Quienes quieran conocer la verdad del universo,
deben practicar las cuatro virtudes cardinales:
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La primera es la reverencia por toda vida;
ésta se manifiesta como amor incondicional
y respeto por uno mismo
y por todos los demás seres.
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La segunda es la sinceridad natural;
ésta se manifiesta como honradez,
simplicidad y lealtad.
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La tercera es la mansedumbre;
ésta se manifiesta como bondad,
consideración por los demás
y sensibilidad hacia la verdad espiritual.
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La cuarta es actitud de ayuda,
ésta se manifiesta como servicio a los demás
sin expectativa de recompensa.
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Las cuatro virtudes no constituyen un dogma externo, sino que forman parte de tu naturaleza original.
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Cuando se practican, originan la sabiduría y evocan las cinco bendiciones: salud, riqueza, felicidad, longevidad y paz.
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Hua Hu Ching
Lao Tsé
Comentarios
hermoso,virtudes sabias y profundas.