Se cuenta que en una tarde nublada y fría, dos niños patinaban, sin preocupación, sobre un lago congelado.
De repente, el hielo se rompió y uno de los niños cayó en el agua.
El otro, viendo que su amiguito se ahogaba debajo de la cámara de hielo, cogió una piedra y comenzó a golpear con todas sus fuerzas, hasta que consiguió romperla y salvar a su amigo.
Cuando los bomberos llegaron y vieron lo que había ocurrido, preguntaron al niño:
“¿Cómo hiciste eso? ¡Es imposible que tú hayas roto el hielo con esa piedra y tus manos tan pequeñas!”
En aquel instante apareció un anciano y dijo:
“Yo sé como lo consiguió él.”
Todos preguntaron: “¿cómo?”
Y el anciano respondió:
“¡No había nadie cerca para decirle que no conseguiría hacerlo!”
* * *
Es bien posible que usted ya haya desistido de algún proyecto, o dejado de intentarlo, porque había alguien a su lado para decirle que usted no sería capaz.
Es bien probable que, en algún momento, usted haya flaqueado delante de un proyecto porque alguien demostró falta de confianza en su potencial de realización.
Muchos de nosotros demasiado influenciables por los que nos rodean.
Lo que debemos tener en cuenta, en ese contexto, es que no todas las personas tienen la misma disposición y la misma visión de las situaciones. Lo que para una parece imposible, para la otra es de fácil solución.
Existen también personas extremadamente pesimistas, y ven en todo barreras. Y otras son exageradamente entusiastas, y hasta un tanto inconsecuentes.
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Siendo así, es importante que cada uno sepa evaluar su propio potencial y se disponga a realizar lo mejor para su vida.
¡Piense en eso!
Cuantas veces pensó en desistir, en dejar de lado ideales y sueños...
Cuantas veces tocó en retirada, con el corazón amargado por la injusticia…
Cuantas veces sintió el peso de la responsabilidad, sin tener con quien dividir...
Cuantas veces sintió soledad, incluso teniendo personas a su alrededor…
Cuantas veces habló, sin ser notado.
Cuantas veces luchó por una causa perdida.
Cuantas veces volvió para casa con la sensación de derrota…
Cuantas veces las lágrimas se obstinaron en caer, justamente cuando necesitabas parecer fuerte...
Cuantas veces pidió a Dios un poco más de fuerza, un poco más de luz…
La respuesta siempre acaba viniendo, sea como fuera; una sonrisa, una mirada de aprobación, una postal, una nota, un gesto de gratitud, de amor…
¡Y usted insiste!
Insiste en proseguir. En creer una vez más, en transformar, en dividir, en estar, en ser…
¿Y usted sabe por qué insiste en continuar?
Porque sabe que tiene una misión que cumplir.
Por esas y otras razones, tenga siempre en mente que usted es capaz, si no Dios no le habría confiado esa misión que sólo usted es capaz de realizar.
Equipo de Redacción del Momento Espírita, con base en un texto de autoría desconocida.
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Con este mensaje electrónico
Siguen muchas vibraciones de paz y amor
Para usted
Mensaje traducido por el Grupo el Amor en Acción de España.
Comentarios
Maravilloso cuento para aplicar a nuestra vida
hermoso, muchas gracias!