ENVIADO POR ROBERTO
Todo depende de cómo se mire
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¿Alguna vez te has preguntado por qué una misma situación puede suponer un obstáculo para una persona, mientras que otra lo percibe como una nueva oportunidad? La respuesta se halla en el modo que tenemos las personas de mirar las cosas. Existen tantas perspectivas diferentes como personas hay en el mundo. Nuestras vivencias, experiencias y conocimientos marcan nuestra interpretación y visión de la realidad y por ello no existen dos visiones del mundo totalmente iguales.
¡Vamos a hacer una prueba! Coge papel y lápiz y responde a estas preguntas.
- ¿Qué ves?
Fuente: Psicoactiva
- ¿De qué color es la flecha?
Fuente: Buzzfed
- ¿Cuál es el primer animal que aparece en esta foto?
Fuente: Exolas
¿Quieres saber las respuestas correctas de cada una de ellas? ¡Pues no hay una verdad absoluta! En la primera imagen podrás haber escrito en el papel que ves una mujer o un árbol… ¡las dos son ciertas! En la segunda quizás lo primero que has visto son las flechas verdes, pero puede que tu compañero de al lado vea antes las amarillas. Y en el último caso es posible que hayas visto un elefante o… ¿Has visto primero un caballo? ¿O un mono?
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Esto que puede parecer un juego de ilusiones ópticas esconde un importante significado: demuestra cómo todo cambia según como lo miremos. Esta verdad es extrapolable a las situaciones diarias con las que nos encontramos, sobre todo cuando son experiencias negativas que nos pueden generan un malestar.
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Pongamos por ejemplo una situación adversa como puede ser un despido laboral. Ante esta experiencia, se pueden producir dos reacciones totalmente antagónicas: una persona optimista y con una visión amplia de las cosas, puede interpretar esta situación como una nueva oportunidad para encontrar otro empleo y crecer en otro ámbito. En cambio, una persona pesimista, o con un bajo nivel de autoestima, interpretará el despido como algo terrible que le acabará superando.
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Esta doble reacción es la que se da a conocer en la popular frase “vaso medio vacío o medio lleno”. Ante una misma realidad, las percepciones, miradas, sentimientos, maneras de afrontar la situación son totalmente diferentes. ¿Cuál es la válida? Como decíamos, no hay una verdad absoluta, pero lo que sí está claro es que el sujeto que afronte la situación de forma positiva padecerá mucho menos que el individuo pesimista. Merece la pena, ¿no?
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Así pues, no existen los obstáculos, sino que los creamos nosotros en nuestra mente cuando no somos capaces de resolver una situación complicada. Los obstáculos tan solo son circunstancias difíciles que nos ponen a prueba para sacar lo mejor de nosotros mismos. De nuestra actitud dependerá transformarlos en nuevas oportunidades.
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Del mismo modo que no existe una belleza única, sino que ésta es subjetiva a los ojos del que la mira. Las personas o los objetos no son bonitos o feos, sino diferentes y únicos en el mundo. Como dijo William Shakespeare: “Nada es verdad ni es mentira, todo depende del cristal con el que se mire”.
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Adoptar una actitud optimista ante la vida es imprescindible si queremos tener una visión positiva de las cosas. ¿Cómo hacerlo? Transforma los obstáculos en oportunidades, márcate nuevos retos y objetivos y, sobre todo, recuerda que todo en la vida tiene un lado positivo, lo único que debes hacer es encontrarlo. Todo depende de cómo se mire.
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William Shakespeare decía:
No permitas que nadie te insulte, te humille o te baje la autoestima. Los gritos son el alma de los cobardes, de los que no tienen razón. Siempre encontraremos gente que te quiere culpar de...
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