ENVIADO POR DANIEL
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Perdonar es la elección consciente de renunciar el resentimiento. Es la sabia decisión de integrar el dolor de algo pasado como aprendizaje para el futuro. Es también adoptar el compromiso de vivir plenamente en el presente, con el corazón y la mente abiertos, libres de la desidia del enojo no resuelto.
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La propia palabra resentimiento nos señala su significado: “re-sentimiento”, volver a sentir el dolor original… una y otra vez. Y entonces es cuando nos preguntamos: ¿Para qué? La respuesta parece ser, que el resentimiento es muy útil, para lograr muchos beneficios de corto plazo:
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* Nos sirve para afirmar que nosotros estamos en lo correcto, mientras que el otro está equivocado. Esta convicción nos permite sentirnos permanentemente agraviados por el otro y con una deuda a nuestro favor… siempre pendiente. Permitiéndonos evadir la situación y hacer sentir culpable al otro. * Nos da poder y control, permitiéndonos reforzar nuestra estima en una especie de causa de justicia, que en el fondo esconde nuestra decepción, inseguridad, dolor y temor.
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* Busca (y muchas veces logra) la simpatía de los amigos, porque solo mis amigos son capaces de ver todo el daño que el otro me ha hecho, toda la maldad que se esconde en su ser… y por contraste toda la bondad que rebosa mi alma.
* Nos hace inocentes frente al problema, sin que nos demos cuenta del costo de impotencia y dolor que pagamos al darle todo el poder al otro.
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* Nos protege de un pasado que no queremos ver y que irremediablemente nos ancla, nos paraliza y nos condena. Podemos decir que el resentimiento al final es una trampa disfrazada de justicia.
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¿Y entonces que hacemos? Podríamos olvidarnos del tema y hacernos el agraviado!! Sucede que no es tan fácil, porque, cuando tenemos el juicio de que la otra persona “es” así y que “no hay caso”, que ni siquiera vale la pena pensar en el asunto, estamos simplemente oponiéndonos a las posibilidades de la vida y transformándolo en una resignación igualmente enfermiza. Un conformismo que se puede repetir como modelo de vida y que nos lleva a una impotencia aún mayor.
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La conclusión parece ser entonces, que el único camino meritorio y práctico frente al resentimiento es el perdón. Pero no el perdón que absuelve al culpable, tampoco aquel que simula que todo está bien, menos todavía el que alimenta mi aureola de superioridad y santidad, ni tampoco el que abandona el reclamo. Estamos hablando del perdón auténtico, reflexivo y que a quien más favorece es a uno mismo. Es que se trata de perdonar para trascender las circunstancias y crecer en la libertad de una vida sin el peso de asuntos pendientes.
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Es hablar del perdón como una decisión que trasciende los miedos y los egoísmos, fundado en la compasión como gesto del amor incondicional a la vida. Un perdón que es el proceso, aunque nada fácil, de hacernos protagonistas y no víctimas, asumiendo la responsabilidad de nuestras emociones, suplantando la re-acción por la pro-acción. Aquel mismo que descansa en la aceptación incondicional del otro en su legitimidad, aun cuando no nos gusten sus comportamientos y aun cuando tomemos medidas para impedir que sus acciones nos hagan.
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Porque este tipo de perdón es activo y creativo. “El perdón nace de la humildad y la compasión, esas virtudes nos permiten mantener la paz aún en un estado de no saber, no compartir o no entender las acciones del otro. Dentro de esa paz profunda que trasciende y enmarca la reactividad superficial, es posible considerar las acciones ofensivas del otro al admitir que no sabemos sus razones, sus intereses, necesidades, temores y preocupaciones, ni tampoco las historias que condicionan su comportamiento. Pero sí sabemos que (al igual que nosotros) está haciendo lo mejor que puede según su propio “observador” y sus capacidades para cuidarse. Podemos no estar de acuerdo con sus acciones pero podemos perdonar al autor, liberándonos a ambos del ciclo creciente de conflicto y resentimiento.”
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El perdón, es la forma como abandonamos las ataduras con el pasado y proyectamos nuestros sueños al futuro. Deja atrás en el pasado el resentimiento y atrae a tu presente la liberación del perdón.
(Desconozco el Autor)
http://lotolila.blogspot.com/2009/12/resentimiento-y-perdon.html
PERDONAR. ENYA
Comentarios
Muy hermosa informacion y acertada y bonita musica,gracias Daniel y gracias Maya,bendiciones de luz y armonia
hermoso texto,creo que el perdón es liberarnos un poco del ego.
Es tan verdadero,que terminamos sumergido totalmente en una tristeza espiritual,de la que cuesta salir:pero se aprende que ninguno ser es perfecto y muchas veces nosotros mismo cometemos errores que no queremos reconocer. Como siempre muy acertada,gracias y bendiciones