04 de septiembre 2014
Amados,
Tengamos una charla sobre la cualidad del amor conocida como intrepidez. Esta cualidad le da a uno el equilibrio y la capacidad de enfrentar y experimentar el miedo y todavía seguir actuando con decisión en la forma que se considere necesario. Uno no teme ser auténtico, sentirse asustado y vulnerable para expresar lo que uno siente. Uno sólo puede ser auténtico cuando sabe de uno mismo y cuando eso sucede, uno puede confiar en uno mismo. Una vez que existe la confianza en uno mismo, uno puede ser valiente. Uno no tiene que pretender ser alguien que no es. Permitan que su individualidad brille a través de todo lo que hacen. Ellos no tienen miedo de ser escuchados o de expresar su opinión. Ellos están dispuestos a tomar una posición al permitir que otros sepan lo que son y de lo que les concierne. Saben que cuentan y que son importantes. Se atreven a tomar riesgos al hacer cosas que ellos tienen miedo de hacer. Ellos van tras lo que quieren. No ocupan su tiempo repensando o sobre-analizando. No retroceden ante la búsqueda de sus objetivos y audazmente piden apoyo cuando y como ellos lo necesitan. Las personas intrépidas son buenas pidiendo y recibiendo ayuda y esperan tener éxito, creyendo firmemente que va a suceder. Ellos crean una película mental de los resultados deseados y le dan un final increíble. Ellos creen ¡que lo mejor está por venir!
La ausencia de miedo emana de la fuente del poder divino dentro. Es el deseo de vivir la vida que uno quiere vivir sin prestar demasiada atención a lo que dice la gente, porque la persona sabe que nunca va a complacer a todos, y que tiene poca valía sacrificarse uno mismo para acomodarse a las creencias de otra persona sobre que o quien uno debiera hacer o ser, pero aun así, amar a todos por lo que son como seres humanos. Ellos disciernen que la fortuna favorece a las personas que son audaces, porque se niegan a ser guiadas, y a aceptar cualquier limitación. Ellos entienden que las únicas limitaciones que tienen en la vida son las que se imponen a sí mismos, o cuando permiten que alguien más se coloque por sobre ellos. Aceptan de todo corazón los principios de las leyes del universo y por lo tanto exudan el amor del Creador. Por lo general, estas limitaciones están muy lejos de ser lo que realmente son capaces de hacer. Ellos no se preocupan por lo que pasará en el futuro y disfrutan de cada momento de la vida. Tallan su propio camino en la vida y su experiencia es que no hay otro sentimiento como este en el mundo. Permanecen abiertos a todas las posibilidades y dejan de lado cualquier expectativa preconcebida y se armonizan con lo que la vida les presenta. Ellos trabajan en dirección a sus metas, pero atentos a los síntomas que necesitan para volver a calibrarse y no sentirse atemorizados por aceptar los cambios y al hacer ésto, se crean una vida extraordinaria.
Cuando la gente no le da al miedo el poder para silenciarlos o detenerlos, les ofrece una gran bendición, dándoles la fuerza para soportar y perseverar en el amor, la visión clara, la valentía y la acción inteligente de una forma que sea importante para ellos. Ellos toman acción cuando deciden lo que quieren lograr y entonces empiezan a hacer el trabajo, centrándose en la tarea en cuestión y mediante la celebración de una visión de lo que es posible y sin vacilar en su determinación, esto les trae éxito. Ellos no tienen miedo de dejar de lado su ego, ya que están dispuestos a aceptar una solución pacífica de cualquier conflicto. Gran éxito proviene de un ser dispuesto a aprender sin dejar que sus egos se interpongan en el camino. Existe una firme, intensa y única determinación para tener éxito en las metas y objetivos de uno sin importar qué desafíos se ciernan en frente de ellos. El individuo tiene el enfoque y la fuerza para convencer sobre lo que está haciendo y en sus propias capacidades, así como a aquellos de su entorno, sin perder de vista el sentido y el objetivo que ha decidido perseguir y seguir. Ellos ven y entienden la importancia de la formación de un claro sentido de propósito en la realización de cualquier actividad y utilizan su poder de la intención como una herramienta importante en la realización exitosa de su visión. Ellos saben que las fuerzas universales misteriosas están trabajando para ayudarlos a lograr su propósito. Son sus acciones y atenciones contínuas, las que determinan el camino real que los conduce al destino previsto. Todos los destinos y logros son tales que el universo y todas las cosas que lo contienen no son socavadas de modo alguno.
Aquellos que emplean la cualidad de la intrepidez en sus vidas en el día a día muestran una notable habilidad en el manejo de sus pensamientos y emociones, y cómo mantener la presencia personal, especialmente en situaciones de estrés. Ellos aplican la auto- disciplina para priorizar las acciones y decisiones al tomar medidas y decisiones apropiadas que conducen a los mejores resultados posibles. Ellos son conscientes de sus propias emociones y su impacto en las decisiones y acciones, y mantienen un equilibrio entre las acciones, los pensamientos y las emociones para lograr una presencia totalmente funcional y equilibrada. Ellos son siempre conscientes de sus propios valores, fortalezas, debilidades, deseos, vulnerabilidades, miedos y otras dimensiones de su personalidad, que se basa en todas sus decisiones y acciones. Ellos se entienden a sí mismos y lo que los motiva y adquieren conocimiento de sí mismos a través de la reflexión, la observación y la escucha del otro. Ellos siguen los dictados de su propio corazón, pero están abiertos a las ideas, la retroalimentación y la evaluación de los que los rodean, a sabiendas de que otros puntos de vista pueden añadir claridad a cualquier situación que están a la mano. Ellos trabajan en cooperación con otros para crear una red de influencia, inspiración e interacción positiva.
Una de las mejores maneras de encarnar la intrepidez, es decirse a sí mismo, que sin importar lo que suceda en la vida, uno tiene la capacidad de manejar la situación. Al reconocer verdaderamente, que el malestar y el miedo son vitales para el desarrollo espiritual, uno puede tomar las medidas necesarias en la dirección correcta para hacer frente a esos desafíos. Hay una cantidad increíble de liberación dentro de uno mismo que sucede al tomar esta acción. El compartir con alguien puede ayudar a uno a examinar lo que uno realmente quiere de la vida, y de donde los propios miedos provienen en el primer lugar. También se aprende que muchas personas se sienten de la misma manera. Es un hecho de la vida que para desarrollar las habilidades de uno en cualquier empresa, uno debe luchar mientras aprende, por lo que es importante recordar esto en la medida que uno abrace el proceso. La gente tiene que dejar de cometer errores, porque es aquí cuando el aprendizaje y el crecimiento realmente suceden, a medida que aprenden de sus fracasos. Para ello, hay que liberar el temor al juicio y querer la aprobación de los demás. Superar el miedo y convertirse en intrépido requiere una perspectiva interior que uno puede crecer y cambiar si se opta. Nada está escrito en piedra para siempre; uno puede cambiar. Se necesita tiempo y práctica, pero es una práctica que bien vale la pena.
YO SOY el Arcángel Gabriel
© 2014 Marlene Swetlishoff / Tsu-tana (Soo-tam-ah) Guardiana de las Sinfonías de Gracia
