abundancia (103)

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Por Diana Cooper

ABUNDANCIA

 


En la tercera dimensión, la conciencia de pobreza es endémica. Las personas constantemente está pensando, hablando y actuando como si fueran pobres y carecientes. Están afirmando la pobreza. Los medios se suman a esta situación enfocándose en el miedo y la pérdida, y así confirman la creencia que está en el inconsciente colectivo de que somos víctimas impotentes en un mundo terrible. Como resultado, muchas personas en este mundo crean una realidad física de pobreza.

 

Para poder vivir en la quinta dimensión y luego ascender, debemos abrazarnos a una conciencia de abundancia.

Esto significa respirar, pensar, hablar y actuar como amados hijos de Dios, sabiendo que siempre vamos a ser apoyados.

La conciencia de pobreza viene de votos de pobreza en vidas pasadas, de creencias inconscientes respecto de que no somos merecedores de algo o de un condicionamiento dado por la sociedad, acerca de que es imposible y no espiritual ser abundantes.

La verdad reside justo en lo opuesto.

Dios quiere que todos vivamos en abundancia.

 

La abundancia fluye con el amor, la felicidad, la prosperidad y el éxito, todo lo cual da como resultado una buena y vibrante salud.

 

Prosperidad no es tener dinero en el banco, guardándolo por miedo a que te lo quiten o que no vaya a haber lo suficiente. Eso demuestra que el dinero tiene poder (maestría) sobre nosotros.

 

Prosperidad es tener en abundancia, sabiendo que vendrá más. La conciencia de la prosperidad es creer que siempre va a haber en abundancia y pensar, hablar y actuar sobre esa premisa. Así tenemos poder (maestría) sobre el dinero.

 

Amor no es aferrarse a las amistades y relaciones románticas, o manipulear o chantajear a otros para que permanezcan junto a ti. No es hacer que otras personas sean dependientes de ti para que no te dejen, o agradar a otros para que te quieran.

 

El amor es ser leal contigo mismo y disfrutar de tus relaciones, de tu pareja, tu familia, tus hijos y amigos, dejándolos libres, sabiendo que siempre habrá personas que te amen.

Es amar incondicionalmente a la gente. También es amarte a ti mismo y sentirte cómodo con tu propia compañía.

 

El éxito no es siempre mirar y buscar el reconocimiento exterior y cosas materiales. Es un sentimiento de plenitud y auto-merecimiento, de paz, alegría y satisfacción.

 

La felicidad no depende de cómo te trata otra gente. La felicidad es una sensación de liviandad y alegría internas.

 

La abundancia fluye como resultado de tus pensamientos y acciones. Suelta el miedo de que no haya lo suficiente. Hay en abundancia para todos.

 

Si regalas algo mientras piensas: “Siempre lo estoy ayudando”, o “Siempre pago”, lo que haces es retener. La generosidad es una cualidad de la quinta dimensión; significa dar libremente desde tu corazón, y esto asegura que fluirá más todo hacia ti.

 

¿Les darías más a otros si confiaras en que te entrara más? Entonces da desde tu corazón y esto sucederá.

 

El amor incondicional es, por supuesto, una cualidad de la quinta dimensión. Significa aceptar a la gente exactamente como es, sin juzgarla. Reconocer lo bueno en los demás. Es compasión, empatía y entendimiento. El amor genuino tiene una cualidad tan magnética que cualquiera que lo esté irradiando atrae a otra gente a su alrededor.

 

¿Dejarías a alguno de tus amigos o aun a tu pareja si supieras que ese vacío sería llenado por personas de una vibración superior? Tu trabajo, tus entretenimientos, tu hogar, ¿te satisfacen plenamente? ¿Te traen una sensación de alegría y plenitud? ¿Hay algo en tu vida que cambiarías si supieras que algo mejor te llegaría? El miedo que te tiene atrapado en lo viejo está bloqueando tus canales de abundancia.

 

Tal como un río fluye incesantemente, así la Ley del Fluir asegura que no haya vacíos en la vida. Si dejas que algo o alguien se vaya, cosas y personas nuevas toman su lugar, aunque puede haber un período de espera. Naturalmente, si dejas algo y continúas enviando los mismos mensajes subliminales, recibirás las mismas viejas condiciones. Sin embargo, si te has liberado de algo de una vibración más baja, algo nuevo y mejor te llegará automáticamente.

 

Una joven que había estado pasando por una serie de trabajos horribles con jefes difíciles y autoritarios, y varias relaciones desmoralizadoras, decidió ocuparse de su propio crecimiento personal y espiritual. Luego de dos años de labor consigo misma tenía un trabajo donde su jefe y sus colegas eran personas serenas y agradables, y lo que es más importante, la valoraban y respetaban. Su nuevo novio era tierno, sabio y cuidaba de ella. Sin embargo, le aburría su ocupación.

 

Me dijo que estaba buscando un nuevo trabajo y que se sentía muy confiada: “Sé que ahora domino el viejo patrón y, ya que esta vez he atraído hacia mí, personas tan lindas con quien trabajar, puedo hacer lo mismo de nuevo. Ahora siento que puedo avanzar hacia una tarea que me haga sentir más plena.

 

” Claramente sabía que había aumentado sus vibraciones y estaba lista para atraer un trabajo más “abundante”.

 

Abundancia es decidir lo que queremos y tener totalmente claro qué es lo que merecemos.

 

La abundancia es dar con los pensamientos, las palabras, las emociones y las acciones correctas. También es recibir con los pensamientos, las palabras, las emociones y las acciones correctas. Porque la Ley del Fluir dice que no podemos hacer uno sin lo otro; en caso contrario, bloqueamos el río de la abundancia.

 

En la tercera dimensión, aquello que entregamos, de alguna forma retorna a nosotros

 

En la cuarta dimensión, lo que damos vuelve multiplicado por tres. En la quinta dimensión, lo que damos vuelve multiplicado por diez.

 

La Ley del Retorno Multiplicado por Diez 

 

Lo que demos desde el corazón se nos devuelve, de alguna forma, multiplicado por diez. Puede que regalemos una comida y otra persona nos dé un libro. Tal vez le entreguemos dinero a alguien y recibamos unas vacaciones de otra. Quizás le demos una mano a alguien y otra persona nos cuide de alguna forma en especial.

 

Nunca esperes reciprocidad de la persona a quien le diste. ¡Niega la Ley de la Abundancia! Y acepta todo lo que viene a ti, abiertamente, con una sensación de merecimiento y gratitud.

 

Así es como tienes la llave a una mayor “riqueza”, mayor de la que te puedas imaginar. Eres un Maestro, porque estás operando la Ley del Retomo Multiplicado por Diez. Esta ley, como todas las otras leyes espirituales, es exacta.

 

Lo que das desde tu corazón sin tomar en cuenta el costo, se te devuelve de alguna forma, multiplicado por diez

 

Para poder vivir en abundancia, naturalmente debemos amarnos y darnos a nosotros mismos. Si les damos sólo a otros y no a nosotros, es hora de cuestionar nuestros motivos. Por lo general, estamos compensando nuestra carencia de amor y auto-merecimiento y, naturalmente, esto impide que la ley funcione. Por lo tanto, no des de más a otras personas. Mantén un equilibrio entre dar y recibir.

 

Si te enojas porque estás manteniendo a alguien, espera un momento y mira profundamente dentro de ti. ¿Estás rescatando a esa persona? En otras palabras, ¿eres codependiente emocionalmente? ¿O estás honrando un acuerdo o un compromiso de una vida pasada?

 

Por ejemplo, yo creo que Vincent Van Gogh y su hermano deben haber hecho un contrato antes de reencarnar, de que el hermano sería el sostén económico de Vincent para que él pudiera entregar sus increíbles cuadros al mundo; entiendo que sus cuadros resuenan con la vibración de la conciencia del Cristo, de ahí su permanente vigencia.

 

Inconscientemente puede que “recordemos” que hemos hecho un contrato de vidas pasadas para ayudar a alguien en algún momento. Si no cumplimos las promesas, los contratos y los compromisos hechos en esta vida o en una existencia anterior o aun los concertados entre nuestros Sí mismos Superiores, atraeremos frustración, desilusión y pérdida a nuestra vida. Cuando honramos estas promesas, se nos recompensa diez veces.

 

Una amiga mía ayudó a un hombre durante un período muy traumático de su vida. Lo llevó a su casa, lo cuidó física y económicamente. Pero de vez en cuando se sentía enojada con esta situación, porque tenía miedo de que no le alcanzase para los dos. Le disgustaba tener siempre que pagar por él. Solían presentársele problemas con sus negocios.

 

Gradualmente noté que su actitud hacia él empezó a cambiar de manera sutil. Me dijo que ya no le importaba mantenerlo económicamente, porque se había dado cuenta de cuánto la apoyaba él en el nivel emocional. Al hacer ella este cambio, sus negocios empezaron a prosperar.

 

Ella había respetado automáticamente un compromiso de vidas pasadas con él, pero desde un enfoque erróneo. Mientras hacía esto, sus negocios estaban detenidos y sufrían pérdidas. Ahora que honraba el contrato desde su corazón, había activado la Ley del Retorno Multiplicado por Diez.

 

Observa la manifestación de las Leyes de Abundancia en tu vida porque es una llave para el crecimiento espiritual.

Piensa en los Iluminados que eligieron vidas de abundancia y poder. Kuthumi fue Pitágoras y el emperador de la India Shah Jahan, quien construyó el Taj Mahal. Serapis Bey fue el faraón Akhenatón. Monka fue el jefe de la civilización incaica. El Morya fue el rey Salomón. Cuando Jesús era José, fue gobernador de Egipto.

 

Una vez que lograron el poder sobre las Leyes del universo, eligieron encarnar en posiciones de abundancia y poder para que pudieran influir directamente en la vida de millones de personas.

 

Cuando los colaboradores de la Luz en todas partes tengan dinero y poder, el mundo se transformará con rapidez.

 

Ejercicio: Visualización de abundancia

Relájate.

Abre tu corazón.

Visualiza que alguna persona que no quieras está recibiendo exactamente lo que él o ella más desea.

Visualiza que alguna persona que amas está recibiendo todo lo que él o ella quiere.

 

Visualízate a ti mismo recibiendo todo cuanto quieres.

Recuérdate a ti mismo que mereces esto y que mereces también disfrutarlo.

Extraido del libro de Diana Cooper
 
 
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Gracias . . .

Ahora puedes descargar la introducción de Palabras Mágicas. Sigue el link

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Bienvenido querido lector y hermano espejo, este blog es para ti y para mi. Juntos recorreremos   el hermoso camino de vivir la vida  experimentando  los beneficios de estar limpiando nuestro pasado. Por lo tanto en este largo camino, quiero que vayamos de la mano compartiendo, y te invito a que tu postees tus comentarios, experiencias y yo  aquí compartiré contigo algunos artículos que estoy escribiendo, temas que siento que son buenos para  conocerlos y sobre todo quiero presentarte mi nuevo libro basado completamente en la técnica Hawaiana Ho’oponopono y que hoy en día es el primer manual en su estilo. “Palabras Mágicas” es el libro que nació  producto   del amor que le tengo a esta técnica y por el cual dedique una buena parte de mi tiempo de este ultimo año. En el libro encontraras toda la información y también todas las respuestas a tus inquietudes que puedas tener acerca de ¿qué es el Ho’oponopono? ¿cómo funciona? ¿cómo utilizarlo? y una gran cantidad de información que hará que elijas esta técnica como herramienta predilecta para tu evolución espiritual aquí en la tierra.

Si  ya has oído hablar del Ho’ oponopono, quedaras fascinado con encontrar tanta valiosa información  en un solo libro que esta explicado  de forma sencilla y sorprendente. Si es la primera vez que oyes hablar de esta fabulosa técnica hawaiana, te sorprenderá  lo que vas a encontrar aquí y como tu vida se va a llenar de milagros.

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Te sanaras a ti mismo y al mismo tiempo sanaras a otro.

Vas a descubrir el propósito de tu vida.

Descubrirás  la principal razón porque las personas no logran lo que desean y lo podrás superar.

Vas a aprender a deshacerte de todas las creencias limitantes, de desamor, escases, enfermedad y de poca valía.

Aclararas porque te cuesta tomar decisiones.

Como superar el miedo y la culpa

Quien eres realmente

Porque necesitas borrar constantemente y cuál es su significado.

Las  frases que te garantizamos cambiaran tu vida.

Como dominar el juego interior de la riqueza

Como encontrar la inspiración.

Vas a conocer la importancia de la gratitud

Conocerás los secretos para obtener abundancia

Sabrás que hacer cuando te sientas perdido  y aprenderás a ir de la mano con la divinidad.

Vas a comenzar a sentirte en paz sin importar lo que esté sucediendo allá afuera y mucho mas.

 

Palabras Mágicas por Jocelyne Ramniceanu

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ABUNDANCIA POR EL MAESTRO "TOLLE"

Del maestro Eckhart...

LO QUE CREEMOS SER.
Nuestro sentido de lo que somos determina cuáles han de ser nuestras necesidades y las cosas a las cuales les atribuiremos importancia en la vida; y todo aquello que nos parezca importante tendrá el poder de perturbarnos e irritarnos.
Esto se puede utilizar como criterio para descubrir hasta qué punto nos conocemos a nosotros mismos.
Lo que nos importa no es necesariamente lo que expresamos ni aquello en lo cual creemos, sino aquello que se manifiesta como serio e importante a través de nuestros actos y de nuestras reacciones.

Entonces conviene preguntarnos: "¿Cuáles son las cosas que me irritan y me alteran?"
Si las nimiedades tienen el poder para molestarnos, entonces eso es exactamente lo que creemos ser:
un ser insignificante. Esa será nuestra noción inconsciente.
¿Cuáles son las cosas insignificantes?
En últimas, todas las cosas son insignificantes, porque todas las cosas son transitorias.

Podemos decir, "sé que soy un espíritu inmortal", o "estoy cansado de este mundo de locos y lo único que deseo es paz", hasta cuando suena el teléfono.
Malas noticias: hubo un colapso de la bolsa de valores; se dañó el negocio; se robaron el automóvil; llegó la suegra; se canceló el viaje; se canceló el contrato; el compañero se ha ido; piden más dinero; dicen que es culpa nuestra.
Entonces se levanta en nuestro interior una oleada de ira o ansiedad. La voz se torna dura: "no soporto más esto".
Acusamos, culpamos, atacamos, nos defendemos o nos justificamos, y todo eso sucede en piloto automático.

Obviamente hay algo más importante para nosotros que la paz interior que pedíamos hace un momento, y tampoco somos ya un espíritu inmortal.
El negocio, el dinero, el contrato, la pérdida o la amenaza de pérdida son más importantes.
¿Para quién? ¿Para el espíritu inmortal que dijimos ser?
No, para mí. Para ese pequeño yo que busca la seguridad o la realización en cosas transitorias y que se enoja o se pone nervioso cuando no las encuentra.
Bueno, por lo menos ahora sabemos quiénes creemos ser realmente.

Si la paz es realmente lo que deseamos, debemos elegir la paz. Si la paz fuera más importante para nosotros que todo lo demás y si supiéramos de verdad que somos espíritu en lugar de un pequeño yo, no reaccionaríamos sino que nos mantendríamos totalmente alertas frente a situaciones o personas difíciles.

Aceptaríamos inmediatamente la situación y nos haríamos uno con ella en lugar de separarnos de ella.
Entonces, a partir del estado de alerta, vendría la reacción.
Sería una reacción proveniente de lo que somos (conciencia) y no de lo que creemos ser (el pequeño yo).
Sería entonces una respuesta poderosa y eficaz que no convertiría a la persona o a la situación en enemiga.

El mundo siempre se encarga de que no nos engañemos durante mucho tiempo acerca de lo que pensamos ser, mostrándonos las cosas que realmente nos importan.
La forma como reaccionamos ante las personas y las situaciones, especialmente en los momentos difíciles, es el mejor indicador del conocimiento real que tenemos de nosotros mismos.

Mientras más limitada y más egotista sea nuestra idea de nosotros mismos, más atención prestaremos y más reaccionaremos ante las limitaciones del ego, ante la inconsciencia de los demás.
Los "defectos" que vemos en los otros se convierten, para nosotros, en su identidad. Eso significa que veremos solamente el ego en los demás, reforzando así el nuestro.
En lugar de mirar "más allá" del ego de los demás, fijamos nuestra atención en él. ¿Quién ve el ego? Nuestro ego.

Las personas que viven en estado profundo de inconsciencia experimentan el ego viendo su reflejo en los demás.
Cuando reconocemos que aquellas cosas de los demás que nos producen una reacción son también nuestras (y a veces sólo nuestras), comenzamos a tomar conciencia de nuestro propio ego.
En esa etapa es probable que también nos demos cuenta que les hacíamos a los demás lo que pensábamos que ellos nos hacían a nosotros. Dejamos de considerarnos víctimas.

Puesto que no somos el ego, el hecho de tomar conciencia de él no significa que sepamos lo que somos: sólo reconocemos lo que no somos.
Pero es gracias a ese conocimiento de lo que no somos que logramos eliminar el mayor obstáculo para llegar a conocernos realmente.

Nadie puede decirnos lo que somos. Sería apenas otro concepto más, incapaz de cambiarnos.
No hace falta una creencia para saber lo que somos. En efecto, todas las creencias son obstáculos.
Ni siquiera necesitamos alcanzar la realización, porque ya somos lo que somos.
Pero sin la realización nuestro ser no puede proyectar su luminosidad sobre el mundo.
Permanece en el ámbito de lo inmanifiesto, es decir, en nuestro verdadero hogar.
Entonces somos como la persona que finge ser pobre mientras tiene cien millones de dólares en su cuenta, con lo cual el potencial de su fortuna jamás se manifiesta.

LA ABUNDANCIA

La noción de lo que creemos ser también está íntimamente relacionada con la forma como percibimos el tratamiento que recibimos de los demás.
Muchas personas se quejan de que los demás no los tratan como se merecen. "No me prestan atención, no me respetan, no reconocen lo que hago", dicen. "Es como si no existiera".
Cuando las tratan con amabilidad, sospechan algún motivo oculto. "Los otros tratan de manipularme y aprovecharse de mí. Nadie me quiere".

Esto creen ser: "soy un pobre ser necesitado cuyas necesidades están insatisfechas". Este error fundamental de interpretación crea disfución en todas sus relaciones.
Creen no tener nada que dar y que el mundo o las demás personas les niegan lo que necesitan.
Su realidad se basa en una noción ilusoria de lo que son, la cual sabotea todas las situaciones y empaña todas las relaciones.
Si la noción de carencia, trátese de dinero, reconocimiento o amor, se convierte en parte de lo que creemos ser, siempre experimentaremos esa carencia.
En lugar de reconocer todo lo bueno de la vida, lo único que vemos es carencia.

"Reconocer lo bueno que ya tenemos es la base de la abundancia".

El hecho es que cada vez que creemos que el mundo nos niega algo, le estamos negando algo al mundo.
Y eso es así porque en el fondo de nuestro ser pensamos que somos pequeños y no tenemos nada que dar.

Ensaye lo siguiente durante un par de semanas para ver cómo cambia su realidad: dé a los demás todo lo que sienta que le están negando.
¿Le falta algo? Actúe como si lo tuviera, y le llegará.
Así, al poco tiempo de comenzar a dar, comenzará a recibir.
No es posible recibir lo que no se da. El flujo crea reflujo.
Ya posee aquello que cree que el mundo le niega, pero a menos que permita que ese algo fluya, jamás se enterará de que ya lo tiene.
Y eso incluye la abundancia.

Jesús nos enseñó la ley del flujo y el reflujo con una imagen poderosa. "Den y se les dará. Recibirán una medida bien apretada y colmada".

La fuente de toda abundancia no reside afuera de nosotros, es parte de lo que somos. Sin embargo, es preciso comenzar por reconocer y aceptar la abundancia externa.
Reconozca la plenitud de la vida que lo rodea: el calor del sol sobre su piel, la magnificencia de las flores en una floristería, el jugo delicioso de una fruta o la sensación de empaparse hasta los huesos bajo la lluvia.
Encontramos la plenitud de la vida a cada paso. Reconocer la abundancia que nos rodea despierta la abundancia que yace latente dentro de nosotros y entonces es sólo cuestión de dejarla fluir.
Cuando le sonreímos a un extraño, proyectamos brevemente la energía hacia afuera. Nos convertimos en dadores.

Pregúntese con frecuencia, "¿qué puedo dar en esta situación; cómo puedo servirle a esta persona, cómo puedo ser útil en esta situación?"
No necesitamos ser dueños de nada para sentir la abundancia, pero si sentimos la abundancia interior constantemente, es casi seguro que nos llegarán las cosas.

La abundancia les llega solamente a quienes ya la tienen.
Suena casi injusto, pero no lo es. Es una ley universal.
Tanto la abundancia como la escasez son estados interiores que se manifiestan en nuestra realidad.

Jesús lo dijo así: "Porque al que tenga se le dará más, y al que no tenga, aun lo que tiene se le quitará".

Eckhart Tolle, en "Una Nueva Tierra".
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