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LOS TRÁNSITOS DE URANO A LA LUNA Y LOS TERREMOTOS EMOCIONALES

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ENVIADO POR CARMEN
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LOS TRÁNSITOS DE URANO A LA LUNA Y LOS TERREMOTOS EMOCIONALES



Cada vez que Urano realiza un tránsito sobre uno de nuestros puntos vitales de la carta natal se produce una situación de cambio repentino y brusco, como un desmoronamiento de todo nuestro mundo sin que el ego pueda hacer mucho por evitarlo.

 

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Urano representa la verdad, por lo que todo aquello que hemos ocultado, reprimido u olvidado en un cajón del inconsciente aparece y queda al descubierto, produciendo una sensación de incomodidad y de impotencia para permanecer de la misma forma que antes del tránsito de este planeta. Desde luego que podemos mantener las mismas situaciones tal y como estaban cuando Urano aspecta algún punto del horóscopo, pero las consecuencias pueden ser perjudiciales para nuestra salud.

 

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Urano es el llamado del cambio y de la revolución, la voz interior de la esencia personal de cada uno y, cuando esto llega, podemos hacer como si nada; pero, por dentro, se produce una fuerte sensación de frustración, limitación y castración, un bloqueo a la libertad que o se mueve hacia el exterior y actuamos, o se vuelve hacia adentro, y comienza a minar nuestra salud física o psíquica de manera lenta y gradual, hasta explotar en forma de un accidente o de una crisis de ansiedad.

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La Luna tiene que ver con la familia y el hogar, con nuestra madre y con nuestros sentimientos, así como las raíces, la casa y las relaciones con las mujeres en general. También afecta a la forma en que reaccionamos instintivamente al entorno o nos adaptamos a él, por lo que un tránsito de Urano traerá cambios en todas estas áreas. Cuando el tránsito es un trígono o un sextil, se da el cambio de manera más liviana, e incluso voluntaria en ocasiones, ofreciendo menos resistencia.

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Quienes tengan la Luna entre el grado 18 y 26 de Leo y Sagitario, o entre el 20 y 24 de Géminis y Acuario experimentan un influjo de trígono y sextil, respectivamente. Será un buen momento para que las mujeres tomen una mayor conciencia de su identidad femenina y es probable que muchas de ellas se queden embarazadas. Los hombres, en general, conocerán a mujeres con un estilo de vida distinto a lo que han conocido siempre, o bien accederán a nuevas formas de relacionarse con el sexo femenino, de manera más abierta, con menos miedos y condicionamientos, experimentando todo esto como una especie de liberación de las cadenas del pasado o de patrones de conducta que una y otra vez les sumían en el fracaso con las mujeres.

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También será un buen momento para cambiar de casa o para reestructurar la relación con la madre, pues Urano siempre trae una mayor claridad mental y un gran desapego y objetividad. Si la relación con la madre nunca ha sido fácil, estos tránsitos servirán para un reajuste positivo de la relación con la madre, o también puede darse el caso de que sea ella quien por fin rehaga su vida y rompa con su pasado de forma más armoniosa y liberadora para ella, lo cual también puede provocar un cambio a mejor en nuestra relación con ella.

 

Sin embargo, quienes tengan la Luna entre el grado 18 y 26 de Aries, Cáncer, Libra y Capricornio sufrirán el lado más negativo del tránsito de Urano. Si quieren cambiar de casa, es probable que el proceso sea muy difícil. Y es probable que la relación con la madre atraviese dificultades. Urano es, como se ha dicho, el revelador de la verdad, y esto ha de producirse tanto en los casos anteriores como en estos. Si siempre nos hemos identificado con nuestra madre, o hemos estado sometidos a su influjo, este tránsito de Urano servirá de catalizador para tratar de desvincularse de su influencia, pues la necesidad de libertad y de ser más uno mismo será muy intensa.

 

Urano desgarra nuestra sensación de seguridad, por lo que es probable que nos veamos obligados a mudarnos de casa en contra de nuestra voluntad, o que rompamos relaciones del pasado, debido a la sensación de sofoco y ahogamiento que podemos sentir bajo la influencia de este tránsito. Por otro lado, es probable que los sentimientos nos invadan con mayor facilidad, incluso en público, poniendo en tela de juicio nuestras defensas. Esto suele suceder sobre todo si la Luna no está bien aspectada. Urano trae a la luz de la verdad el pasado emocional y resucita viejos recuerdos de nuestra infancia. De este modo, hay personas que, si tienen una Luna mal aspectada con Plutón o con Saturno, se verán en un embrollo emocional al que difícilmente pueden encontrar una explicación.

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Estos tránsitos son especialmente favorables para realizar psicoterapia, al igual que los trígonos y sextiles, aunque quizá en estos casos sea más necesario. Las crisis de ansiedad, el deseo de libertad y de romper con todo, sobre todo en los casos de madres jóvenes, la carencia afectiva en el caso de madres mayores que ya no cuidan de sus hijos mayores..., todos estos cambios, alteraciones y perturbaciones asolan al ego con un tránsito difícil de Urano. Mandarlo todo al carajo será la mayor de las tentaciones, y en ocasiones puede que sea además la única solución, pero antes hay que examinar por qué surge esta irrefrenable urgencia por darle un giro tan radical a nuestra vida.

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Muchas veces, somos nosotros quienes por norma no damos el paso necesario para cambiar, debido a nuestras vacilaciones y dudas y, bajo este tránsito, debemos ver por qué ahora el bloqueo resulta tan insoportable y nos vuelve tan irritables y perturba tanto nuestro estado de ánimo. Tal vez no sean los demás los causantes de nuestro actual estado de enclaustramiento, sino que hemos sido nosotros quienes nos hemos ido enclaustrando poco a poco, renunciando a las posibilidades que nos ofrecía la vida. La clave está en tratar de dar una solución equilibrada: marcar el propio territorio, iniciar una nueva vida o una independencia, pero respetando en lo posible lo que ha sido nuestra vida tanto en lo afectivo o sentimental como en lo familiar. Si no, es posible que hasta la casa se nos caiga encima, literalmente.

 

Hay casos en los que no es posible seguir manteniendo nuestra vida emocional y se hace necesario un cambio vital para que el Sí mismo nuclear, lo que Jung denominaba nuestra verdadera esencia, se manifieste y se libere de condicionamientos y de falsedades. Esto suele suceder cuando la persona ha tenido dificultades siempre para cambiar o para hacer de su vida lo que ella quería, no lo que sus padres o la sociedad han mandado. Si somos del tipo de persona que siempre hemos desmantelado todo lo que iniciamos, por aburrimiento o sensación de encarcelamiento, es probable que bajo un tránsito de Urano meditemos por qué queremos cambiar siempre y rehuir el compromiso.

Por lo general, Urano se vale de situaciones externas para comunicar su mensaje. Es probable que con un tránsito difícil empecemos una relación con alguien que al poco tiempo muestre síntomas de que nos abandona. De este modo, se pone al descubierto una carencia con respecto a la madre, porque si esto ocurre, se esconde un patrón de abandono que sufrimos por parte de nuestra figura materna. Otras veces, un embarazo puede ser el detonador de una profunda depresión y queramos echarle la culpa al recién nacido de todo lo que nos sucede. Nuestra relación con la madre está en la raíz de estos cuadros depresivos, pues echamos la culpa de todo al niño como de pequeños lo hacíamos con nuestra madre porque nos castraba la libertad o no nos atendía lo suficiente. Es necesario revisar nuestro pasado en momentos como estos para comprender por qué nos ocurren situaciones desgarradoras.

 

Los tránsitos difíciles de Urano a la Luna, la cuadratura, conjunción y oposición (es decir, la Luna en Aries, Cáncer, Libra y Capricornio) pueden coincidir con una ruptura súbita de una relación o la pérdida de una casa. Esto sucede porque hay algo dentro de nosotros que quiere acabar con la falsedad de nuestra vida, aunque en principio nos neguemos a ello o lo veamos como el mayor drama de nuestra existencia. Tal vez así, despojándonos de aquello en que cimentamos nuestra vida en el pasado, comprendamos que nuestras necesidades no estaban cubiertas del todo y que nuestra vida ha sido una farsa. Urano pide el desapego, pero también la confianza en el fluir y no controlar nada y dejar que la vida nos sorprenda.

 

Los tránsitos de Urano abren la personalidad y, en el caso de nuestra Luna natal, nos arrancan de nuestro estado infantil, de una niñez demasiado prolongada en el tiempo para que la asumamos desde una mayor autenticidad y no como siempre lo hemos hecho. Urano representa el trastorno de nuestra vida cotidiana, e impone el cambio. Si no cambiamos, las consecuencias pueden ser bastante traumáticas y ver cómo todo se convierte en un terremoto que sacude nuestra vida. De todos modos, el cambio se impondrá, queramos o no, obligándonos a hacer reajustes en nuestra vida afectiva o familiar. 

 

En definitiva, Urano en tránsito a la Luna rompe nuestros mecanismos de defensa. Si nos poníamos a ver películas ante situaciones de estrés o de ansiedad, por ejemplo, comprobaremos que esto ya no nos sirve para aliviarnos. Esta es la cuestión: que lo que antes nos aliviaba ya no sirve, porque el vacío es demasiado grande durante un tránsito difícil de Urano a la Luna. Esta combinación por tránsito obliga a encarar nuestras emociones y sentimientos y a no reprimirlas más, bien a través de un cambio en nuestras relaciones o a través de una nueva forma de relacionarnos con nuestra madre. Y, como Urano hace referencia a la amistad, quizá el influjo de los amigos pueda ser decisivo para afrontar un tránsito de este planeta, y aprender a confiar en ellos.

 

Urano lleva en Aries desde marzo de 2011 de forma definitiva (estuvo entre mayo y agosto de 2010 en el grado 0), y ahí permanecerá hasta marzo de 2019. Según el decanato de tu Luna habrás experimentado ya la influencia del revolucionario del zodiaco, o la vas a experimentar.

 

Fuente: COSMOS, ALMA Y DESTINO

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