este universo y existe una red de frecuencias con un conjunto infinito de conexiones que existe como un trasfondo de soporte para las experiencias en todos lados.
Otra manera de hablar de estas frecuencias sería citar los arquetipos de los que C. G. Jung hablaba, o los campos mórficos referenciados por Rupert Sheldrake. Estos se refieren a las principales experiencias comunes que parecen existir en el inconsciente colectivo. Son comunes a todos los seres humanos por acuerdo en los niveles más profundos, y surgen cuando son necesarios para catalizar la transición y el cambio espiritual, físico, emocional y psicológico.
Antes de seguir adelante con este tema permítanme dar algunos ejemplos acerca de lo que estos campos parecen. Podemos afirmar que un campo es el masculino con todos sus atributos, tales como la generosidad, la actitud protectora, la fuerza, la contundencia, y la orientación a la acción. También lleva las cualidades de la violencia, el control y la agresión. Obviamente, este campo tiene muchos subcampos dentro de él. Otro campo es el femenino con sus atributos de receptividad, nutrición, soporte y equilibrio, mientras que exhibe alternativamente caos, voracidad y manipulación. Una vez más el femenino tiene muchas vibraciones dentro de él, dependiendo de lo que buscamos experimentar. Además, el campo de lo femenino incluye el subcampo que llamamos la madre, representada por la dirección sur de la rueda medicinal.
Otros campos o conjuntos de frecuencias están relacionados con la belleza, la claridad, la conectividad, la sabiduría, la capacidad lúdica, los animales, las plantas, los minerales, las gemas, el viento, el agua, la tierra, y una lista casi infinita de otras cualidades que experimentamos y entran en contacto con nosotros como seres humanos.
Examinemos esto un poco más. Todos los animales se relacionan con el mismo campo o frecuencia. Sin embargo, cada animal es único y tiene sus propias cualidades y dones específicos, algo que los chamanes llaman su medicina. Si queremos, podemos invocar a la frecuencia de los animales en general, o podemos llamar a una subcategoría de animales tales como insectos, aves, reptiles, mamíferos de cuatro patas, peces, crustáceos, y así sucesivamente. Si queremos ser más especializados aún, podemos llamar a un tipo específico de reptiles como la tortuga, el lagarto o la serpiente, o una subcategoría de aves, tales como aves de presa, córvidos, buitres, colibríes, loros, y así sucesivamente. Si queremos una especialidad podemos llamar al águila, al cuervo, al cóndor, al pájaro del amor, y así sucesivamente. Pues dentro del ámbito más amplio de los animales en general hay decenas de miles de animales que forman parte de este campo, pero que tienen su propio sabor único del campo. Lo mismo podría decirse de las plantas o de los minerales, o de las piedras semipreciosas y preciosas.
Foto por h.koppdelaney
Los buenos cazadores, los entrenadores de animales, los susurradores de caballos, y los investigadores de animales están afinados con el campo de los animales y algunos resuenan con los campos de animales específicos, como los chimpancés. Estas habilidades son anomalías que no son aleatorias ni curiosas sino que son el resultado de la colaboración enfocada con ciertos campos reales de la realidad, tanto si la persona está consciente de ello o no. Nada es accidental. Lo mismo sería cierto para los tragafuego, los hidrólogos, los electricistas, los carpinteros, los metalúrgicos, los físicos nucleares, los meteorólogos, los oceanógrafos, los zoólogos, y así sucesivamente.
El campo del clima tiene lluvia, nieve, aguanieve, viento, calor, frío, calma, tempestad, truenos, relámpagos, humedad, y así sucesivamente. Obviamente, estos están relacionados con otros campos que tienen que ver con el agua, aire, fuego y tierra. Consecuentemente los campos pueden trabajar juntos o separados. Es por esto que los campos son un tapiz o red trabajando conjuntamente en muchas combinaciones para nuestro beneficio. Los chamanes entienden esto y lo llaman el entramado de la vida.
Cuando nos sentimos lúdicos es porque, o hemos entrado en el campo del juego inconscientemente, o porque lo hemos convocado deliberadamente a través de una intención o a través de nuestro deseo de hacerlo. Obviamente ese campo no es excluyente de los demás, así que podemos estar en el campo del juego al mismo tiempo que estamos en el campo de la gratitud, del amor, o de la conectividad. Podríamos elegir ir a un parque de diversiones donde miles de personas tienden a convocar a ese campo cuando van allí, haciendo que sea fácil entrar en él. Por otro lado, podemos recibir un mensaje de texto doloroso mientras estamos en el parque de atracciones y desconectarnos del campo lúdico a pesar de que otros todavía están disfrutandolo. En otras palabras, los campos están siempre disponibles en todo momento y en todo lugar. Resonamos con ellos por elección, por deseo, o por necesidad y a veces por resistencia. Tal vez hayas escuchado la historia de Victor Frankl, un judio que fue capaz de convocar a los campos de alegría mientras se encontraba recluido en un campo de concentración durante el régimen nazi. Mientras que otros a su alrededor morían como moscas, el fue capaz de mantenerse vivo al trabajar con campos y frecuencias específicas. Los convocó para su propio beneficio, mientras que otros languidecían porque se olvidaron de ellos.
A veces nos retiramos de ciertos campos o de conjuntos de frecuencias específicas para poder centrarnos en otra cosa. Al retirarnos de demasiados campos podemos experimentar la sensación de estar bastante aislados e incluso deprimidos porque no estamos participando activamente en ninguno de ellos. Esto provoca que nos volvamos muy vulnerables y puede incluso conducirnos a la muerte.
Podemos ayudarnos invocando varias frecuencias específicas y entrando en resonancia con ellas. En el ejemplo de sentirse desconectados y deprimidos, podríamos llamar a la frecuencia de conexión y automáticamente comenzaría a abrir puertas y ventanas para sentirnos conectados. Alguien que nos importa podría llamarnos de forma espontánea o pasar de visita o un amigo podría caer con su perro para que se lo cuidemos por la noche. Si hemos estado confundidos por algo podemos llamar a la frecuencia de la claridad y al ser activada automáticamente la confusión comienza a aclararse. ¿Por qué? Porque estamos entrando en resonancia con la frecuencia de la claridad y eso limpia la ambigüedad o la densidad. Dado que estos campos de frecuencias ya están presentes, hemos estado bajo su influencia toda nuestra vida y todas nuestras vidas como seres humanos, por lo cual las conocemos bien. Son el hogar. El problema es que se nos olvida que están presentes al distraernos o al caer bajo la influencia de parásitos psicológicos, y dejamos que nuestro dial personal se deslice fuera de las frecuencias, separándonos de sus beneficios. Ser resonante con ellas es como estar en la línea de oro. Estando fuera de resonancia con ellas es como caerse de la línea dorada, haciendo la vida difícil, una experiencia de lucha y resistencia.
Invocar a un campo requiere de práctica, pero puede ser bastante fácil. Si estás confundido puedes simplemente decir “Por favor Claridad” y el campo de la claridad se manifestará de inmediato y comenzará a aclarar la confusión. Si te enfrentas con un evento donde debes hablar en público puedes decir “Inspiración, estabilidad y humor por favor” y eso es lo que va a emerger para apoyarte. Si sientes miedo simplemente puedes decir “Yo llamo al campo del coraje” y te apoyará al instante. Las personas tienen dificultades para creer esto porque parece demasiado simple y sin embargo es, de hecho, así de simple; sin embargo, es más fácil cuando lo crees. Si no lo crees, ¿cómo puede abrirse?
Cada uno de los campos está conectado a una de las siete direcciones de la rueda medicinal. Cada dirección es una colección de un gran número de campos. Los campos de nacimiento e inspiración están en el Este. Los campos de liberación y ensueño son en el Oeste. Los campos de la belleza y de la actualización están en el Sur, los campos del poder y de la comunidad están en el Norte. Los campos del padre y de la sabiduría están arriba, los campos de la madre y la fertilidad están por debajo. Los campos de la presencia y de la conciencia vital están en el centro. Cada dirección tiene un gran número de campos, sin embargo se pueden activar individualmente o como un grupo en función de lo que queremos activar. Cuando llamamos al Este para nosotros mismos podemos o bien llamar a los nuevos comienzos o podemos llamar a la inspiración o ambas cosas a la vez. Todos los campos están disponibles de forma gratuita. Ellos son el cimiento del ser de este plano físico, son claramente dones/regalos del Espíritu.
Los dones del Espíritu no son algo que los científicos se preocupen de investigar, pero no se equivoquen, estas frecuencias son tan reales como su coche, una silla, o su desayuno y son tan influyentes (si no lo son más aún) en sus vidas. Algún día cercano se comprenderán más claramente, más probablemente en términos de la física cuántica.
Dado que estos campos son difíciles de medir a través de las tecnologías científicas actuales, no son reconocidos como tales por el mundo de la ciencia. Debido a su formación, su reputación, y todo el dinero del gobierno que es de suma importancia para las subvenciones, a los científicos no les gusta hablar de cualquier cosa que no se pueda cuantificar. La antimateria es extremadamente difícil de cuantificar también. Tenemos la sospecha de su existencia porque gran parte de la energía creada en el Big Bang después desapareció. Tenemos que tenerla en cuenta, pero ¿a dónde se fue? Así que los científicos están actualmente en desventaja debido a su insistencia en la cuantificación de todo. La antimateria algún día alimentará nuestras naves espaciales, pero no hasta que puedan ir más allá de sus limitaciones auto impuestas. Los chamanes y místicos han sabido sobre los campos de frecuencias de los que hemos estado hablando aquí, desde siempre. Ellos son un hecho e influyen en la vida cotidiana de todas las personas de maneras importantes. Algún día la gente se reirá de que no se creía en ellos a principios del 2000, tal como nos sorprende que la gente no hace mucho tiempo era ignorante de la electricidad, de las ondas de radio, y tantas cosas que ahora damos por sentado.
De hecho, las frecuencias son tan fundamentales para nuestra vida que son como las gafas de sol proverbiales que están en nuestra frente y no las podemos encontrar. Están demasiado cerca para notarlas, pero no para los chamanes que están entrenados para no dar nada por sentado, para no aceptar las apariencias bajo ninguna circunstancia. Entonces, ¿cómo puede un chamán o cualquier persona caminar sobre las brasas sin quemarse o recoger un carbón caliente y colocarlo en la boca sin incidentes? El fuego es un campo, una frecuencia que los huicholes llaman Tatawari’. Tatawari’ puede ser llamado para que ofrezca sus poderes, para ayudar, para proporcionar apoyo y así sucesivamente. Ciertos chamanes son especialistas en trabajar con el campo o con la frecuencia de los incendios. Pueden invocar a su espíritu (una frecuencia consciente) y recibir sus regalos especiales. En algunos casos, esto podría ser con el propósito de curar a alguien de una mala infección o fiebre, o para ayudar a soldar un hueso que no está sanando correctamente. Los Dine (curanderos Navajos) son particularmente buenos en esto, pero la realidad es que esto se practica en todo el mundo. ¿Por qué? Porque convocar a las frecuencias por ayuda simplemente funciona. Se llama a una frecuencia, entras en resonancia con ella o en otras palabras, te conviertes en ella, y sus dones son puestos a tu disposición. Cuanta más práctica tienes en hacer esto mejor llegas a ella. Sin embargo, a fin de convertirte en ella, tienes que dejar de lado las agendas personales y eso requiere de mucha disciplina personal.
A veces, un chamán o un adepto puede llegar a ser tan eficiente en llamar a una frecuencia que ocurre de forma casi automática, y aquí puede llegar a ser un problema. Hay una historia de un chamán del clima nativo americano que podía llamar a las tormentas o disiparlas como fuera el caso. Él tenía una excelente reputación local para este trabajo y fue llamado a Chicago durante una gran sequía para remediar la situación. Cuando llegó allí los medios de comunicación le dieron cero crédito por considerarlo un charlatán. Así que él se enojó y se comprometió a mostrarles que iba en serio y predijo que iba a llamar a una enorme tormenta que la gente no se olvidaría prontamente. Como predijo, una enorme tormenta de truenos se materializó de la nada durante su corta visita, y el diluvio creó muchas inundaciones y caos en y alrededor de la ciudad.
La verdad es que esto nos sucede a cada uno de nosotros a pesar de que no somos conscientes de ello. Algunas personas son maestros con ciertas frecuencias y las llaman regularmente como parte de su trabajo. Los maestros carpinteros son competentes con muchos tipos de maderas, todas provenientes de las frecuencias de los árboles. Pueden crear obras maestras de muebles y otras delicias con esto. Otros hacen esto con metales o con cualquiera que sea las frecuencias en la que se especializan. A veces, debido al mal carácter, pueden utilizar estas frecuencias en formas que no son para el bien de todos.
Este asunto de los campos o conjuntos de frecuencias es obviamente un tema amplio e importante que necesita de nuestra atención. Lo importante es que, desde una perspectiva chamánica, está rogando ser mejor comprendido. En estos días en que la mayor parte de la población mundial se ha separado de la naturaleza y de la perspectiva chamánica de la vida, este conocimiento se necesita más que nunca, para llevarnos de vuelta a nuestro poder personal. La impotencia no es más que ignorancia, es el olvido de la fuente de energía a nuestro alrededor, es el olvido de los dones que se nos han provisto para que no sólo sobrevivamos, sino que prosperemos en este planeta. Este breve artículo representa una llamada a la acción para utilizar los poderes a nuestro alrededor para el bienestar propio y el de otros. No es más que un breve recordatorio de lo que siempre ha estado y sigue estando disponible.
20 de Julio, 2016
Por José L. Stevens
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Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo en la Era del Ahora
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