En la década de 1970, el entonces famoso actor George Sanders sorprendió al mundo cuando se suicidó y dejó una nota donde explicaba: “… estoy aburrido”.
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Aunque parezca extremo, varios estudios recientes han encontrado una conexión asombrosa entre el aburrimiento crónico y la muerte prematura.
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En un estudio, los investigadores realizaron entrevistas iniciales a mediados de la década de 1980 a 7 mil quinientos funcionarios en el Reino Unido.
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Cuando volvieron a actualizar la información unos 25 años más tarde, encontraron que entre las personas que habían dicho que estaban aburridos en la encuesta original, hubo casi un 40 por ciento más de muertes que los que habían contestado que tenían una vida más interesante.
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El mismo estudio reveló que las personas que viven con altos niveles de tedio tenian 2.5 más veces de probabilidades de morir de una enfermedad cardíaca que aquellos que no tenian esos niveles. Esta es, sin duda, una interesante demostración de la poderosa conexión entre la mente y el cuerpo.
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Muchas personas viven con una variedad de estados de aburrimiento. Si, una parte de la vida (pagar facturas, cargar la lavadora, tender la ropa, sacar a pasear a la mascota, etc.) llega a ser bastante aburrida. Pero ceder a vivir una vida aburrida y perder toda esperanza de cambiar esa situación puede ser muy destructivo. El aburrimiento es un estado de ánimo, y como tal, es susceptible de ser influenciado y cambiado.
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Las personas que se aburren en el trabajo, empiezan a llegar tarde, cometen errores y comienzan a actuar de manera que eventualmente provoca que los despidan, con la consiguiente llegada de problemas económicos y de estado de ánimo.
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El aburrimiento también puede destruir las relaciones… ya no entusiasma a la otra persona, la persona deja de prestar atención a las conversaciones o deja de hacer cosas agradables para él/ella; algunos incluso utilizan su aburrimiento para justificar tener una aventura. El aburrimiento no solo golpea las relaciones románticas, sino que también puede causar daño a la relacióin entre amigos, hermanos, incluso con tus hijos.
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Curiosamente, el aburrimiento puede surgir en áreas en las que has logrado el éxito, precisamente porque has tenido éxito. Digamos que tienes un trabajo maravilloso y estás en la cima de la escala de la carrera, pero te encuentras cada vez más inquieto y, sí, aburrido. La razón es simplemente que has alcanzado la maestría en lo que haces (¡felicitaciones!) Y ahora te empiezas a sentir aburrido.
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El aburrimiento se alimenta de sí mismo, lo alimenta la pereza y la insatisfacción aún más. Cuando estás aburrido, no haces nada, lo que conduce a… sentirte aburrido. Si estás sentado en el sofá te aburres, no estás leyendo libros que te sugieran nuevas aventuras o que reten a tus viejas formas de pensar. No estás disfrutando de eventos y actividades e interacciones con los demás. No te involucras en actividades que son creativas, divertidas, estimulantes o enriquecedoras. ¡Por supuesto que estás aburrido!
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Aunque el aburrimiento se puede sentir plano, no debes verlo como algo de una sola dimensión… de hecho, tiene muchas capas. El tipo de aburrimiento cambia, puede tener elementos de miedo y depresión. Además, todo esto está envuelto firmemente en la creencia de que no puedes hacer nada para mejorar tu vida.
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En estos casos, se le echa la culpa del aburrimiento a fuerzas externas. El mismo trabajo de siempre, el mismo cónyuge, la misma casa… todo es lo mismo.
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El aburrimiento es una ELECCIÓN
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El aburrimiento puede ser una parte inevitable de la vida, pero no tiene por qué ser una sentencia, tómalo como una señal de que necesitas encontrar algo interesante que hacer.
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Cuando constantemente repites “así es la vida” estás ante un indicio de que te sientes atrapado en tu vida o tu comportamiento. Cobra conciencia de ello y tómalo como un empujón para empezar a buscar algo que te saque de tu aburrimiento.
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La presencia de aburrimiento puede significar que ya alcanzaste tus objetivos en una parte de tu vida, por lo que es el momento de crear el cambio en sí: buscar nuevos retos que se podrían añadir a tu trabajo actual o incluso buscar una posición laboral totalmente nueva. O si tus fines de semana están vacíos y aburridos, es el momento para programar nuevas actividades por tu cuenta.
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Tú tienes el poder para tomar conciencia de tu aburrimiento. Usa el aburrimiento como un indicador para descubrir las áreas de tu vida que necesitan tu atención, para que hagas algo al respecto.
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Haz un inventario de tu vida actual… busca áreas que te ocasionen ser perezoso, que te depriman, que te hagan estar indiferente y sentirte resignado frente a un nuevo día. Estos son todos indicadores de aburrimiento y, como tales, sus señales te indican que debes intervenir precisamente ahí para empezar a hacer un cambio.
Ahora bien, es importante tener cuidado de no confundir el aburrimiento con la alegría y satisfacción de cuando realmente estás en paz con las cosas tal y como son, lo cual es algo bueno, mientras que el aburrimiento te deja una sensación de insatisfacción.
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