El sistema simpático está compuesto por varios centros escalonados en la columna vertebral, desde el cerebro hasta la base de la médula espinal, y una parte periférica , constituida por nervios y ganglios, comunicados entre sí por redes de filamentos nerviosos llamados PLEXOS. El plexo solar, situado a nivel del estómago, es uno de ellos.
Se creía que el sistema simpático (el sistema nervioso simpático es parte del sistema nervioso autónomo) no tenía relación con el cerebro, sino con funciones de otros órganos. Hoy se sabe que ambos guardan una relación muy estrecha. El cerebro no puede actuar directamente sobre los órganos…lo hace a través del sistema simpático. Los iniciados trabajan para hacer consciente en ellos la conexión entre el plexo solar y el cerebro, pues una vez que esa relación se hace consciente…todo se les facilita.
Hoy nos enfocaremos en la relación entre el plexo solar y los pies.
Mucho se ha hablado del gesto de humildad de Jesús al lavar los pies a sus discípulos, mas no se ha tenido en cuenta la enseñanza esotérica más profunda…que implica que él lavaba sus pies para despertar en ellos las fuerzas de sanación del Plexo Solar.
Seguro muchos habrán notado esta relación…cuando tenemos muy fríos los pies, sentimos una contracción en el plexo solar…y si comemos en ese momento, no digerimos bien la comida.
El plexo solar es un centro muy importante para nosotros…es el asiento del sexto sentido, con el cual percibimos por encima de la mente, sensaciones supramentales. Tenemos que evitar todo lo que lo contraiga, porque ello lleva a la contracción de los vasos sanguíneos y de otros canales del cuerpo…y cuando nuestros líquidos circulan mal, a la larga tendremos trastornos de salud. Lo que más perturba al plexo solar y a los órganos internos, hígado, riñones, estómago, etc…es el miedo, la ira, las preocupaciones, la duda. Los pensamientos y sentimientos caóticos destruyen la armonía del plexo solar…y como éste es el depósito de nuestras energías, nos desmagnetizamos.
Cuando eso nos ocurra…
-busquemos un gran árbol,
-pongamos nuestra espalda sobre su tronco…
-pongamos nuestra mano izquierda sobre la espalda, con la palma apoyada contra el tronco, al mismo tiempo coloquemos la mano derecha sobre nuestro plexo solar para recargarlo…
-pidamos permiso al árbol para usar sus energías y agradezcamos después de unos diez a veinte minutos.
También fortalecemos el plexo solar escuchando el agua de una cascada, un río de montaña o manantial. Igualmente podemos sumergir las manos en agua…más....
EL MÉTODO MÁS PODEROSO ES SUMERGIR LOS PIES EN AGUA CALIENTE.
Preparamos el agua, sumergimos los pies y nos los lavamos con las manos, con atención, para reforzar el plexo solar…es un método que transforma nuestro ánimo, energía y estado de conciencia.
Si alguna vez tienen dificultad para meditar…tomen un baño de pies y verán cómo se facilita la concentración. No es necesario hacerlo muy largo.
Con los pies estamos conectados a la Tierra, a las corrientes telúricas…los pies son como antenas y para que las energías asciendan por ellos de forma adecuada es bueno lavarse los pies todas las noches, independientemente de la ducha….lo que también fortalecerá nuestro plexo solar y dormiremos mejor, emocionalmente descargados.
¿Comprenden ahora el gesto de Jesús y sus palabras: “Cuando uno ya está limpio…solo necesita lavarse los pies para estar enteramente puro”?...
Reflexionen sobre esto y la relación entre sus pies y el plexo solar…y trabajen espiritualmente sobre ello, comenzando por el lavado a conciencia de sus pies y acudir a la energía de los hermanos del reino vegetal, cuando alguna emoción fuerte desvitalice el plexo solar, contrayéndolo.
Publicado por Ana Vega