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Desde hace miles de años, los cuatro animales celestiales se utilizan en el feng-shui para determinar dónde construir una casa.
Desde hace miles de años, los cuatro animales celestiales se utilizan en el feng-shui para determinar dónde construir una casa.
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Las diferentes escuelas o ramas, utilizan mapas para decidir la orientación de una casa y la disposición interna de los ambientes. Los cuatro animales celestiales tienen su origen en las constelaciones que rodeaban a la Osa Mayor.
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Los animales son: la tortuga negra, el tigre blanco, el dragón verde y el pájaro rojo. Según la Escuela de la Forma, podemos encontrar una disposición tal que estemos siempre protegidos y tengamos salud y prosperidad. Cada animal tiene una cualidad propia y está relacionado con uno de los cinco elementos.
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La tortuga negra, situada atrás, representa a una montaña que nos protege. Da seguridad y apoyo. Se relaciona con el norte y el invierno, y su elemento es el agua. Su chi o energía es propicio para la calma.
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El dragón verde, a la izquierda de la tortuga (y más alto), representa la vegetación, la abundancia y la prosperidad. Su punto cardinal es el este, y la estación, la primavera, y el elemento, la madera. Su chi está asociado a la cultura.
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El tigre blanco, a la derecha de la tortuga (más alto que ella, más bajo que el dragón), representa la protección. La estación asociada es el otoño, el punto cardinal, el oeste, y el elemento, metal. Es un animal asociado a la acción. Su chi es lo cambiante.
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El pájaro rojo, al frente, representa las cosas buenas que trae la vida. Se asocia al sur y el verano, y su elemento es el fuego. El chi o energía de esta dirección trae salud y energía.
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En el centro, protegida por los cuatro animales, se encuentra la serpiente, que simboliza nuestra casa, y está asociada al elemento tierra.
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Aplicando las energías a nuestro hábitat
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A veces parece una cosa de sentido común; hacer cambios para que los cinco elementos trabajen a nuestro favor en el hogar, no es complicado.
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1-Hacer de la entrada de tu casa un lugar que te dé orgullo de vivir ahí, y alegría cuando la veas. La entrada es la boca del chi, por donde entran las buenas oportunidades y por donde tú entrás a tu casa. Plantas con flores, pintar la puerta de un color que te guste, reemplazar bombillos rotos, mantenerla limpia: es la primera impresión que damos.
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2-Colocar los muebles de forma que te den poder. El sofá, la cama, el escritorio, deben tener visión de la puerta, pero no estar frente a ella. Ver quién entra o sale del lugar donde pasamos tanto tiempo, actúa en nuestro cerebro como un disparador de tranquilidad, porque da seguridad.
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3-Transformá la casa en “a prueba de accidentes”. Si hay piezas de mobiliario contra las cuales nos chocamos o enganchamos constantemente, deberían salir de ahí. Movernos con fluidez por nuestro ambiente debería ser la meta. Lo mismo con los barrales de cortinas, cuchillos en los aparadores, ganchos: si no es imprescindible, buscarles otra ubicación.
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4-Ordenar y tirar. Esto es esencial en el feng-shui, que dice que estamos ligados energéticamente a todo lo que poseemos. Cuantas más cosas tenemos, más nos chupa la energía y nos agota. Nuestros espacios funcionan en paralelo a nuestras vidas y si están en equilibrio, lo notaremos en nuestro propio chi. Achicar, comprar menos, reusar y reciclar.
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En Mayo 2015 comienza el curso presencial "Feng Shui en el Entorno Externo" (Escuela de la Forma) en Caracas Venezuela.
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Carlos Sosa
Comentarios
Maya:
el feng shui tiene muchas complejidades, su conocimiento es profundo y milenario, nunca terminamos de aprender. Gracias.
Muy bueno, yo ayorné mi casa con un profesional del feng shui, han cambiado muchas cosas para bien.Lo recomiendo. Bendiciones