elefante (3)

ciegos_y_elefante.jpg

UN ELEFANTE EN LA OSCURIDAD 

Dícese de una vez en que el sultán, deseoso siempre por ilustrar a su pueblo, mandó traer un elefante de la India, y para que el pánico no se apoderara de aquellas gentes que nunca habían visto un animal más grande que un caballo, mandó encerrarlo en un establo y envió, como primera providencia, a los cinco hombres más sabios de la ciudad a que lo examinaran, y seguidamente explicaran al pueblo lo que habían visto, para que fueran acostumbrándose a aquel fenómeno.

.

Los sabios fueron al establo a cumplir con el mandato del sultán. Era de noche y el lugar estaba a oscuras, y no tomaron la precaución de llevar lámparas con ellos. De modo que decidieron conocerlo por medio del tacto.

.

Cada uno de ellos, con las prisas por ser el primero en lanzar sus doctas explicaciones es a la gente palpó una parte distinta del elefante y una vez creyó saber de qué se trataba aquel fenómeno salió rápidamente a explicarlo.

.

– Ese animal es como una manguera –dijo aquel que tocó la trompa.

.

– No, no es así –replicó el que había tocado una oreja-. Es más bien como abanico.

.

– Ambos están locos –intervino el que sintió el lomo del elefante-. Eso es como un trono.

.

– Los tres están mintiendo –espetó el que había tocado una de las patas-. La única verdad es que ese animal es como una columna.

– ¡Qué equivocados están todos ustedes! – Vociferó el que tanteó uno de los colmillos–. Eso era duro y afilado como una lanza.

.

– Que absurdo –expresó el que palpó la cola–. Esa cosa es sólo como una cuerda parecida a una serpiente con un plumero al final para espantar moscas.

.

Y así comenzó una discusión acalorada entre ellos, porque todos afirmaban ser poseedores de la verdad y acusaban a los demás de locos o mentirosos. Y cada uno decidió darle un nombre distinto al elefante.

Rumí añade que si ellos hubieran llevado una vela encendida (una conciencia iluminada), no hubiesen tenido tantas diferencias de opinión entre ellos, ya que bajo la luz de la vela hubiesen podido contemplar directamente la forma completa del elefante.

.

La proliferación de religiones, sectas, doctrinas filosóficas y corrientes de pensamiento tiene su origen según el pensamiento sufí (que comparto) en la tendencia del ser humano a deslumbrarse cuando ha descubierto una parte de la Verdad, muchas veces por casualidad, y tratar de comunicarla a la gente de su entorno para aparecer ante ellos como más sabio e iluminado que los demás, pero sin la más mínima inquietud por pensar que lo que ha descubierto solo es una parte y que lo mejor que puede hacer es tratar de buscar el resto.

.

Este problema afecta a la mayoría de las culturas sobre la tierra porque en la educación de los pueblos nunca que dice que la Verdad, como en la parábola de Isis y Osiris, se encuentra desmembrada y esparcida por doquier. Tal es el condicionamiento cultural de la inmensa mayoría de la humanidad que, en una discusión, sobre el tema que sea, muy pocas veces nos paramos a pensar que nuestro interlocutor puede poseer una parte de razón y nosotros otra y en vez de tratar de imponer nuestra parte, nuestro punto de vista a toda costa lo mejor que podríamos hacer es compartir.

.

Un ejemplo muy sencillo podría ser el de dos personas que se sientan a ambos extremos de la mesa y contemplan una botella de vino, que normalmente tiene dos etiquetas, una por cada lado. Imagínense que cada interlocutor se empeñara en sostener que la botella no tiene más que una etiqueta y que el otro está equivocado. Nos parecería pueril ¿verdad?.

.

No tan pueril nos resulta la intercesión de David Bohm en la controversia Einstein-Heissenberg sobre la continuidad o discontinuidad de la realidad subatómica, proponiendo su tercera vía del “Orden Implicado”. Ni tampoco lo es la mediación de Kant entre empiristas y racionalistas. Pero para elevarse por encima de la polaridad hace falta una inteligencia y un espíritu crítico muy fino y bien desarrollado, o como decimos, una educación en la libertad de pensamiento y en el estímulo de ese espíritu crítico, que es tanto más valioso como más estrictamente personal sea.

.

Juan Trigo. Publicado originalmente en el blog: “Una crisis es una oportunidad para el cambio”

.

Fuente:http://planocreativo.wordpress.com/2013/06/30/un-elefante-en-la-oscuridad/

Leer más…

LOS CIEGOS Y EL ELEFANTE

th?&id=OIP.M97bad62ea6eacf857994149ef499a971o0&w=299&h=168&c=0&pid=1.9&rs=0&p=0

                                                                                                                                                          Los  ciegos y el elefante, nuestra verdad es solo la porción de realidad que percibimos.

.
En la Antigüedad, vivían seis hombres ciegos que pasaban las horas compitiendo entre ellos para ver quién era el más sabio.Exponían sus saberes y luego decidían entre todos quién era el más convincente.
.
Un día, discutiendo acerca de la forma exacta de un elefante, no conseguían ponerse de acuerdo. Como ninguno de ellos había tocado nunca uno, decidieron salir al día siguiente a la busca de un ejemplar, y así salir de dudas.
.
Puestos en fila, con las manos en los hombros de quien les precedía, emprendieron la marcha enfilando la senda que se adentraba en la selva. Pronto se dieron cuenta que estaban al lado de un gran elefante. Llenos de alegría, los seis sabios ciegos se felicitaron por su suerte. Finalmente podrían resolver el dilema.
El más decidido, se abalanzó sobre el elefante con gran ilusión por tocarlo. Sin embargo, las prisas hicieron tropezar y caer de bruces  contra  el costado del animal. “El elefante  –exclamó– es como una pared de barro secada al sol”.
.
El segundo avanzó con más precaución. Con las manos extendidas fue a dar con los colmillos. “¡Sin duda la forma de este animal es como la de una lanza!”
.
Entonces avanzó el tercer ciego justo cuando el elefante se giró hacía él. El ciego agarró la trompa y la resiguió de arriba a abajo, notando su forma y movimiento. “Escuchad, este elefante es como una larga serpiente”.
.
Era el turno del cuarto sabio, que se acercó por detrás y recibió un suave golpe con la cola del animal, que se movía para asustar a los insectos. El sabio agarró la cola y la resiguió con las manos. No tuvo dudas, “Es igual a una vieja cuerda” exclamo.
.
El quinto de los sabios se encontró con la oreja y dijo: “Ninguno de vosotros ha acertado en su forma. El elefante es más bien como un gran abanico plano”.
.
El sexto sabio que era el más viejo, se encaminó hacia el animal con lentitud, encorvado, apoyándose en un bastón. De tan doblado que estaba por la edad, pasó por debajo de la barriga del elefante y tropezó con una de sus gruesas patas. “¡Escuchad! Lo estoy tocando ahora mismo y os aseguro que el elefante tiene la misma forma que el tronco de una gran palmera”.
.
Satisfecha así su curiosidad, volvieron a darse las manos y tomaron otra vez la senda que les conducía a su casa. Sentados de nuevo bajo la palmera que les ofrecía sombra retomaron la discusión sobre la verdadera forma del elefante.Todos habían experimentado por ellos mismos cuál era la forma verdadera y creían que los demás estaban equivocados.
.
Leer más…

LA FÁBULA DEL ELEFANTE BLANCO....

5890147657?profile=original

ENVIADO POR INGRID H.

.

LA FÁBULA DEL ELEFANTE BLANCO....

(Cuento espiritual que nos invita a la reflexion)

"Cuenta una antigua fábula hindú, que habían tres hombres muy sabios, buscadores del “Sagrado Elefante Blanco”, el cual no era simplemente un mito para el...los, sino un verdadero ejemplar viviente de la más elevada Divinidad, pues Él representaba la “VERDAD MÁS EXALTADA”. Eran tres insaciables peregrinos, embarcados en la más noble exploración de los Misterios Universales.

Tres ancianos, venerables, inquietos como los niños, y con una mente capaz de abarcar lo inesperado, lo nuevo, lo trascendental. Los tres tenían una peculiaridad física y es que eran ciegos de nacimiento, pero para ellos eso no era ningún obstáculo que les impidiese continuar su búsqueda sagrada, ya que como es sabido, son los ojos muchas veces los que nublan y ciegan la realidad.
Porque para los ojos físicos todo son apariencias, pero para el sabio que reconoce esto, mira con los ojos de alma, con los ojos de la intuición. Cuando así se mira las apariencias se desvanecen y la esencia queda desnuda, nada queda oculto a los ojos del Alma. Tras buscar por varias ciudades, exhaustos llegaron a un poblado sencillo donde un anciano lugareño, amablemente, les indicó dónde, según decían los antiguos sabios del poblado, podían encontrarlo.

Estaban ya, ciertamente, muy cerca, y con decisión y firmeza, henchidos de alegría se introdujeron en el interior de la selva. Anduvieron durante toda la mañana y como eran ciegos agudizaron al máximo sus otros sentidos. Cayo la tarde y los tres estaban exhaustos, pero seguían buscando con entusiasmo, entusiasmo digno de los verdaderos buscadores, y ¡por fin!, los tres oyeron y hasta olieron la inmanente presencia del Grande y “Sagrado Elefante Blanco”. Profundamente emocionados, y como si de un relámpago se tratase los tres ancianos salieron corriendo a Su místico encuentro, ¡hasta los árboles se apartaban por compasión al verlos venir!. Había llegado el momento, el mágico encuentro entre lo buscado y el buscador, entre lo profundamente invocado y la respuesta de una evocación divina, a la altura del tesón y la perseverancia mantenida durante años, incluso vidas...

Uno de los ancianos se agarró fuertemente a la trompa del elefante cayendo de inmediato en profundo éxtasis, otro con los brazos completamenteabiertos se abrazo con poderosísima fuerza a una de las patas del paquidermo y, el tercero se aferró amorosamente a una de sus grandes orejas, ya que el elefante sagrado estaba placidamente tumbado sobre unas hojas.

-

Cada uno de ellos experimento, sin lugar a dudas, un sin fin de emociones, de experiencias, de sensaciones, tanto internas como externas, y cuando ya se habían colmado por la bendición del Sagrado Elefante, se marcharon, eso sí profundamente transformados. Regresaron a la aldea y en una de las chozas los tres en la intimidad relataron y compartieron sus experiencias. Pero algo extraño empezó a ocurrir, empezaron a elevar sus voces y hasta a discutir sobre la “Verdad”.

-

El que experimentó la trompa del elefante dijo: la Verdad (que era la representación del Sagrado Elefante Blanco) es larga, rugosa y flexible; el ciego anciano que experimento con la pata del elefante dijo: eso no es la verdad, la “Verdad” es dura, mediana, como un grueso tronco de árbol; el tercer anciano que experimento la oreja del paquidermo, indignado por tantas blasfemias dijo: la “Verdad” es fina, amplia y se mueve con el viento.

-

Los tres, aunque sabios y hermosas personas, no se entendían, no se comprendían y decidieron marcharse cada uno por su lado. Cada uno por su camino, viajaron por muchos países, haciendo de su capa un sayo, y difundiendo su verdad. Crearon tres grandes religiones y fue rápida su expansión. Esto fue posible porque tocaron la “VERDAD” y la predicaron honestamente por todo el mundo desde el corazón. Los tres buscadores, habían llegado a encontrar la Divinidad, pero no percibieron su amplitud, sino que se limitaron a experimentar una parte, no el TODO, por lo tanto, aunque sinceros en su búsqueda y en su servicio, herraron en su propia limitación mental."

-

TOMADO DE LA PAGINA DE FACEBOOK DE "ABUNDANCIA,AMOR Y PLENITUD".

Leer más…