Literalmente "mar de la energía".
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Es un punto, o mejor dicho un centro energético que tiene un papel central en diversas disciplinas de la tradición oriental relacionadas con el desarrollo externo e interno; en particular las artes marciales, taichichuan, chi kung, yoga y zazen.
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Tiene diferentes acepciones que empleamos en la práctica: es el caldero, la cavidad inferior, el punto núcleo del organismo, el centro de gravedad, la residencia del segundo cerebro y la bomba abdominal.
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Aplicación en la práctica del Tao Yin:
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Por una cuestión de física elemental aumentando la presión en el abdomen aumenta la temperatura, genero más calor, más energía para recargar todos los órganos, tendones, músculos y huesos.
Mantengo el fuego caliente utilizando la respiración y las bombas del abdomen y perineo.
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Hay tres Tan Tien, tres centros energéticos fundamentales. En cada uno de ellos residen 3 mentes o centros de conciencia:
1. TAN TIEN SUPERIOR: Ubicado en el entrecejo, el tercer ojo.
Es la mente observadora, la mente del cerebro y el ojo interno (el tercer ojo).
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Es capaz de acceder a estados de conciencia superiores y también a la información recibida a través de los ojos, oídos, nariz y boca.
Cuando está enfocada es la “mente observadora”.
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Si no ha sido entrenada tiene tendencia a derrochar energía y a responder a las circunstancias emprendiendo acciones innecesarias.
Está relacionado con la transmutación de la energía mental y con la clarividencia.
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2. TAN TIEN MEDIO: Ubicado en el centro medio, relacionado con el plexo solar/cardíaco.
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Es la mente consciente. El cerebro-corazón, conocido como asiento de la conciencia ya que es la morada del guía interno, del maestro interior.
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Se activa sonriendo al corazón y suavizándolo con sentimientos de amor, alegría y felicidad. Está vinculado con el plano emocional.
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El Tan Tien Medio es el depósito del Chi de todo nuestro sistema energético.
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Además de recoger el Chi de la naturaleza, el Tan Tien Medio es el lugar donde se reúne y se fusiona la energía cultivada de los otros Tan Tien. Es el reactor en el cual se realiza el último proceso alquímico de los tres tesoros.
La fusión de las tres energías en el Tan Tien Medio dará comienzo a la formación de la Perla.
Cuando la Perla está formada y madura, se convertirá en lo que mi maestro llama el renacuajo. Es la energía que se desprende de la Perla y puede circular de forma autónoma sin ser guiada, ni siguiera, por la mente. Llegado a este nivel, la mente se convertirá en una mera espectadora y deja de intervenir.
Este renacuajo es el causante de la verdadera apertura del Pequeño Cielo o la Orbita Microcósmica, e incluso puede hacer su propia ruta abriendo canales según el estado del sistema energético del practicante.
El impulso de esta energía a través de la columna es muy obvio e incluso violento, ya que puede llegar a ser como sacudida o latigazo repentino que provoca caída involuntaria aun estando en una postura completamente estática y equilibrada.
En esta etapa también puede producirse “el desplazamiento de los tres tesoros”. Eso significa que la Esencia o Jing ha llegado a un estado de calma y se ha unificado con el Tan Tien Medio. El desplazamiento se hace sentir por el sentimiento de gozo que invade la zona del pecho y del corazón. Es la expansión de Chi y de la conciencia. El deseo está sosegado, dejando que la fusión de Jing y de la energía vital se eleva al Corazón expandiendo la energía del Amor Universal Incondicional y el Sheng. El Espíritu Original Innato (el Sheng) se fusiona con el Tao.
Durante el proceso de la formación de la Perla, el Tan Tien Medio experimentará 4 etapas:
1. La primera es el estado de Calor.
2. La segunda es la sensación del Gozo.
3. La tercera es la sensación del Vacío.
4. Y la cuarta es el fenómeno de la Luz.
En la primera etapa, el Chi empieza a acumularse en el Tan Tien Medio. El Chi acumulado se va calentando con el fuego de Corazón que ha ido reposando en este centro liberando el Corazón del exceso. Por lo tanto, se puede percibir una ligera sensación de calor en el vientre en este nivel.
La sensación de Gozo experimentada en la segunda etapa es debido a la expansión del Chi hacia el centro de Corazón, despertando aun más la energía del Amor Universal. El gozo también es producido por este “renacuajo”. El desbloqueo de todos los canales facilita el flujo de Chi, mejorando el funcionamiento del sistema circulatorio y endocrino. Se produce, por lo tanto, una sensación de vigor y bienestar gracias a este estímulo de las diferentes glándulas.
Al llegar la etapa de “El Vacío”, no nos referimos que se ha vaciado el Tan Tien, eso sería una pérdida de la cosecha. El Vacío que se siente es una gran expansión como si el Tan Tien se convirtiera un espacio ilimitado.
En esta etapa el Chi puede expandirse más allá de los límites físicos de nuestro cuerpo. Con la intención mental de expandir, el Chi interno sale por los poros y se mezcla con la energía de la naturaleza. Al inspirar, recuperamos este Chi renovado por los poros hasta reposarlo otra vez en el Tan Tien Medio. Esta exteriorización de Chi es la verdadera responsable de la sensación de Vacío. Durante este intercambio, el Chi interno es purificado y nutrido por la energía de la naturaleza. De allí la importancia de elegir el lugar de la práctica si queremos recoger una energía beneficiosa para nuestro cuerpo.
En realidad, no hay nada místico ni milagroso en este proceso. Es simplemente una transformación energética natural que permite el intercambio de nuestro Chi interno con la energía universal.
La Luz es la naturaleza de la Conciencia Universal. Es la comprensión total de nuestro ser. El Cielo, el Hombre y la Tierra están en armonía. La conciencia parcial de nuestra mente vuelve a unirse con la Conciencia Holística. Durante una práctica muy profunda, puede llegar a surgir un corto instante de despertar en el cual nos percibimos como Luz.
¿Dónde está el Ego en este momento? ¿Quién está practicando?
Todos los conceptos intelectuales dejan de existir.
3. TAN TIEN BAJO O INFERIOR:
El Tan Tien es también el nombre de un punto importante de acupuntura donde se almacena la energía.
Está situado hacia el interior del ombligo, entre éste y el “ming men” (la puerta de la vida, entre las vértebras lumbares L2 y L3); Si bien existen dos versiones sobre su ubicación:
- Una de ellas lo sitúa a unos tres dedos por debajo del ombligo.
- La otra lo sitúa, también a la misma distancia, pero no por debajo, sino por detrás.
El Tan Tien corresponde también con el centro de gravedad.
Cuando la columna está bien colocada, el centro está alineado con los pies y el punto alto de la cabeza.
Cuando hay un exceso de curvatura lumbar, el centro de gravedad se desplaza hacia adelante, el abdomen cuelga creando problemas digestivos y sexuales.
Si estoy fuera de mi centro, estoy a merced de todo lo que suceda y lo externo me zarandea, carezco de poder y fuerza de voluntad. Además no me encuentro a gusto en ningún sitio pues siempre van a haber tensiones que me desplacen hacia otro lado.
Otra forma de llamar al Tan Tien es “segundo cerebro” por las semejanzas que tiene el comportamiento neuronal del abdomen con el del cerebro propiamente dicho.
El cerebro abdominal opera de forma autónoma. Sus nervios pueden ser alterados por la irritación de la mucosa intestinal, una distensión excesiva del intestino y la presencia de toxinas y microbios.
Es muy conveniente utilizar el cerebro abdominal porque cuando usamos menos el cerebro de la cabeza, éste descansa, se regenera y disponemos de más energía corporal.
Se considera que el Tan Tien inferior es el centro del cuerpo. Es el lugar donde se genera y almacena energía Chi.
Los japoneses le llaman "ki kai tandem" y también "Hara", aquí es donde los samuráis se cortaban el vientre, el "harakiri".
Se le conoce asimismo como el "campo medicinal" y también "campo de cinabrio", pues tiene el poder sanador de la energía Chi original o energía prenatal (congénita) acumulada allí.
Es un centro de transformación y acumulación de energía.
La energía generada en este centro se usa para ayudar al cuerpo a que funcione normalmente y además potencializa sus capacidades: resistencia a las enfermedades, al frío, aumento de la fuerza y el dinamismo, calma y claridad mental y emocional.
Según la explicación taoísta, el Tan Tien es el laboratorio principal y el centro fundamental de la alquimia interior.
Cuando respiramos desde el abdomen, hinchándolo y desinflándolo como un globo, éste se comporta como una bomba que impulsa la energía por la espina dorsal y hace circular la sangre.
La importancia del Tan Tien inferior o centro umbilical proviene de su papel en el crecimiento del embrión.
Después de la concepción el embrión comienza a dividirse inmediatamente y pronto se adhiere a la pared del útero. Crece el cordón umbilical por el que se alimenta el feto. El punto donde el cordón umbilical está unido al bebé es el ombligo. Mientras el feto se encuentra todavía en el útero materno, la energía entra al ombligo por el cordón umbilical.
El feto se alimenta con la energía umbilical y elimina los desechos por el ombligo. Después del nacimiento, mientras el niño crece, el cuerpo sigue enviando toxinas a la zona umbilical.
El centro umbilical equilibra todas las fuerzas y es el centro de gravedad física. El cuerpo se mueve alrededor de este centro al sentarse, ponerse de pie o practicar en movimiento.
El centro umbilical, Tan Tien bajo o simplemente Tan Tien, transforma las energías del cielo, la tierra y la del plano humano en energía vital beneficiosa y fundamental para el cuerpo.
Los taoístas consideran al ombligo como el lugar donde transformar, almacenar y recibir las energías externas. En esta región no debe haber congestiones ni tensiones para que la energía pueda circular hacia dentro y hacia fuera sin dificultades.
Éste es el sitio donde se unen la esencia, la energía y el espíritu. Podría decirse también que es el sitio de unión y transformación de los planos físico, energético y espiritual.
Si hay algún problema con la energía del Tan Tien, como por ejemplo bloqueos, estancamientos o un vacío de energía, es probable que no haya energía suficiente para nutrir correctamente a los órganos y sus sistemas.
Las prácticas como zazen, que es la forma de meditación Zen, el Taichichuan o las artes marciales, hacen incapié en llevar la energía a la región umbilical, que está también relacionada con el cerebro profundo y primitivo, el que nos conecta con la naturaleza original de nuestro ser.
En la tradición budista japonesa, se la relaciona al Tan Tien con la sabiduría y la vitalidad, por eso los Budas, en figuras y estatuas, son siempre panzones..
Se recoge energía mediante las prácticas y ejercicios y se la almacena, apoyada por la respiración abdominal y profunda.
Cuidar y cultivar la energía vital es muy sencillo y agradable, es un camino de auto-conocimiento, de exploración y aprendizaje, que a veces requiere esfuerzo y siempre dedicación.
Si no cuidamos el cuerpo físico, si no exploramos y desarrollamos nuestro cuerpo de energía, si no tratamos de aprender y expandir nuestra conciencia, si no realizamos todavía que estamos vivos solo por un breve período de tiempo, entonces es como estar dormidos y soñando, y nuestra existencia tendrá la misma solidez que un sueño.
Así que, si se eliminan las trabas, obstáculos y estancamientos a este libre fluir del espíritu, de la energía y de la sangre y nos nutrimos con buen alimento, ejercicios y conocimientos y un sentimiento positivo hacia la vida, esto garantizará una buena salud, sabiduría y equilibrio.
Si la práctica está bien llevada y la energía está equilibrada, el practicante consigue sentirse muy relajado con una consciencia muy clara. Es un estado de calma en el cual se amplifican todas las percepciones sensoriales. El practicante puede sentir todo lo que está ocurriendo a su alrededor sin ser distraído. No se altera ni se sobresalta por las interferencias externas. Simplemente está sumergido en las prácticas y en la consciencia del Universo.
Sin embargo, cuando el practicante entra en un estado de borrachera mental, aunque siente igualmente una gran relajación, pero está como aturdido y cae en una sensación de flotamiento, se ha desconectado de la madre Tierra. Todos sus sentidos perceptivos están bloqueados al exterior. Pierde los sentidos de la dimensión y del espacio. Su energía está totalmente aprisionada en la cabeza sin poder intercambiarse con la energía universal. En este caso, el practicante suele “despertarse” con una sensación de pesadez en la cabeza, e incluso puede sentirse molesto por la vuelta a la realidad y necesita unos instantes para situarse otra vez en ella.
El cultivo ha de ser guiado por un maestro experimentado que haya vivido en su cuerpo los fenómenos de las diferentes etapas del proceso.
La constancia y la ecuanimidad son como dos guías que nos mantendrán siempre en el camino de la buena práctica.
Ser ecuánime es tener una actitud emocional adecuada para la práctica.
Las tensiones nerviosas afectan negativamente la práctica, por lo tanto, el practicante debe realizar los ejercicios en un estado de calma física y emocional.
En la práctica del Chi Kung, las causas que provocan esta pérdida pueden ser precisamente los enfados, los disgustos, las preocupaciones, los celos, la envidia, el orgullo y la ira, etc. Todas estas emociones negativas perturban el cultivo y causan enorme desgaste energético ¿Pero quién está totalmente libre de todas estas emociones? De allí vemos cuánta razón hay cuando todos los tratados antiguos mencionaban “muchos son los que practican, pero pocos son los que consiguen el cultivo supremo.”
Ser constante es una condición importantísima para avanzar en la práctica. Se tarda mucho tiempo para obtener un pequeño logro, sin embargo, lo puede perder en muy poco tiempo.
El sistema energético exige un cultivo constante para crecer, pero si se interrumpe esta constancia, el cultivo se marchitará y habrá que volver a sembrar de nuevo.