ENVIADO POR ROBERTO
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La palabra desprende una energía que nos envuelve y nos hace manifestar una manera de ser. Cuando este tipo de energía nos ha envuelto una, dos, cien, veinte mil veces, se transforma como parte de nosotros, de manera, que nos enraíza y potencia la energía inicial que hemos manifestado.
Cuando nuestra palabra se muestra y suena en el aire a través nuestro, crea unos pilares energéticos en nosotros que nos permite construir un camino concreto, una manera de ser.
Nuestra palabra tiene fuerza. Tiene poder porque nos representa y da pie a un reforzamiento de nuestras creencias, a la energía con la cual estamos vibrando en el momento de manifestar el contenido de nuestra voz.
La palabra tiene poder, un poder según la intencionalidad de quien la expresa. Es energía con una vibración concreta. Alguien puede necesitar esta energía. Nos podemos acercar a él y transmitirle. A través de ella, puede resurgir de su estado abatido o hundirse más. Todo depende, en parte, de la energía con la cual tú te expresas.
Cuando lo que sale de nuestros labios son sonidos y palabras de limitación, estancamiento, decaimiento, víctima, incapacidad, insulto o menosprecio, nos está indicando cómo nos encontramos y qué tipo de energía hay dentro de nosotros, es decir, qué energía somos nosotros ahora. Todos estos síntomas comentados es parte de un proceso de auto anulación como ser. Nos anulamos cuando empezamos a poner nuestra vida en manos de nuestroexterior. Empezamos a aceptar situaciones, cosas que no nos gustan o no estamos de acuerdo, y así, la bola de nieve se va haciendo más y más grande a medida que va pasando el tiempo, los años.
En mis sesiones voy encontrándome situaciones que me exponen que tienen que ver en la recuperación del poder interior de cada uno. Durante años lo han ido cediendo a algo o a alguien que no se correspondía con lo que uno sentía en verdad. Cuando cedemos nuestro poder interior, nuestra vida a las manos de alguien o algo no haciéndonos estar bien con nosotros mismos, con el tiempo se produce un alejamiento de nosotros mismos con nuestra alma, y una incapacidad inicial de poder transformar todo lo que se ha creado hasta entonces para llegar a estar uno bien consigo mismo nuevamente. La bola de nieve es tan grande que, al contemplarla nos parece inmensa, apareciendo, a veces, una sensación de incapacidad para volver a ser nosotros y sentirnos bien.
Cuando nuestras palabras empiezan a mostrar síntomas de auto anulación y menosprecio hacia nosotros, es que nuestra alma está pidiendo ayuda en voz alta para que alguien, empezando por nosotros, la ayude,……la ayudemos. Estas palabras derivan hacia una actitud ante la vida, viendo como nosotros, nos vamos apagando hasta llegar a un punto de hacedores de dolor por todo lo relacionado con lo vivido.
Este dolor interior, emocional, e incluso físico, están representados por nuestra expresión oral. Nuestras palabras piden ayuda cuando empezamos a emitir expresiones del tipo: “esto es muy difícil”, “a mi edad ya no me harás cambiar”, “no se puede”, “¡Uff!, ya no puedo más”, “cada día me encuentro más cansado y desencantado de la vida”, “ya no sé qué hacer”, “en la vida, si no te lo haces tú, no te lo hace nadie””estoy muy cansado de la vida”, “la vida es muy dura”,…. ¿Os suenan estas palabras? Podríamos añadir otras muchas, pero solo son un ejemplo, una muestra de cómo nuestra palabra nos habla de nosotros mismos, de cómo nos encontramos y nos sentimos.
Una palabra puede ser un soplo de energía para restablecer nuestra vida, una bocanada de aire nuevo para resurgir de las cenizas en las cuales nos encontrábamos.
Una palabra puede elevar nuestra alma y poder continuar nuestro camino.
¡Si supiéramos de la importancia que representa cada una de nuestras expresiones orales, nuestros labios, a menudo, se soldarían para no manifestar la densidad que nuestras creencias pudieran llegar a tener!
Todo lo oído llega a nuestro interior, y desde allí, nos apuntala para continuar el camino, o nos abate para frenar nuestro proceso según sentimos en nuestro corazón.
Toda palabra conlleva una energía, y si has llegado a un punto donde te ves envuelto por una gran bola de nieve, sólo se necesita calidez para derretirla y poder ver el centro de tu interior pidiendo a gritos poderse manifestar y que lo escuches de una vez por todas. Es con el Amor que puedes abatir toda supuesta adversidad que creas tener en tu vida. Nada de esto es, solo tus percepciones basadas en la negación de quien eres. Cuando te empoderas y consigues liberarte de todo lo superficial o distorsionado, entonces lo ves claro y notas tu plena presencia manifestándose a través de ti, derritiendo con gran nitidez lo que fue resistencias y miedos en un pasado.
Solo existe el AMOR. Cuando este no se siente ni se manifiesta, empezando por ti mismo, es cuando empiezan a aparecer las siluetas del miedo y las resistencias. El miedo no existe como tal, sólo es la identificación con lo que tú no eres, y la ignorancia del verdadero ser que eres. El miedo te hace distorsionar toda la realidad, creando una falsa verdad en tu vida, que con el tiempo la generalizas con todos porque para ti es real.
Solo existe el AMOR. Cuando, en algún momento de nuestro proceso no estamos siendo nosotros, estamos cediendo nuestro ser a algo ajeno a nosotros. Cuando lo hacemos, nos adaptamos a algo que no nos corresponde como seres únicos que somos.
Las palabas son manifestaciones de estos estados interiores. Podemos oír a alguien y saber su sincronización con su alma y su verdadero ser. También podemos escuchar a alguien y molestarnos con sus expresiones y maneras de hablar. Podemos diferenciar lo armonizado y lo inestable de uno con solo escuchar sus palabras.
Cuando encarnamos nos dieron una herramienta valiosa, poderosa y creadora. El uso que hagamos de ella, nos permitirá morir, aunque sea en vida, o deleitarnos de la bendición de nuestra existencia en estos momentos, creando armonía, sosiego, calma e irradiando el Amor de nuestra naturaleza, allí por donde vayamos.
Cuando nosotros repetimos una y otra vez un tipo de expresión o palabras, esto está creando un tipo de energía concreta, depende de lo expresado. ¿Entendéis ahora, el por qué repetir una frase de pensamiento positivo varias veces para identificarnos con ella? Porque al hacerlo, nuestras vibraciones cambiarán, porque estaremos regando nuestra tierra fértil interior con palabras positivas, con energía de alta vibración. Al crear unas bases de este tipo, nuestra manera de ser cambiará, por lo tanto, nuestra actitud ante la vida, también. A partir de ahora será más positiva y amorosa.
Cada palabra emitida nos retrata ante los demás y nos crea más energía en nosotros de la que expresamos. Es un círculo que nos alimenta y nos hace crecer a la vez. Depende de lo que emitas, así te encontrarás y te adentrarás más en este estado, según las energías que te encuentres.
Vigilad lo que decís, porque será vuestro propio alimento y el de aquellos que os rodean y están con vosotros.
¡SENTID el Amor en vosotros!, y sintiéndolo, sólo deberéis de dejaros ir por él.
Sentid la Paz en vuestro interior, y desde el sosiego, sabréis que decir en todo momento.
Vuestra palabra os hace avanzar o retroceder, todo depende de quien la exprese, o bien el corazón, o vuestra mente.
Dejad que vuestro corazón guíe vuestros pasos y recordad que, a veces, vale más un silencio que una palabra.
Que vuestras palabras nos hagan saber a todos el verdadero ser que sois, este ser amoroso, omnipotente, majestuoso e irradiando con todo su resplandor, el AMOR que sois.
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Autor: Jordi Morella