Un grupo de expertos ha alertado hoy sobre la "explosión" registrada en los últimos años de las "enfermedades ambientales" en niños, entre las que citan el autismo, intolerancias alimentarias, afecciones respiratorias, hiperactividad, diabetes, depresión o sensibilidad química.
El asma, las alergias y las enfermedades respiratorias, por ejemplo, han duplicado sus cifras en los últimos 15 años y, según la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, el 30% de las dolencias infantiles están asociadas al medio ambiente.
Por ahora, son pocas las cifras que concretan un problema "alarmante" como es el aumento de dolencias infantiles por causas ambientales, pero a la consulta de la Fundación Alborada, especializada en medicina ambiental, llegan cada vez más menores con estos problemas.
"Me estoy encontrando con niños de seis o siete años que padecen intolerancias y desórdenes alimentarios, alergias, sensibilidad química múltiple, problemas de piel, asma, hiperactividad, problemas de peso, insomnio, irritabilidad o autismo", ha declarado la pediatra Pilar Muñoz-Calero, presidenta de la Fundación.
La doctora ha informado de que desde 1965 se han creado cuatro millones de compuestos químicos diferentes, de los que unos 100.000 se producen y comercializan actualmente.
Un buen número de ellos son tóxicos y solubles en grasa, por lo que tienden a acumularse en el tejido graso de las personas, ha apuntado.
Así, en su opinión, contaminantes como los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre, el monóxido de carbono y el ozono favorecen la aparición de síntomas y exacerbaciones en niños con asma.
Aproximadamente, el 5% de niños menores de tres años son alérgicos a uno o más alimentos. Las intolerancias más comunes son a leche, huevos, soja, trigo, pescado, cacahuetes y bayas, pero casi cualquier proteína alimentaria puede causar una reacción alérgica.
Para los médicos de la Fundación Alborada, una de las razones que pueden explicar la epidemia de intolerancias alimentarias, hiperactividad o asma infantil es la exposición a sustancias tóxicas desde el embarazo, en los primeros meses de vida e, incluso, durante el nacimiento.
La oxitocina rutinaria -una hormona sintética utilizada masivamente para provocar el parto- podría estar relacionada, por ejemplo, con alteraciones de personalidad en el niño.
Cada vez son más los indicios de relación entre la "epidemia" de oxitocina y la de autismo, según el doctor Emilio Santos Leal, médico psiquiatra y ginecólogo.
Según Bernard Rimland, director de Instituto para la Investigación del Autismo, la "epidemia de autismo" es un hecho y la causa podría ser la "excesiva vacunación de la infancia".
La Fundación Alborada, creada para desarrollar la medicina ambiental en España, cree que se deben aplicar controles mucho más estrictos a la liberación de sustancias químicas y evitar la dispersión al ambiente de miles de ellas que, además, son "innecesarias".
Fuente: LaRazon (España)
FUENTE: http://misiongaia.blogspot.coml