sincronia (1)

04 de diciembre 2014

Amados,

Tengamos una charla sobre la cualidad del amor conocida como dar. Hay un flujo de energía constante en el dar y recibir que se encuentra en el universo y está en nuestra voluntad de dar lo que ellos desean recibir lo que permite que la abundancia en su existencia circule en sus vidas. El universo funciona en dinámica recíproca y el cuerpo de uno, mente  y pensamientos en cambio están en constante dinámica con las fuerzas del universo. Si uno desea acelerar y mantener este intercambio, hay que hacerlo dando exactamente aquello que se desea recibir. Los flujos de energía de uno en cuanto a felicidad, romance, amistad y salud son todos espejos del flujo de energía en una interacción armoniosa dentro de nuestro campo de existencia. La circulación de la energía de uno permite que el flujo se mantenga vivo y vital. Dicho simplemente, el dar provoca recibir en alineación con las leyes y principios universales de la naturaleza. El verdadero dar, sin esperar nada a cambio es tan fácil como respirar. Cuando uno da de  todo corazón es una acción que llena el corazón de alegría.

Cuanto más se da, ya sea proporcionando un servicio, más se crea un vacío que le permite a uno recibir más de lo que se dio, en armonía con las leyes de la naturaleza que requieren un equilibrio adecuado. La intención de uno detrás de nuestros pensamientos debe ser la creación de la felicidad o de la alegría tanto para el que da como para el que recibe. Al igual que el flujo y reflujo del océano, lo que va siempre viene, en la medida que haya una intención sincera de proporcionar felicidad en el dar. Cada pensamiento tiene un efecto dominó, tocando todo y a todos y tiene el poder de transformar aquello en lo que se está centrado. Uno puede materializar su existencia al atraer personas adecuadas, situaciones  y recompensas en respuesta a nuestro deseo. Si uno quiere alegría, entonces uno debe dar alegría a los demás. Si uno quiere amor, tienen que dar amor y aprecio, deben dar atención. Si uno trata de vivir una vida más gratificante, entonces hay que tratar de ayudar a otros a su alrededor compartiendo sus recompensas. Si uno quiere ser bendecido, deben aprender a bendecir silenciosamente a los que les rodean. El dar más poderoso es totalmente in-material. Al dar atención cuidadosa y aprecio, uno está dando amor. Dar amor viene a través de la inspiración del corazón y del espíritu más que del ego. Lo que un individuo da, así recibirá.

Cada individuo es naturalmente abundante, y la opulencia es su estado natural de ser. A cada persona no le falta nada, porque su naturaleza esencial es  de un potencial puro. Al dirigir sus pensamientos y acciones al servicio del dar, se inicia un intercambio de energía del recibir, que es parte del ciclo natural del universo. Cuando uno comienza a alinearse con el espíritu del dar desde el corazón y desde el espíritu de uno, van a empezar a observar las sincronicidades increíbles que se producen ya que centran sus pensamientos y sus acciones en la dirección de sus deseos de corazón. A medida que dan,  verán el flujo regresar hacia ustedes, el que deben recibir graciosamente. Su fe en este proceso crecerá exponencialmente cuando se manifieste y experimenten las sincronicidades que fluyen continuamente una vez que se aplica esta ley. Ven que mientras más se da, más se obtiene del dar y recibir, y su capacidad de manifestar lo que desean se convierte en una segunda naturaleza. A través del dar, entran en otro nivel de existencia en el que son uno con la fuente de energía. Es una existencia que no llega a ser mucho más de lo que uno desea, pero más con respecto a cómo uno se ocupa de todas las nuevas manifestaciones a medida que fluyen sin esfuerzo en la vida de uno.

Cada individuo que verdaderamente domina el arte sincero del dar es aquel que le da a los demás la bondad de su corazón sin motivos egoístas. El dar se convierte en una bendición tanto para el que da como para el que recibe. La generosidad se convierte en una elección que se siente bien y feliz. La generosidad viene de creer que uno tiene lo suficiente para compartir con los demás. Cada individuo da su interés, su comprensión, su conocimiento y su sentido del humor; quiere dar todo lo que tiene y que es bueno. De este modo, realzan la sensación de vitalidad en otros, mientras que al mismo tiempo realzan la propia. Todos reciben una elevación de su espíritu y esto puede hacer que la vida de alguien sea mucho más brillante y más feliz. Al dar el regalo de la risa, uno trae muchos beneficios físicos, mentales y espirituales, como la buena salud y felicidad a los demás. La gente nunca pierde la necesidad de afecto y aceptación. Al ofrecer un abrazo, una palmada en la espalda o un toque en un brazo, se pueden curar muchas heridas emocionales. Al l intercambiar  conocimientos y  sabiduría de uno, uno da un regalo precioso de uno mismo a otro.

Cada individuo está haciendo del mundo un lugar mejor cuando motiva e inspira a alguien a  actuar en sus sueños cuando se llenan de duda, miedo y falta de coraje. Este tipo de donación puede cambiar la vida de la otra persona. La bondad es siempre el regalo más fácil y más abundante que una persona tiene para regalar. La bondad trae alegría al que da, al que recibe y a cualquier persona que sea testigo de este acto de amor. Cuando uno tiene amor incondicional, hace que el mundo sea un lugar más amoroso y todo el mundo cosecha los beneficios. Al dar, se crea una conexión con una gran y mayor extensión de la humanidad. El servicio de dar un poco de amor y bondad puede hacer una diferencia notable en el mundo. La entrega de la propia alabanza, gratitud y aprecio crea conexiones de corazón a corazón con las personas que son parte de la vida diaria. Al dar sin ningún pensamiento o deseo de algo a cambio, uno de los retornos de esta entrega será verdaderamente ilimitado. Mientras más se da,  también recibirán. Cuanto más se da, más fluirá de regreso a ustedes y será devuelto con creces.

Mientras me despido, es mi sincera esperanza de que cada individuo tome la decisión de dar a donde quiera que vayan, y a quien sea que encuentren. El dar crea un patrón de felicidad,  alegría y amor en la vida de uno que se experimentará en formas más allá de las propias expectativas.

YO SOY el Arcángel Gabriel

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© 2014 Marlene Swetlishoff / Tsu-tana (Soo-tam-ah) Guardiana de las Sinfonías de Gracia

Traducido por Andélei

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