Las piñatas tienen su origen en China: al inicio del año chino cada primavera, se llevaba a cabo una ceremonia en la cual los chinos elaboraban con papel la figura de un animal, la cubrían con papeles de colores y le colgaban herramientas agrícolas.
Los colores de la figura simbolizaban las condiciones en que se desarrollaría el año con respecto a la agricultura. Se rellenaban con cinco clases de semillas que caían cuando los reyes mandarines le pegaban a la piñata con varas de diferentes colores. Cuando ya estaba vacía, se quemaba y la gente trataba de obtener parte de las cenizas, pues consideraban que daba buena suerte para todo el año.
Esta costumbre china llegó a Europa y en Italia fue donde le dieron un sentido religioso. Primero las utilizaron para las fiestas de Cuaresma, que concuerdan con el inicio de la primavera.
La piñata está hecha con una olla de barro cubierta con papel de colores brillantes y representa al demonio, que suele presentar al mal como algo llamativo para que cautive al hombre y ceda a la tentación.
La piñata clásica es como una estrella de siete picos que representan a los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Pegarle a la piñata con los ojos vendados representa la fe, virtud que nos permite creer sin tener que ver.
El palo con el que se le pega a la piñata representa a la fuerza de la virtud que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo. Las virtudes que hay que cultivar para vencer los pecados capitales son: contra la soberbia, la humildad; contra la avaricia, la magnanimidad; contra la ira, la paciencia; contra la envidia, la generosidad; contra la lujuria, la castidad; contra la gula, la templanza; contra la pereza, la diligencia. Con la ayuda de Dios, se destruye al mal y así se descubren los frutos que hay dentro de la piñata , que representan las gracias de Dios.
El relleno de la piñata es símbolo del amor de Dios porque al romper con el mal, se obtienen los bienes anhelados.
A principios del siglo XVI esta tradición era desconocida en América. Sin embargo en México, los indios mayas, que gustaban mucho del deporte, tenían un juego en el que trataban de romper con los ojos vendados una olla de barro llena de chocolate que se balanceaba detenida de una cuerda.
Las piñatas tienen su origen en la época colonial mexicana cuando los frailes franciscanos buscaban sustituir las fiestas paganas.
Fuente: http://arquideleon.org
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