LA TAZA DE TÉ.
Ésta es la historia entre un Director de filosofía de la universidad de Harvard y un monje budista Zen.
El Director había sido enviado por parte de la Universidad por su preparación en todos los temas filosóficos de la humanidad.
Ostentaba muchos títulos, maestrías y doctorados por lo que éste viaje a la provincia de Yunnan en China ayudaría a preparar a los maestros de la Universidad y los alumnos adquirieran un conocimiento más profundo.
La cultura occidental de competencia y dar buena impresión hizo que el Director mostrara sus conocimientos en las reuniones que tuvo con maestros y la comunidad Zen de China.
Hablaba más del tiempo asignado y como “los chinitos” no decían nada el aprovechaba y pensaba que ellos estaban impresionados con sus grandes conocimientos de filosofía Oriental aunque en realidad poco sabía del Budismo Zen; pero… a quien le importaba eso, llegaría a la Universidad con un triunfo por estar sobre los chinos ignorantes y maestros Zen muy callados.
Cuando había conferencias y enseñanzas prácticas de los monjes budistas el Director, no asistía a menos que fueran maestros Zen reconocidos y aún en esas Conferencias el Director no ponía demasiada atención, estaba más al pendiente de sus tweets y sus whatsapp y sus selfies de los monasterios budistas.
Finalmente consiguió que fuera recibido por el Gran Maestro Zen Chin Ho Lu.
La reunión estaba programada para ser de 1 hora con el Gran maestro, mucho tiempo para lo que concedía normalmente condedía Chin Ho Lu.
El Director intelectual “se creció aún más y ya en la reunión; después de los saludos comenzó su exposición de sus conocimientos.
Pasaron 10 minutos y el Director seguía hablando y hablando…. El Gran maestro solo sonreía y asentía.
De repente el Gran Maestro Zen Chin Ho Lu se sirvió té.
La taza se llenaba y llenaba hasta que se desbordó.
Empezó poco a poco a caerse de la taza al plato.
El Director de reojo veía como el té se desbordaba y veía al Gran Maestro imperturbable.
Comienza el té a caerse en el piso y el Director Intelectual no aguanta más y le dice al maestro Zen.
… Venerado maestro Zenm creo se ha impresionado en mi discurso y no ha dado cuenta de que su taza está desbordando y el té se está cayendo al piso!!!
El maestro Zen siguió vaciando el té en la taza y respondió al Director intelectual.
- “Estimado Director claro que me he dado cuenta que el té se está cayendo.
También me he dado cuenta que su mente al igual que la taza está llena.
Y así como el té cae y se desperdicia por el suelo, los conocimientos budistas ancestrales caerían y se desperdiciarían con usted.
Gracias por su visita Director, ésta reunión ha terminado asi como ha terminado de vaciarse mi jarra de té.
Como puede observar es una gran jarra de té y sirve como reloj de reuniones especiales.
Estaba programada para durar más de 1 hora, pero usted la agotó en 10 minutos con su interminable perorata de conocimientos.
No se llevó uno solo de los conocimientos de la Filosofía Zen.
No se llevó un solo conocimiento de éste Monasterio.
No se llevó la experiencia de nuestro pueblo.
Asi que al igual que la jarra vacía se vá usted con las manos vacías y con la mente vacía de nuevo conocimiento.
¿Cómo puede caber conocimiento en una taza llena, por más que la jarra esté grande?
¿Cómo puede llevarse algo de nosotros en sus maletas, si ya no cabe ni un alfiler?
Pero siempre hay una lección que estoy seguro siempre la recordará.
Para llenar primero hay que vaciar.
Me refiero al EGO...
Comentarios