Nadie queremos ser viejos. Esta palabra nos acerca a conceptos que hemos asociado a “término”, “final”, “lentitud”, “olvido”, “enfermedad”, “discapacidad” y lo que casi es peor que todo, “soledad”.
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No nos enseñan a envejecer tampoco. Todo lo que de verdad es interesante en la vida, nadie se ocupa de transmitirlo o de trabajarlo para que la siembra fructifique más tarde.
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Que pasen los años es un proceso normal. Que transcurran aportando angustia y temor, no. Si algo tiene de bueno el paso del tiempo es que debe hacernos más capaces para comprender, para asimilar, para asumir, para aceptar, para amar, para ayudar y para dirigir la vida, en definitiva, hacia un estado de paz cada vez mayor y mejor.
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Con el tiempo nos debe ir importando menos lo insignificante y esto es casi todo. Los sucesos no pueden tener el poder de dirigirnos; es la actitud ante ellos lo que nos define y condiciona.
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En realidad cuesta mucho aprender una verdad muy simple: hay muy pocas cosas importantes en la vida…muy pocas, pero cuando lo comenzamos a entender casi estamos despidiéndonos.
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Si fuésemos todo lo listos que nos creemos, nos habríamos dado cuenta ya de que la mayoría de los problemas no lo son y de que todo pasa y todo se arregla; y si no lo hacemos nosotros, la propia vida decidirá.
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Lo que en un momento determinado nos engulle, más tarde puede darnos risa. Lo que en un punto de nuestra vida parece terminar con nosotros, después puede ser un camino de luz que alumbre nuestr.as tinieblas.
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Sigo pensando que nada pasa por que sí. Ni nadie entra en la vida de nadie sin ningún motivo. Ni tampoco nosotros pasamos a formar parte del paisaje de los que nos conocen sin ninguna razón.
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O aprendemos nosotros o son otros los que tienen que aprender de nosotros o con nuestro paso. Pero nada sucede en balde.
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Es tiempo de acelerar el aprendizaje y de no esperar a la vejez para darnos cuenta de el paso por la existencia es muy corto, por largo que sea, pero también suficiente para disfrutar y gozar de esta maravillosa experiencia sin rendirnos ante lo banal...y recordemos que casi todo lo es.
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Enviado por "Mirar lo que no se ve"
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Comentarios
Una leyenda del Tíbet dice que la vida del ser humano debe ser como la "Flor de Loto"; ella crece en el pantano..., en la inmundicia, pero cuando llega al final de su existencia, se transforma en una flor muy bella, expeliendo un aroma muy exquisito. ¿Qué significa?... Que a lo largo de nuestra existencia podemos haber tenido muchos fracasos, desilusiones y amarguras, pero si todo eso lo comprendemos como parte de una experiencia que el Universo quiso brindarnos..., entonces al final de nuestra vida..., podremos aceptarlo, transformando todos nuestros rencores y dolor en comprensión, partiendo entonces con una sonrisa que surja del corazón, porque en el recorrido de este sendero eterno, habremos adquirido un poco mas de..., consciencia, amor y sabiduría.
Gracias amiga Karen por esta bellísima reflexión que nos compartes. Namasté.
muy hermosos y cierto , me encanto
MAYITA querida gracias por compartir,yo le temo a la vejez,vi sufrir mucho a mis seres queridos en esta etapa,me quedo tan gravado,muy buena tu reflexion beso
Con todas las herramientas que recibimos imposible no vivir y trascender lo banal ( dice la nota: y recordemos que casi todo lo es) con sabiduría, valor, fuerza y la felicidad de llegar al final con plena consciencia y alegría del tiempo aprovechado, de la "tarea cumplida", en la esperanza de una vida mejor. Gracias Maya, me encantó la nota. Con cariño, bendiciones!!!!
el arte de envejecer con dignidad es un arte,gracias.
Que maravillosa lección. Dios permita que la asimilemos a cualquier edad, no tanto para el cuerpo, sino para el espíritu. Gracias por el aporte.
Maya:
tus mensajes siempre invitan a la reflexión, te comento, desde niña me preparé para esta etapa: envejecer con dignidad, para ello observé lo que ocasionaba signos de vejez, evité todo aquello que lo ocasionaba: fumar, alcoholizarse, usar drogas, exponerse al sol de manera imprudente, etc. Casi perfecto pero me equivoqué en un punto muy importante, por lo que sí he logrado una apariencia de menor edad, sin vencer completamente el paso del tiempo, solo como 17 años menos.