estratos (1)

David Topí : Conociendo los estratos del subconsciente

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Siguiendo con el mismo tema que empezamos con el artículo anterior sobre la mente, vamos a adentrarnos a indagar un poco más en la esfera subconsciente, y en su correspondiente capa del cuerpo mental.

Como habíamos dicho, la esfera subconsciente recoge de la esfera pre-consciente toda la información que entra por nuestros sentidos, seamos conscientes de ella o no, y la almacena para toda la vida en una de las diferentes capas o sustratos que posee en el cuerpo mental, de acuerdo al uso que se le pueda dar por parte de nuestro “Yo” o personalidad dominante.

Decía Jane Roberts, en uno de sus primeros libros, que, posiblemente, la mejor analogía para explicar el subconsciente, es a través de la comparación con los estratos arqueológicos, donde cada capa contiene una serie de características e información almacenada, con sus propias reglas y procesos, como sedimentos que van quedando depositados con el paso de las vidas, las experiencias y las vivencias de cada persona. Si queremos entender un poco mejor como funciona nuestra mente, y en particular donde se guarda todo aquello que vivimos, hemos de estudiar y comprender principalmente entonces estos diferentes estratos de la capa subconsciente.

Estratos vida actual

Tanto el cuerpo mental, como las esferas mentales, se insertan en el cuerpo físico tras cada encarnación, por lo que, de alguna forma, son siempre “nuevas” para cada nuevo cuerpo que usamos, sin embargo, la información de los mismos, siendo un campo cuántico, energético, no se pierde, sino que va siendo acumulada e incorporada existencia tras existencia a la nueva mente del nuevo avatar que usamos para cada nueva vida.

Desde el momento de nuestro nacimiento, se van formando nuevas capas en nuestro subconsciente, que corresponden a nuestra vida actual, relegando, como veremos luego, la información sobre otras vidas anteriores a estratos más profundos, fuera del alcance de la esfera mental consciente de la encarnación en curso, de ahí que solo con técnicas concretas como la hipnosis o la terapia regresiva podamos recuperar las memorias de encarnaciones anteriores (simultáneas).

Así, la capa superior de nuestro subconsciente, la más superficial, está formada por aquellos patrones, deseos y necesidades de la personalidad que subyacen justo en el umbral de lo consciente, e, inmediatamente debajo de ella, encontraríamos el mismo tipo de cosas, pero remontándose en el tiempo, y retrocediendo hacia nuestro nacimiento, es decir, que, en cada etapa de la vida, se irían superponiendo aquellos programas instalados, patrones de comportamiento, sistemas de creencias, necesidades emocionales, deseos, memorias, experiencias, etc., que no fueron procesados por el consciente y se fueron quedando depositadas en diferentes niveles de este subconsciente.

Nuestras memorias de esta vida, nuestros programas y patrones de comportamiento, nuestros deseos y necesidades, se mantienen en esta capa superior que se remonta hacia atrás en el tiempo, teniendo en la parte inferior del primer estrato aquello que adquirimos al nacer, y en la parte más alta del mismo, aquello que justo acabamos de adquirir.

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Miedos, temores, fobias

Justo después de esta primera acumulación de memorias, experiencias y recuerdos, si miramos un poco lo que hay en el siguiente nivel, en el segundo estrato de la capa subconsciente del cuerpo mental, nos encontramos con aquellos elementos a los que la persona tiene más miedo, pánico y terror, por sus propias razones y composición psicológica. Aquí subyacen aquellos temores, fobias, oscuridades y pesadillas que, como un terremoto, pueden, de repente, cualquier día, salir a la superficie sin control alguno por parte del ego o personalidad consciente, detonados por alguna reacción o catalizador externo, que, por resonancia, nos rompe en pedazos los topes de seguridad y membranas que los mantenían guardados, y no pueden impedir que salgan manifestados sin control. Estás reacciones de pánico incontrolado, que algunas personas experimentan, suceden cuando algo que está aquí enterrado encuentra vía libre a la superficie y no hay forma de pararlo. Cuando se hace de forma controlada, como en alguna terapia, esto produce una liberación o sanación, y aquello que estaba ahí enterrado desaparece por completo.

Es aquí, en este segundo estrato, donde acumulamos todo aquello con lo que no queremos lidiar, porque nos asusta o nos asustó en su momento, y aquí se van depositando, con más o menos esperanza por parte de la mente consciente, de que no salgan jamás a la luz. Es la típica sensación de que nos “tragamos” algo y lo enterramos en lo más profundo de nuestra psique para no pensar en ello, pues eso que nos “tragamos” y enterramos, viene a depositarse en esta segunda capa del subconsciente y pueden, con el tiempo, convertirse en traumas, fobias, temores y miedos varios que se han quedado sin procesar. El éxito de terapias que te hacen “comprender” estos problemas, bloqueos y miedos, subyace precisamente en que, al procesarlos por la esfera mental consciente, los remueves de este estrato y los puedes transmutar y disipar más fácilmente.

Todo un cúmulo de posibilidades y potenciales latentes

Siguiendo nuestro recorrido, por debajo de esta segunda capa, en el tercer estrato del subconsciente, se encuentran todas aquellas posibilidades de desarrollo innato que tiene una persona, pero que no han tenido la fuerza suficiente como para manifestarse en ella. Aquí aparecen todas las habilidades en potencia, todas las semillas de algo que, trabajado, podría desarrollarse y convertirse en una faceta consciente de la personalidad, pero que se mantiene en estado desactivado o latente, a la espera de la ocasión de hacerlo, en esta, o posteriores encarnaciones. También se mantienen aquí latentes habilidades de anteriores encarnaciones que el espíritu-alma de la persona ha decidido no usar para esta partida del juego en el que estamos en concreto, y yacen “dormidas” a la espera de que sea necesario, o no, su activación, despertar y uso. A veces nos preguntamos porque, si en una vida anterior, por ejemplo, hemos tenido una cualidad o habilidad X, ahora en esta vida pareciera que la hemos perdido. La respuesta no es que hayamos perdido esa habilidad o talento, sino que subyace latente en este tercer estrato subconsciente, a la espera del momento para ser despertada, o tomándose un descanso por no ser necesitada por la programación y plan de “estudios” requerido para esta encarnación.

Por otro lado, es de esta tercera capa también de donde pueden emerger personalidades secundarias de una persona, cuando algún otro terremoto o shock psíquico pueda ocurrirle, estando compuesta por aquellos componentes de la personalidad enterrados y procedentes tanto de pasadas encarnaciones, como de facetas reprimidas por la persona, que, si encuentran su camino hacia el exterior, y hacia el control de la personalidad dominante de la misma, entonces pueden llegar a producir, por ejemplo, un trastorno de personalidad múltiple (aunque esta no sea solo la única causa para ello, solo es un ejemplo).

Información de otras encarnaciones

Siguiendo con los estratos psíquicos, justo debajo de esta capa nos encontramos el siguiente sedimento donde se encuentra almacenada la información del periodo “entre vidas” justo anterior a la encarnación presente, y, justo debajo de este, se encuentra la capa con la información de la vida inmediatamente anterior a la actual, donde, puesto que, desde el punto de vista de nuestro Yo Superior y de nuestro SER, son todas simultáneas, de forma que existen conexiones permanentes con otras partes de nosotros mismos, encarnados en otros cuerpos y vidas que pudieran estar sucediendo al mismo tiempo. Es por ello, que, aunque digamos que son como capas de información unas encima de otra, son energías interpenetradas, que forman parte de un eterno presente, y están, de alguna forma, todas al mismo nivel, más bien en paralelo unas con otras, pero esto es algo que nuestra mente consciente no puede comprender y, por ende, debe situarlas de forma lineal, como creadas una detrás de otra, en una sucesión de vidas secuenciales, que es como nosotros percibimos nuestra historia personal desde nuestra primera encarnación.

Lo interesante de la capa que guarda o retiene la información del llamado “periodo entre vidas” es que, al estar libre del camuflaje de la realidad material, contiene y nos da mucha información de quienes somos cuando no estamos confinados en un traje orgánico como el cuerpo humano, y es de aquí, por ejemplo, de donde podemos obtener información de lo que hacemos, o lo que hicimos, cuando dejamos atrás el ultimo avatar, el cuerpo físico que usábamos, y cogimos uno nuevo, el que tenemos ahora. Aquí es de donde la mayoría de personas que recuerdan bajo hipnosis o terapia regresiva lo que son, hacían o percibían fuera del plano físico, obtienen la información al respecto.

A partir de este estrato, la estructura anterior se repite, ya que, a partir de aquí, encontramos entonces capas de memorias que lidian, primero con el periodo entre vidas anterior a la última encarnación, luego con las memorias de la ultima encarnación, luego con el periodo entre vidas anterior a este, luego con la vida anterior, etc., etc.

Antes de encarnar por primera vez

Finalmente, en la capa más profunda del subconsciente, por debajo de la capa con información de nuestra primera vida en este planeta como seres humanos, nos encontramos con la información de nuestra conciencia genética, con datos pertenecientes a la psique racial, nuestra psique común como miembros de la raza humana, con información sobre nuestro origen y desde nuestra creación como raza. Más abajo, es decir, en un nivel inferior a este, existe otro estrato que lidia y retiene la información de lo que éramos antes de nuestra primera entrada en el mundo material y denso, incluyendo la comprensión de la realidad que poseemos fuera de este plano físico, antes de nuestra primera incursión en este nivel evolutivo como seres humanos. Si llegáis a destapar y conectar con la información de este sustrato del subconsciente, podréis traer a la esfera mental consciente los recuerdos o sensaciones de lo que erais antes de ser humanos, sea lo que sea, y vinierais de donde vinierais antes de empezar a encarnar en este planeta.

Dos formas de trabajar con el subconsciente

Imagino que hay por la red decenas de técnicas para trabajar estos estratos del cuerpo mental, así que yo solo os voy a comentar las dos herramientas que yo uso personalmente, no son ni buenas ni malas, no son ni las mejores ni las peores, ni las mas eficaces ni las menos. A mi me van bien y, por ende, las llevo usando ya hace tiempo.

La primera, evidentemente, es la meditación. En este caso, una meditación con la intención inicial y propósito de conectar con tu subconsciente a partir de una visualización inicial. En mi caso, me imagino bajando por unas escaleras, llegando a una puerta donde pone “subconsciente”, y entrando en un enorme almacén donde cajas y cajas y cajas de archivos, papeles, recuerdos, memorias, y demás se encuentran almacenados. Mi peculiar configuración mental me hace percibir todo de esta forma, no dudo que cada uno notara y lo vivirá de la suya propia. La forma de trabajar aquí es pidiendo internamente que se te muestre aquello que es mas importante sanar, liberar o hacer consciente, y a partir de aquí empieza el movimiento de emociones, memorias, vivencias o historias a trabajar.

La segunda forma, es la escritura automática. Abro un fichero en Word y me pongo a escribir todo lo que salga, sin analizarlo, sin pensarlo, sin procesarlo. Dejo a un lado el raciocinio, la mente consciente, y escribo sin parar, escribo, escribo, escribo, y vaya lo que sale de ahí cuando te pones a leerlo. Desde las tonterías mas grandes y cosas sin sentido, hasta las verdades mas profundas ocultas en uno mismo. Pero hay que escribir mucho, y sin pensar, lo cual significa que tienes que teclear tan rápido como tu subconsciente vaya soltando prenda, y te tiene que importar bien poco si es lógico, coherente o no, de lo contrario, es la esfera consciente la que esta tomando el mando y no sirve para nada.

Con ambas cosas de puede liberar datos, información, miedos, vivencias o memorias subconscientes atrapadas que claman por salir a la luz. Buscad otras por internet y probad a ver cual os va mejor, y a partir de aquí ya tenéis herramientas de trabajo personal con uno mismo que pueden daros grandes sorpresas y alegrías, liberarnos de cosas enterradas o destapar aquello que nos puede ayudar a lidiar con las vicisitudes del momento que estemos viviendo.


David Topí

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