ENVIADO POR ROBERTO
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Un transeúnte se sintió mal en la calle, cayó al suelo y fue llevado a emergencias de un hospital particular, perteneciente a la Universidad Católica, administrado totalmente por monjas.
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Allí comprobaron que tendría que ser urgentemente operado del corazón, cosa que se realizó con éxito total.Cuando despertó, a su lado estaba la monja responsable por la tesorería del hospital, quien le dijo lo siguiente:*
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- Estimado señor, su cirugía fue realizada con éxito y está usted a salvo. Sin embargo, hay un asunto que necesita su urgente atención:*
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¿Cómo piensa usted pagar la cuenta de hospital?*
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Y el importante diálogo tuvo inicio...*
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- ¿Tiene usted seguro-médico?*
- No, Hermana.*
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- ¿Tiene tarjeta de crédito?*
- No, Hermana.*
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- ¿Puede usted pagar en efectivo?*
- No tengo dinero, Hermana.La monja empezó a sudar frío, pero prosiguió:*
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- ¿Y con cheque, entonces, puede usted pagar?**- Tampoco, Hermana.*
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*Entonces la monja, ya desesperada...*
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- Bueno, ¿usted tiene algún pariente que pueda hacerse cargo de la cuenta?**-
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Ah... Hermana, sólo tengo una hermana solterona, que es monja, pero no sé
si ella pueda pagar.*
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La monja, corrigiéndolo, dijo:**- ¡Disculpe señor, pero las monjas no somos solteronas!*
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¡Estamos casadas con Dios!*
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- ¡Ah! ¡Magnífico! ¡Entonces, por favor, mándele la cuenta a mi cuñado!*
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*Así fue cómo nació la expresión**...*
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"QUE DIOS SE LO PAGUE"
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