“No herir a nuestros humildes hermanos (los Animales) es nuestro primer deber hacia ellos, pero detenerse aquí no es suficiente. Nosotros tenemos una misión más elevada: serles de servicio a ellos siempre que lo requieran. Si un hombre excluye a cualquiera de las criaturas de Dios del resguardo de la compasión, ese hombre actuará igualmente con sus compañeros humanos.” San Francisco de Asís
Almas en un envase diferente, ni mejor ni peor. Como apuntaba en la entrada anterior, el especismo ha hecho daño incalculable. Cuando tengo en mis manos a un pequeño ser vivo, indefenso, y por ellas han pasado desde bebés recién nacidos hasta otros muchos cachorros y criaturas, a veces, por desgracia, agonizantes, solo pienso en qué puedo hacer para ayudarles, en nombre del Creador. Siempre con el principio de no hacer daño, o mejor y en positivo de hacer el bien, contemplo la riqueza de esas almas y la belleza de su existencia. Lo hago con los Hermanos Vegetales, incluso con mis estimadas jardineras Lombrices de Tierra, más fácil empatizar con aquellos cuyos ojos atraviesan mi mirada, Reptiles, Aves y pequeños Mamíferos. Para todos ellos, Flores de Bach, que os recuerdo han de administrarse previamente diluidas. En Animales silvestres, ya solo el Rescue Remedy es de una tremenda utilidad.
En muchas especies de Roedores, Aves, Reptiles y Animales considerados exóticos, la terapia floral constituye más que una alternativa, en ocasiones es la única esperanza para mejorar algunos trastornos ante la imposibilidad de emplear pautas de educación o fármacos cuyos efectos adversos no tolerarían.
Con estos pequeños Animales nos encontramos a veces errores en su manejo debidas simplemente a la ignorancia: alimentación inadecuada, exposición a corrientes de aire, jaulas o accesorios donde se pueden dañar... o lo más grave: tratarlos como juguetes. Los casos que precisan de un diagnóstico más exhaustivo son los problemas de comportamiento y las secuelas traumáticas debidas, desgraciadamente, al abandono y al maltrato, que estos Animalitos sufren de una manera cruel, porque pocos se enteran y pueden ayudar o denunciarlo.
Son criaturas frágiles, de las que la gente se deshace con espantosa facilidad y con escasa repercusión social, porque quizá sólo unos pocos ecologistas denuncien la invasión de especies no autóctonas en hábitats que no les corresponde, con el consiguiente desequilibrio del ecosistema. Y desde mi punto de vista, demasiadas almas inocentes masacradas.
Imagina por un momento que tú fueras la criatura de la fotografía y una enorme mano te sostuviese. Os remito a la frase de Horton (y a la genial y significativa película), permanentemente al margen en este blog.
Publicado por María del Pilar Zamarra San Joaquín en 19.3.11
Etiquetas: Flores de Bach, Hermanos Animales y Vegetales