merezca (2)

QUIÉREME CUANDO MENOS LO MEREZCA

6011269701?profile=originalENVIADO POR KAREN

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REFLEXIÓN

Quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite
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Quédate con quien conozca tu peor versión y se quede a tu lado

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Cuando te fallo, también me fallo a mí. Cuando te enfado, también yo me siento mal conmigo. Porque cuando menos lo merezca será probablemente cuando más desorden haya en mi interior.

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Algo dentro de mí no está bien cuando cometo un error o cuando huyo de mis problemas.

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Probablemente esté abandonando una parte de mí, dejándola a la deriva en alta mar con plena tormenta.

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Es casi seguro que tengas motivos para no quererme y para desatenderme, pero quiero que sepas que solo una parte de mí te hizo daño. No conozco la perfección. A mí también me duele tu dolor y, al menos, daría lo que fuese para hacerlo desaparecer. Tengo la peor forma de meter la pata y una gran capacidad para desmerecer lo que haces por mí.

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Quiéreme cuando menos lo merezca, dale una oportunidad a la persona que soy. Déjame aprender de los errores. Ayúdame a librar mis batallas emocionales, ayúdame a ver que eso me completa.
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Pedir ayuda es un acto de valentía

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Me ha llevado tiempo entender que reconocer mis limitaciones y mis errores es la única manera de hacerme cargo de mí misma. Ahora soy consciente de que no poseo todas las respuestas y de que no dispongo de la verdad absoluta. A veces también necesitamos de los demás para gestionar nuestro interior y nuestras emociones.

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Por eso, pedir ayuda cuando se necesita no es solo una muestra de humildad, sino también de valentía, pues cooperando alcanzaremos el triunfo sobre la adversidad.

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Cuando estamos mal necesitamos el apoyo de los demás, que nos aguanten y nos guíen, y que nos hagan sentir la permanencia de la incondicionalidad. Siempre sale el sol, pues somos merecedores de él aunque en un momento dado nos hayamos comportado de manera mezquina.

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Aunque nuestro mundo se derrumbe y nuestra vida haya quedado desmantelada, después de la tempestad, llega la calma. Todo pasa y todo se transforma, pero a veces necesitamos que alguien se ponga en nuestro lugar y nos recuerde que no hay mal que cien años dure y que todo es pasajero.

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Nuestra mejor versión

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Quédate con quien conozca tu peor versión y, en vez de irse, se quede y te ayude a mejorar.

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Ofrecer la mejor versión de nuestra persona es un paso indispensable para ser merecedores de amor, de gratitud y de confianza. Así, la incondicionalidad y el respeto se fundamentan en la sinceridad que acompaña a los malos y a los buenos momentos. O sea, es algo así como ser nosotros mismos en las duras y en las maduras.

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Hay errores que tiñen de negro nuestra realidad, pero no por eso merecemos menos el perdón que en otras circunstancias o que otras personas. Lo importante es progresar y ofrecer a los demás nuestra mejor versión, la humilde y la sincera, la que trabajar para crecer cada día.

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Esto será lo que nos haga merecedores de la compañía de los demás en cualquier momento, a pesar de los errores y los desaciertos. Porque nuestros peores comportamientos hacen que valoremos a los mejores, de la misma forma que la tristeza hace que la felicidad gane valor.

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Digamos que nuestros deslices y nuestras culpas son dos puntos emocionales que nos ofrecen oportunidades, los cuales debemos entender para perdonarnos a nosotros mismos.

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En definitiva, la mejor versión de uno mismo es aquella que se puede apreciar en las situaciones complicadas, aquella que entiende la importancia de lo ocurrido, que ve que el castigo no siempre es la solución y que entiende el enfado como una consecuencia lógica y no como abandono.

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Por eso, ser capaces de consolarnos, de aceptarnos y de comprendernos contribuirá a crear un mundo mucho más valiente, más fiel y más solidario.

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AMAME CUANDO MENOS LO MEREZCA, PORQUE SERÁ CUANDO MÁS LO NECESITE

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ENVIADO POR ROBERTO

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El perdón cae como la lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito, pues bendice al que lo da y al que lo recibe.

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William Shakespeare

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Quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite. Quiéreme y cuídame, porque cuando te fallo, también me fallo. Porque cuando me enfado sin motivo o busco una razón para hacerlo es que algo dentro de mí no está bien.

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Quiéreme cuando cometa errores, quiéreme siempre. Puede que tengas motivos para no hacerlo, para huir de mí hasta que pase la tormenta, para abandonarme en el baúl de recuerdos y comenzar a vivir libremente.

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Puede que sí, puede que te haya hecho daño y que aún sientas dolor. A mí también me duele y lo siento. Esa parte de mí también soy yo, al menos en el pasado lo fui o lo estoy siendo ahora mismo.

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Por eso, quiéreme cuando menos lo merezca, porque todo me completa, porque también me hace falta librar mis batallas emocionales en voz alta.

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Cuando necesito tu apoyo…

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Necesito tu apoyo cuando en mis noches no hay estrellas, cuando lloro, cuando grito, cuando me comporto de manera mezquina.

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Simplemente, cuando estamos mal necesitamos de los demás. Necesitamos que nos aguanten, necesitamos que nos guíen, saber que existe la incondicionalidad y que, a pesar de todo, somos merecedores de amor. Después de la tempestad, llegará la calma.

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Y es que hay veces que el mundo entero se derrumba y cae sobre nosotros. Dicen que no hay mal que cien años dure, que todo es pasajero y que lo que sea que nos duele dejará de hacerlo.

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Te pido que te pongas en mi lugar y que intentes comprender que, cuando cometo un error, yo también lo estoy pasando mal. Necesito que me enseñes que el mundo no es un lugar hostil en el que los ataques se efectúan cuando más débil estás con la intención de que no puedas levantarte.

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Cuando estamos en plena tormenta y a esta le acompaña un tornado, perdemos el control.

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Puedo regalarte lo mejor y lo peor de mí

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Porque, aunque hoy mi error envuelva de negrura tu mundo, sé que sabrás perdonarme, sé que sabes que merezco la pena (y la alegría) y que juntos progresaremos mejor.

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Soy ese hijo que saca malas notas, esa novia que se enfada, ese marido que es un desastre, esa madre que no te suelta, ese profesor que se equivoca, esa niña que ha roto un jarrón, ese perro que ha destrozado un cojín, ese trabajador que ha olvidado realizar una tarea, esa persona que ha sido injusta contigo…

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Porque, en todas y cada una de esas situaciones, necesito que me quieras. Porque soy el mismo o la misma que merece tu amor cuando todo va bien, cuando todo es sencillo y cuando no te disgusto.

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Mis errores y mis desaciertos son propios de mí, de nosotros y de nuestras circunstancias. Ellos corresponden a un porcentaje de desgracias que nos hacen valorar las alegrías. Son lecciones que, con el tiempo, se convierten en experiencias.

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Quédate con quien conozca tu peor versión y, en vez de irse, se quede y te ayude a mejorar

 

Cuando te ofrezco mi peor versión me siento triste, me derrumbo y me culpabilizo por no haber sabido estar a la altura. Quiero perdonarme, pero para eso también te necesito.

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Entiendo la importancia que tiene lo ocurrido, entiendo que a veces no vemos otra opción que el castigo, entiendo que el enfado nos nubla y entiendo que nuestra razón se va de paseo.

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Pero tu consuelo, tu aceptación y tu comprensión me ayudará a ser, siempre, un poco mejor. Quiéreme, aunque no me lo merezca, no hay duda de que será cuando más te necesite.

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Léelo en:
http://www.formarse.com.ar/Reflexiones/Quiereme-cuando-menos-lo-merezca.html

www.formarse.com.ar

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