"Me dirijo a quien pueda auxiliarme que consiste en: Obtener el artículo que público Yider Araque, el dís el día l3 del presente mes titulado." El poder de la palabra". me lo han solicitado. pero accidentalmente lo borre del archivo de mi…"
Una mujer, le nació su hijo con retardo mental, era casi como un vegetal, cuando iba creciendo tenían que darle de comer, beber y cargar, ya que no caminaba. Ella era una dama muy espiritual. Cuando su niño tenía ocho años, ella miró por televisión una conferencia que trataba de la fe y poder de la palabra. Le llegó tanto a su alma que la puso en práctica; todos los días decía:- “Mi niño come solo, camina y me dice mamá”. Repetía todos los días esas frases con una fe inamovible, no se desanimaba ningún momento al ver que su hijo seguía igual, estaba firme en sus convicciones, “Mi niño come solo, camina y me dice mamá”. Al cumplir cuarenta días ella estaba en la cocina y de repente sintió que alguien halaba su falda, pensó que era el perro, pero cuando miró atrás, vio a su hijo de pie que le decía: -“Mama, tengo hambre” . El pequeño estaba totalmente normal, su madre llorando de emoción lo abrazó y besó dando gracias al Creador. Bendiciones, Yider Elder Araque Cerón
Comentarios
BIENVENIDO!!
disculpa no haber tomado en cuenta tu envío. No lo había notado. Espero estar en contacto. BIENVENIDO!
EL PODER DE LA PALABRA
Una mujer, le nació su hijo con retardo mental, era casi como un vegetal, cuando iba creciendo tenían que darle de comer, beber y cargar, ya que no caminaba. Ella era una dama muy espiritual. Cuando su niño tenía ocho años, ella miró por televisión una conferencia que trataba de la fe y poder de la palabra. Le llegó tanto a su alma que la puso en práctica; todos los días decía:- “Mi niño come solo, camina y me dice mamá”.
Repetía todos los días esas frases con una fe inamovible, no se desanimaba ningún momento al ver que su hijo seguía igual, estaba firme en sus convicciones, “Mi niño come solo, camina y me dice mamá”. Al cumplir cuarenta días ella estaba en la cocina y de repente sintió que alguien halaba su falda, pensó que era el perro, pero cuando miró atrás, vio a su hijo de pie que le decía:
-“Mama, tengo hambre” .
El pequeño estaba totalmente normal, su madre llorando de emoción lo abrazó y besó dando gracias al Creador.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón