Reflexión para el Día de la Madres_ Cuando una persona no se ama, esta nos enseña el valor e importancia que tienen el aceptarse y quererse para soltar un estilo de vida sufrido y abnegado. Tal parece que se trata de una virtud, no obstante son sobradas las evidencias que nos muestran como persisten las tensiones, dudas, necesidades y preocupaciones.
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La ansiedad también está presente, así como los resentimientos, culpas, temores o la depresión. ¿Entonces donde está la virtud?_ ¿En que uno se someta a las expectativas de los demás con tal de sentirse querido? _ ¿Tiene sentido tratar de ser queridos por personas que no se saben amar?_
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Parece que el sentirte bueno haciendo cosas por los demás se ha vuelto la norma, el ideal o la prioridad de muchas madres, de ahí que entre más necesidad exista por sentirse buena, sea mayor el precio que esté dispuesta a pagar. Desde esta perspectiva se entienden muchos absurdos y sin sentidos en la vida de las madres. Esta clase de moral a todas luces resulta tóxica y nociva para quienes la practican. Es un arma que se usa para dejarse manipular, chantajear, intimidar, controlar y someter a través del miedo.
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Se entiende que cada vez que te sientas desvalorizada te sientas mal, y esto es así porque se activa un mecanismo de crisis de identidad, por tanto y para evitar esta situación. Aceptarás las condiciones que te impongan, bailaras al son que te toquen aquellas personas que te interesan más. Aceptarás el rol de madre sacrificada y tolerante para salvarte a ti misma de la idea de ser mala persona, aunque esto te asfixie y robe el derecho a vivir tu vida, a tener tu desarrollo personal para hacer lo que te gusta. Al aceptar la codependencia renunciarás a tu independencia económica y muchas otras cosas más, serás fácil de controlar por tu necesidad.
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¿Vale la pena seguir encadenada a un rol tan agobiante, con tal de que tu vida tenga sentido y sea aprobada desde el punto de vista de los demás? _
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Te invito a que dejes de fantasear o idealizar el estado ideal de ser madre. Pues más allá de todas tus suposiciones no te has dado cuenta que el modelo de ser madre se basa en una cosmovisión puramente patriarcal, en donde la mujer tendrá que estar subordinada a la autoridad del patriarca, quien a su vez determinara y le recordara que es lo mejor para ella y cuál es su lugar_ ¿Ya te diste cuenta de la ambigüedad y los riesgos de esta situación?_ Ten presente que más allá de tus idealizaciones y proyecciones afectivas no resueltas, existe un sistema demandante que te sepultará en un rol que propicia una vida llena de abusos y maltratos, de descalificaciones y sobrecargas, desconsideración, sometimientos y frustraciones.
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Ten presente que el ser mama no es una condición, obligación o deber, sino una simple elección, vocación o libertad, que en tanto esta te permita realizarte tiene sentido mantenerla.
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Cuando sucede lo contrario no tienes porque soportar nada, si lo haces te encuentras dentro de una trampa mental en donde los que te hace daño no son las personas que no te consideran o hacen sentir querida. Lo que te daña más tiene que ver contigo misma, cada vez que permites condiciones o situaciones que están reflejando que no te amas.
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La verdad nos hace libre de cualquier necesidad afectiva que está basada en el temor y la desvalorización. El amor es libre, ilimitado e incondicionado. Tu vida y todo lo que te rodea puede dejar de ser un problema en cuando te dejas de ver como el problema. Toda idea que justifique un amor vivido con resignación, sacrificio o sufrimiento no es amor, sino una mera proyección de una necesidad por sentirte bueno a través de lo que se hace por los demás. La dependencia afectiva (necesidad de ser reconocido) se puede convertir en una enfermedad, es una puerta hacia un abismo sin fondo en donde prevalece la confusión, la tristeza, culpa y preocupación. El dolor es el resultado de un estilo de vida disfuncional. Toda patología se basa en concepciones y creencias erróneas sobre la vida, el amor y la razón de ser humano.
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Nadie te pide que te sacrifiques por nadie, tampoco de que renuncies a lo que más te gusta o quisieras realizar. Tu obsesión denota la necesidad por redimirte a través de otros para darle sentido a tu vida. Te comportas como si debieras algo, parece que nunca podrás estar en paz en tanto no pagues lo que debes. A eso tu le llamas obligaciones de estado. ¿Te das cuenta que vives la vida como si te encontraras hipotecada de por vida?
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Para terminar con esta reflexión: lo mejor que puedo desearle a cualquier madre en su día, tiene que ver con que aprenda a cultivar, honrar y respetar su propia vida, para que de esta forma se convierta un ejemplo real del amor que brinda paz, libertad y realización.
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© Ari Shemoth
Coach Ontológico & Terapeuta Alternativo
Soporte, Guía y Sanación para tu Vida.
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