Publicado por marcela rubio el 23 de Diciembre de 2021 a las 16:00
En un momento de la historia, el nacimiento tuvo que ser celebrado y simbolizado por la aparición de un ser humano porque la conciencia humana estaba todavía en gran medida en un nivel externo. Todo debía estar afuera. Entonces hubo un hombre de tal pureza que el Cristo pudo manifestarse con una totalidad casi nunca experimentada en esa medida en el plano de la materia. Sin embargo, es un malentendido suponer que la nueva venida del Cristo tomará forma de la misma manera. El Cristo vive dentro de cada uno y dentro de todo lo que respira y tiene conciencia. El Cristo ha nacido por medio del trabajo de ustedes, mis amados amigos. A cada paso de tu camino en el que encuentras una concepción errónea, una negatividad, un bloqueo, una destructividad, un problema, una ignorancia, encuentras una obstrucción directa al Cristo que está dentro.
*** Mañana en vivo SIN COSTO 3 horas de Seminario para que tengas el conocimiento práctico para revertir la crisis del 2022! Abajo encontrarás el link y la contraseña del zoom y para quienes quieran seguirlo por Youtube el link de suscripción de mi canal***
El año del 2020 del 2021 será recordado por millones como años “negros” de luto, enfermedad, pobreza y desórdenes mentales y de crisis.
De caos y de crisis.
Mi solidaridad y comprensión para todos aquellos que han tenido pérdidas significativas en éstos tiempos de distopía.
El 2022 no apunta para que sea mejor.
La emisión billonaria de la Reserva Federal y de los Bancos Centrales de casi todo el mundo tiene una consecuencia que la veremos en éste próximo 2022.
El dinero FIAT perderá valor y lo estamos viendo ahora mismo.
No es necesario ser economista para saber que con tu dinero te alcanza para comprar menos cosas.
Por ello el Seminario que inicia mañana de 3 horas de duración te darán una guía muy precisa para que tengas las herramientas de como tener ingresos extras.
Muy recomendable para todos los emprendedores, los que tienen un empleo y los que tienen en mente iniciar algún negocio.
Te adjunto el link para que lo compartas.
Solo son 100 lugares en el zoom y puedes seguirlo también por Youtube, por ello te adjunto también la suscripción para que lo sigas por mi canal.
Con todo cariño lo comparto con la seguridad que te será de utilidad.
Bendiciones
Manuel Frutos
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Bendiciones
Manuel Frutos le está invitando a una reunión de Zoom programada.
Tema: Seminario 2 "Herramientas para superar la crisis económica del 2022"
Se transmitirá por zoom y por mi canal de Youtube, les dejo el enlace para que se suscriban y les llegue la notificación en automático cuando se esté transmitiendo la Conferencia.
En mi opinión, todas las personas seguimos manteniendo en nuestro interior, y de algún modo muy vivos, cada una de las personas o personajes que hemos sido a lo largo de nuestra vida. Y cada una de ellos nos sigue influenciando y afectando con las cosas que vivió en su momento. En este enlace a un video de youtube encontrarás una meditación dirigida para sanar al niño interior. Es recomendable. https://www.youtube.com/watch?v=cSNku... Si le ha gustado este video ayúdeme a difundirlo compartiéndolo. Gracias.
Francisco de Sales
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En mi opinión, cuando somos conscientes de haber hecho daño a otro, aunque no haya sido intencionadamente, la conciencia nos obliga a pasar por un autocontrol que afrontamos en muchas ocasiones en un momento inadecuado, ya que lo hacemos en ese momento en el que estamos claramente enojados con nosotros mismos, en el que sólo nos estamos viendo en ese aspecto poco agradable, y en el que no están presentes la capacidad de comprensión, la aceptación y el perdón que tan imprescindibles son.
Es un tema espinoso. Pensar en el dolor que hemos causado, y en las personas que se han visto afectadas por ello, implica afrontar la culpa, que no siempre es por haber hecho algo doloroso sino que puede ser también por no haber hecho algo o por no haber hecho otra cosa distinta de la que se hizo. El reconocimiento de la culpa nunca es agradable.
Hiere, y mucho, remover el dolor, confesar los errores, reabrir las heridas, rescatar del olvido las cosas ingratas que habían conseguido llegar hasta allí y de las cuales nos creíamos ya a salvo… es un sufrimiento que uno no puede espantar fácilmente ni enviar al olvido sin más.
Reconocer el dolor que hayamos causado es el mejor medio para tomar conciencia de nuestra Humanidad, o sea de nuestra capacidad de cometer un error y otro y otro más. Y hacer esto no nos ha de llevar a la desesperación y el descrédito sino que nos ha de aportar una cantidad ilimitada de Amor Propio que se haga cargo de nosotros en ese momento.
El arrepentimiento es la conclusión a la que llega la conciencia cuando siente remordimiento, cuando se da cuenta de que sus actuaciones no concuerdan con los nobles propósitos de uno. Si duele el dolor causado es una señal de honestidad, de tener el Alma viva. Es un paso más en el Proceso de Aprendizaje.
Sí, hemos causado dolor y muy posiblemente lo volveremos a causar en el futuro. Podemos hacerlo sin intención de perjudicar, porque a veces nos vemos en situaciones que no sabemos manejar bien y tomamos decisiones que no son las más afortunadas. Y así ocurre en la vida. Hay que aceptar que eso forma parte de esto que se llama vivir.
¿QUÉ HAGO CON MI DOLOR POR EL DOLOR CAUSADO?
Se dice que después de causar o vivir un gran dolor incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes. Si uno siente dolor por el dolor causado eso hará que sienta misericordia por sí mismo, que sienta empatía con el otro, que tenga una conversación con su propia conciencia y que de ese diálogo salga sellado un compromiso de prestar más atención a la vida y al prójimo para que se le vuelva a causar dolor.
Con respecto a lo ocurrido… pues si se puede reparar, se repara. Si se le pueden ofrecer disculpas al afectado, se hace. Si se puede compensar de algún modo, se compensa. Y esto se hace tanto por el otro como por uno mismo.
Si no se puede solucionar… pues no se puede hacer otra cosa. Que la lección que uno aprende por ello compense de algún modo el perjuicio causado.
Queda el siguiente paso: aceptar lo hecho y perdonarse uno mismo. No seguir martirizándose, no maltratarse, no quedarse triste y afectado sino salir adelante. Ya es suficiente auto-castigo que la conciencia le juzgue a uno y no le absuelva fácilmente. Por eso es uno mismo quien tiene que concederse el perdón. Se dice, con razón, que “seguir cargando con la culpa es torturarse sin necesidad”. Recuerda que sentirte culpable no cambia el pasado.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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En mi opinión, una de las muchas agresiones que uno puede cometer contra sí mismo, y sin duda de las más graves, es el desprecio.
No encuentro ninguna justificación para el desprecio hacia los otros, porque me parece que es algo ruin que muestra una prepotencia miserable y una falta de respeto imperdonable hacia la dignidad de la otra persona. No tolero que alguien desprecie a otra persona. Me refiero a quien lo hace desde la creencia en tener una prepotente superioridad. Despreciar a un asesino –por ejemplo- parece que podría ser justificable, pero creo que también habría que sentir por él lástima, compasión o tristeza y no solamente desprecio.
Aún encuentro menos justificación para despreciarse: no aporta nada positivo y afecta negativamente a la Autoestima, al concepto que uno tiene de sí mismo, a la dignidad, al honor, y a la estabilidad emocional y psicológica. Todo se ve afectado completamente por ese desprecio que casi siempre nace de la rabia o la ofuscación y no de la objetividad.
Uno se desprecia por un hecho concreto, por algo cometido, mientras que al mismo tiempo se olvida de todas sus bondades y capacidades, de todo lo bueno que ha hecho, de todas las cosas maravillosas que hay en su vida logradas por sí mismo. Y de ese modo convierte lo que es el uno por ciento de sí mismo en lo más importante y destacado ocupando más preponderancia que el noventa y nueve por ciento de su realidad.
Parece que desde la educación infantil nos enseñan que el sentimiento de culpabilidad hay que vivirlo con frustración y como resultado de malas acciones de las que somos responsables y por tanto culpables. Nos enseñaron a ser culpables por pensar de un modo distinto, por no hacer lo que se suponía que teníamos que hacer según el criterio de los otros; nos reprocharon nuestros “malos comportamientos” y nos mostraron la decepción que les habíamos causado. La idea de la culpabilidad pretende que cambiemos nuestro comportamiento logrando que nos sintamos mal por lo hecho. De modo que usaron la culpa para manipular nuestro comportamiento. Pero… ¿realmente nos tenemos que sentir mal por algunas de las cosas que hacemos?
El sentimiento de culpabilidad se convierte en desagradable porque nos lleva a la tristeza y el malestar general, a la vergüenza, la mala conciencia, la autocompasión, los remordimientos… todo nos lleva a sentirnos mal. Y eso puede estar bien como un reactivo si nos sirve para darnos cuenta de algo y llegar a conclusiones que nos beneficien de cara al futuro. Si lastimar a alguien nos deja un sentimiento de culpa, este sentimiento nos enseñará a no lastimar nuevamente y en este caso es positivo; el peligro está en estancarse en ese estado y entrar en una rueda de auto-acusaciones y auto-desprecios de los que uno nunca sale bien parado.
Conviene revisar su origen cada vez que uno experimenta ese sentimiento, porque a veces se produce al juzgarlo desde reglas morales rígidas o puritanas o desde normas excesivamente severas que pertenecen a un determinado tipo de sociedad y no a nuestros criterios. Hay quien vive atormentado por haber trasgredido unas normas en las que no cree… pero permite que le rijan. Hay quien se siente avergonzado por SU sexualidad –que es suya y natural- porque según ciertas ideas religiosas es pecaminosa, sucia o inaceptable. Hay quien se desprecia porque no ha conseguido ser un triunfador… según una idea social que no está al alcance de todos ni es obligatorio cumplir. Hay quien se siente fracasado –y por ello se desprecia- por no haber cumplido las expectativas que otros pusieron en él, que no siempre coinciden con las que uno realmente sí desea.
El desprecio es enemigo de Amor. Y no se presenta donde hay Amor. Quien ama, al prójimo y a sí mismo, no utiliza esa humillación ofensiva que es el desprecio. No deshora. No denigra. No humilla.
No te deshonres. No te humilles. No te desprecies.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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La mayoría de la población queremos mayores ingresos y ser de los que aprovechan las grandes y escasas oportunidades en años de crisis.
Pero, la mayoría tendrá un año más difícil en sus finanzas personales que en el 2021 y entrarán al torbellino de la crisis mundial que producirá fácilmente decenas de millones de pobres adicionales.
Las preocupaciones traen consigo el estrés y la depresión y éstos estados emocionales tan dañinos traen cosnigo enfermedades físicas, mentales, emocionales, familiares y vacíos espirituales que afectan severamente tu yo financiero y la incapacidad de generar dinero.
Por ello éste Seminario aunque tiene como tema principal el cómo mejorar tu economía tiene también una base sólida con guías prácticas para aplicar en tus roles mentales y emocionales; familiares y sociales y tu Yo Espiritual.
INTRODUCCIÓN SIN COSTO ÉSTE DOMINGO 11 DE DICIEMBRE DE 12:00 A 1:30 PM HORA CD. DE MÉXICO.
El link de zoom se compartirá en el canal de Telegram "NEGOCIOS CON ESPÍRITU" adjunto el link
2 DÍAS DE CAPACITACIÓN EN VIVO POR ZOOM Y POR YOUTUBE.
SÁBADO 18 DE DICIEMBRE DE 12 DEL DÍA A 5 DE LA TARDE
DOMINGO 19 DE DICIEMBRE DE 12 DEL DÍA A 3 DE LA TARDE.
SE ENTREGA VIDEO Y CUADERNO DE TRABAJO EN PDF.
SESIÓN DE PREGUNTAS Y RESPUESTAS.
BAJA INVERSIÓN.
MÉXICO $600 PESOS MX.
AMÉRICA $30 USD
EUROPA $30 EUROS.
PAGO EN EFECTIVO O CON CUALQUIER TARJETA DE CRÉDITO O DÉBITO POR PAYPAL.
CUPO LIMITADO.
RESERVACIONES E INFORMES POR WHATSAPP
MÉXICO: 55 85 63 90 61
OTROS PAÍSES: +521 55 85 63 90 61
TEMAS MÁS IMPORTANTES QUE VEREMOS EN ÉSTE SEMINARIO!
1.- Conocer el por que la economía mundial estará en crisis en éste 2022 y como impactará tus finanzas.
2.- Evaluación de como tomar la mejor decisión para tener ingresos de tu principal actividad o de ingresos extras. RIESGO-BENEFICIO.
3.- Identifica tus dones y talentos, fuerzas y debilidades para tomar tu mejor elección de como generar dinero:
A.- Otro empleo, horas extras, ganancia de bonos y comisiones.
B.- Poner un negocio tradicional presencial y / o digital.
C.- Reventa y Distribución de productos o servicios local y/o internacional.
D.- Los Negocios Multinivel.
4.- Inversiones tradicionales y en criptomonedas-
5.- ¿Tomaste tu elección? Ahora tómate una fotografía y una radiografía a través de la matriz FODA.
6.- Básicos del éxito.
7.- Guías para hacer que tu negocio o emprendimiento sea más productivo
A.- LA VISIBILIDAD lo es todo en el Marketing Digital (y en el presencial también)
B.- La construcción de una marca se basa en el conocimiento de tu negocio, tu producto, el mercado, un precio competitivo y un servicio de excelencia posiciona la confiabilidad de tu empresa.
C.- Todos los negocios han pasado a ser comodities como encontrar tu diferencial de valor.
D.- Aprende a vender. Emprendedor que no domina el ciclo de la venta quiebra.
E.- EL poder de saber contar una historia y su aplicación en tu negocio,
F.- El poder de la palabra, el discurso elocuente y concreto que explique el concepto de tu negocio.
G.- El lenguaje verbal y no verbal en el marketing presencial y digital.
E.- Alternativas para vender en un mercado competido y deprimido.
F.- Potenciar y hacer sinergia solo es posible con socios, empleados, asesores, distribuidores trabajando en equipo teniendo una MISIÓN PODEROSA. Y LOS NUEVOS CÍRCULOS COMUNALES DE MASTER MINDS Y CONSUMOS DE COMUNAS.
8 .- Módulo de Robert Kiyosaki! Interpretación y aplicación de:
A.- CUADRANTE DEL FLUJO DEL DINERO
B.- CONCEPTO DE INVERSIÓN Y GASTO.
C.- CONCEPTO DE ACTIVOS Y PASIVOS.
D.- CONCEPTO DE CASH FLOW / FLUJO DE DINERO.
E.- DEUDA BUENA, DEUDA MALA, CRÉDITOS BUENOS Y CRÉDITOS MALOS.
F.- EL TRIÁNGULO D/I BASES DE CRECIMIENTO DE TU NEGOCIO.
9.- El poder del PENSAMIENTO / EMOCIÓN
A.- Mantener emociones equilibradas a través del pensamiento superior.
B.- La Mente básica y la mente superior.
C.- Preparar la mente para meditar y no dormir.
10.- LA ESPIRITUALIDAD Y EL SENTIDO DE LA VIDA
LA ESPIRITUALIDAD como el equilibrio máximo para trascender la mentalidad del prototipo de negociador actual.
A.- La materia, y el espíritu en una visión cuántica.
B.- Los pecados capitales del negociador que conduce a la insatisfacción, la prisa de vivir, la falta de tiempo para todo, la infelicidad, sentimientos de vacío y desarmonía con su familia y su entorno.
C.- EL EGO.
D.- EL PODER.
E.- LA SUPREMACÍA
F.- EL CONTROL.
G.- LA ACUMULACIÓN DE MATERIA
H.- EL MIEDO A LA PÉRDIDA DE LAS POSESIONES Y DE LA MUERTE.
“Una pregunta apropiada encierra el potencial para cambiar el futuro de una persona para siempre”. (Anónimo)
En mi opinión, es necesario enfrentarse a ciertas preguntas importantes porque hacerlo, o no hacerlo, puede cambiar sin duda nuestro futuro.
Reconozco que algunas preguntas asustan. Asusta no encontrar una respuesta apropiada o asustan porque forman parte de esos asuntos personales que uno elude una y otra vez. No hacérselas es un autoengaño.
Es importante saber hacer las preguntas. Dependiendo de cómo se planteen hasta puede cambiar totalmente la respuesta. Conviene cambiar cada vez que se pueda la pregunta de “¿por qué? –que parece que sólo busca satisfacer una curiosidad- por las más profunda “¿para qué?”, ya que ésta demuestra un interés con el que podemos llegar a trascender la situación y transmutarla en lección.
Lo difícil no es hacerse preguntas: lo difícil es tener paciencia e insistencia hasta encontrar respuesta. Y aceptar que puede ser simple y sencilla. O aceptar que puede ser, en este momento, imposible. Y si la hay, aceptarla, sea la que sea, pero siempre como respuesta provisional, porque de ese modo no la damos por definitiva y le permitimos que siga viva, que esté abierta y receptiva a nuevas revisiones e incorporaciones, abierta a seguir creciendo. De ese modo evitamos estancarnos.
Siempre hay que preguntar -y preguntarse- para saber y conocer-y conocerse-.
Estas son algunas preguntas que te pueden llevar a reflexiones enriquecedoras y a descubrimientos sorprendentes.
¿CUÁL ES MI GRAN SUEÑO?
¿QUÉ ES LO QUE NO ME GUSTA?
¿DE QUÉ ME ARREPIENTO?
¿QUÉ HE HECHO CON MI VIDA?
¿INTENTÉ VIVIR MI VIDA DE ACUERDO CON MIS SUEÑOS?
¿ME PERMITO TENER SUEÑOS Y VIVIRLOS?
¿ME DOY PERMISO PARA SER FELIZ?
¿ME DOY PERMISO PARA DISFRUTAR?
¿QUÉ ES LO QUE REALMENTE QUIERO?
¿QUÉ ES LO QUE NO QUIERO?
¿QUÉ ES LO QUE NO HAGO?
¿ME DEJO VIVIR A MÍ MISMO COMO QUIERO?
¿DÓNDE BUSCAR MI ILUSIÓN?
¿ME HE RENDIDO YA?
¿SOY CONSCIENTE DE QUE DIOS ME HA RESPONSABILIZADO DE MI VIDA?
¿SOY CONSCIENTE DE QUE PODRÍA SER LIBRE?
¿CUÁNDO ES BASTANTE PARA MÍ?
¿A QUÉ PRECIO VENDO MI TIEMPO LIBRE?
¿SOY CONSCIENTE DE LA LIMITACIÓN DE HORAS DE VIDA QUE TENGO?
¿ESTOY HACIENDO EN MI VIDA Y CON MI VIDA LO QUE REALMENTE QUIERO?
¿ME DOBLEGO Y ME RINDO ANTE MIS RESISTENCIAS?
¿A QUÉ TENGO MIEDO?
¿CUÁL ES MI PRECIO?
¿POR QUÉ O POR CUÁNTO ME VENDO?
¿CUÁNDO ME PERMITO SER YO MISMO?
QUÉ PASARÍA SI FUERA SIEMPRE YO MISMO?
¿QUÉ HAGO CON MI TIEMPO LIBRE?
¿QUÉ ES VIVIR?
¿BUSCO EL ÉXITO EN MI INTERIOR?
¿INCREMENTO MI RIQUEZA ESPIRITUAL?
¿PRESCINDO DE VANIDADES Y OSTENTANCIONES?
¿SOY VANIDOSO?
¿TENGO ACTUALIZADA MI ESCALA DE VALORES?
¿CONOZCO MI META Y EL CAMINO PARA LLEGAR A ELLA?
¿QUÉ HAGO POR BUSCAR MI PAZ?
¿CÓMO UTILIZO MI TIEMPO LIBRE?
¿VALORO LO SUFICIENTE MI SALUD Y LA CUIDO?
¿ME RÍO TANTO COMO QUIERO?
¿HAGO RELAJACIÓN O MEDITACIÓN?
¿PERMITO QUE SE MANIFIESTE MI NIÑO LIBRE?
¿ME DEJO VIVIR A MÍ MISMO COMO QUIERO?
¿POR QUÉ NO HAGO LO QUE DEBIERA HACER?
¿QUÉ ME FALTA?
¿QUÉ ME GUSTARÍA HACER?
¿ME ESCAPO A MENUDO DE MIS LÍMITES?
¿SALGO LO SUFICIENTE DE MIS CUATRO PAREDES?
¿DEVUELVO A LA SOCIEDAD LO QUE ME DA?
¿DISFRUTO LA NATURALEZA?
¿VIVO UNA VIDA SENCILLA?
¿SOY CAPAZ DE RENUNCIAR CUANDO ES NECESARIO HACERLO?
¿ME PREGUNTO POR MIS ASIGNATURAS PENDIENTES?
¿CUÁNDO VOY A HACER LO QUE SÉ QUE DEBO HACER?
¿CUÁNDO VOY A HACER LO QUE QUIERO HACER?
¿VIVO ATENTAMENTE?
¿CUÁNDO VOY A PARAR DE PERDER EL TIEMPO?
¿CUÁNDO EMPEZARÉ A TOMAR DECISIONES IMPORTANTES?
¿CUÁNDO DECIDIRÉ POR MI?
¿CUÁNDO ATENDERÉ MIS SÚPLICAS?
¿DE QUÉ COSAS HUYO?
¿ME INVOLUCRO SERIAMENTE EN LA VIDA?
¿HAGO COSAS IMPORTANTES?
¿ES MEJOR SER ALGUIEN QUE SER NADIE?
¿TENGO MI PERMISO PARA SER FELIZ?
¿TENGO PERMISO PARA EXISTIR?
¿TENGO PERMISO PARA TRIUNFAR?
¿TENGO PERMISO PARA SER YO MISMO?
¿ESTOY CONFORME CON MI VIDA?
¿CREO QUE ESTOY CUMPLIENDO MIS SUEÑOS?
¿QUÉ ME IMPIDE HACER REALIDAD LOS ANHELOS DE MI CORAZÓN?
¿ESTOY CONFORME CON MIS LOGROS?
Hay que recordar que cuando uno se hace preguntas lo importante no es sólo encontrar las respuestas, sino lo que se hace después con esas respuestas.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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En mi opinión, comenzamos a condenar a la frustración a los niños cuando les decimos algo tan aparentemente leve y cargado de buena intención como es… “no llores”.
“No llores” es una prohibición. Un niño no está capacitado para comprender que la intención puede ser buena -para que no sufra y se sienta mal llorando–, aunque también es posible que la verdadera intención sea la de no tener que estar aguantando la molestia de su berrinche.
“No llores” lleva implícito la orden subliminal de “No muestres tus sentimientos” y también “No sientas”, al mismo tiempo que no se le da permiso para ser él mismo y manifestarse tal como se siente en ese momento, o sea que también es un “No seas tú mismo, no te muestres como eres”.
Según el Análisis Transaccional estas indicaciones –que a veces no son verbales sino que se trasmiten a través de las actitudes o los hechos- se convierten en MANDATOS, o sea en órdenes que el niño incorporará -en el inconsciente- a su modo de ser y actuar y las obedecerá sin cuestionarlas hasta que un día se dé cuenta y emprenda un Proceso de Desarrollo Personal para modificar sus conductas indeseadas.
Cuando se le dice a un niño “No te rías” eso le puede llevar a interpretarlo también como “No seas feliz” o “No seas risueño”, y puede obedecerlo tal como obedece otras instrucciones de sus padres y educadores; un “No juegues” le puede llevar a entenderlo y aplicarlo como un “No disfrutes” o “No seas niño” –y es un niño-.
Si solamente se le dan las órdenes sin explicaciones y sin matizaciones del estilo de “no lo hagas en este momento porque estamos en misa o porque tienes que estudiar”, entonces lo entenderá directamente como una orden que acatar, una imposición caprichosa arbitraria. Obedecerá, porque tiene que sobrevivir como sea y sabe que si no obedece tendrá un castigo en forma de regañina o de falta de atención, pero en su inconsciente se instalará un mandato que se convertirá en perjudicial.
Decirle “No llores” –lo mismo que cualquiera de los otros muchos mandatos que existen- es no permitir que el niño manifieste un sentimiento tan grave –en su escala de valores, que es la válida para él- que sólo lo puede o lo sabe decir mediante el llanto.
ALGUNOS EJEMPLOS DE MANDATOS:
No existas -No pienses - No seas niño/a - No crezcas - No lo consigas
- No seas tú mismo – No seas importante - No disfrutes - No te acerques - No estés bien/sano - No sientas – No crezcas – No ames – No decidas.
Al darles cualquier orden, o cualquier prohibición, y antes de que eso les vaya a quedar inculcado como un mandato –que, repito, sin duda les va a perjudicar en su vida- conviene cuidar el modo de decirlo, explicar el porqué o el para qué, responder sus objeciones razonadamente y no con un “porque sí”, “porque lo digo yo”. Aunque no quieran acatarlo, en el fondo saben que tiene que ser como se les indica, y aunque no lo obedezcan por lo menos aprenden.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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Todos seguimos arrastrando en nuestro interior a todos los Yoes del pasado. Ellos nos condicionan continua e inconscientemente y, por lo general, nos perjudican más que nos ayudan. Conocerlos y reconciliarse con ellos es una tarea imprescindible.
En este video doy mi opinión sobre esto.
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En mi opinión, sería conveniente separar los significados casi opuestos que tienen las palabras autocompasión y autocompadecerse. Yo las entiendo como que en autocompadecerse hay lástima, pena y victimismo, hay frustración, desaliento, tristeza, desagrado, rendición y derrota, mientras que en la autocompasión lo que veo es ternura, cuidado, Amor Propio, esperanza, sonrisa, vida.
Sentir compasión por uno mismo es de una belleza sobrecogedora, es un acto sublime de generosidad, es tal vez la muestra de la mejor relación que uno puede tener consigo mismo, porque implica aceptarse en plenitud, en las circunstancias más difíciles, tras las decisiones equivocadas, y en los momentos en que el mundo se cae y uno queda a merced de la desolación.
La autocompasión implica una autoaceptación sin condiciones y encontrarse, cuando uno no está bien porque le ha sucedido algo desagradable, con ese acogimiento incondicional, ese refugio de afecto y cobijo. Eso es impagable y necesario.
Se puede sentir pena y tristeza por uno mismo, pero también y al mismo tiempo se puede sentir empatía hacia uno mismo, cariño, bondad, y uno se puede tratar con delicadeza y mimo a pesar de los sentimientos revueltos y del enojo que pueda sentir contra sí mismo.
¡Cuánto amor hay en la autocompasión! Si somos amorosos con los otros, también podemos darnos la misma bondad que les damos a ellos. Uno es tan merecedor como los otros de este detalle de aceptación en todo momento y a pesar de cualquier circunstancia.
Si te enseñan a tratar a los otros con amabilidad, generosidad, cuidado, interés, respeto, y a sentir empatía con ellos… ¿por qué no habrías de hacer lo mismo contigo? La autocompasión es el Arte de Perdonarse bien. Y es, sobre todo, Autocomprensión: la admisión completa de lo que uno es. Hay un reconocimiento de la realidad sin que ello conlleve frustración en el caso de que no sea satisfactoria.
La no aceptación incondicional de nuestras cualidades menos afortunadas afecta directa y perjudicialmente a la Autoestima. Cuando uno se siente mal y llega a comprender que necesita hacer cambios en su vida, o en su modo de ser y actuar, para empezar a reconstruirse de acuerdo con un nuevo modelo, necesita sentir arraigada esa autocompasión que no es otra cosa que Amor Propio incondicional.
No soy partidario de un autoengaño con el que tratemos de consolarnos. Las mentiras no consuelan cuando conocemos las verdades. En la autocompasión no queda espacio para que haya humillación o desprecio. Equivocarse es natural, no hacerlo todo bien es natural, desviarse también es natural; no es necesario ponerle a todos esos actos una autocondena injusta y desproporcionada.
Sí soy partidario de crear una bella sonrisa para uno mismo en esas situaciones ingratas y de hablarse con amabilidad y de consolarse con cariño, como se cuidaría al ser más querido, como nos trataría quien más nos quiere; darnos abrazos, decirnos palabras bondadosas, darnos algún capricho, o escuchar nuestras canciones favoritas, sólo con el objetivo de una reconciliación llena de amor.
¡CUIDADO CON AUTOCOMPADECERSE!
Se podría convertir en algo muy negativo si la compasión la entendemos como una rendición, si la dejamos en algo así como “¡pobrecito!, ¡qué desgraciado soy!” y uno se queda en un estado inactivo y se queda pegado a la lástima. Si nos sometemos al aspecto lastimoso y nos quedamos en él, no avanzamos y engordamos la tragedia.
LA PAUSA DE LA COMPASIÓN (texto de Sonia Castro)
Otra forma de practicar la autocompasión en la vida cotidiana es la Pausa de la Autocompasión (Neff, 2011b). Haz que tu mente pase de sentirse amenazada a sentirse segura. El ejercicio resulta especialmente útil cuando te encuentras en medio de una discusión acalorada (o en un mal momento personal). Haz lo siguiente:
Coloca tu mano con suavidad sobre tu corazón.
Haz una inspiración profunda y tranquilizadora.
Repítete estas tres frases: Este es un momento de sufrimiento. El sufrimiento es una parte de la vida.Que yo sepa ser amable conmigo mismo.
Estas frases se corresponden con los tres componentes de la autocompasión: mindfulness, humanidad compartida y amabilidad con uno mismo.
Tras unas cuantas semanas de practicar la Pausa de la Autocompasión, te darás cuenta de que se automatiza y de que cambia rápidamente tu estado de ánimo
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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En mi opinión, un sencillo cuentecito aclara la inutilidad de la repetición continua y prolongada del llanto, y cómo éste acaba convirtiéndose en una inutilidad contraproducente.
“Un sabio se paró ante un público, contó un chiste y todos rieron. Volvió a contar el mismo chiste y casi nadie se rió. Contó el mismo chiste una y otra vez hasta que ya nadie se reía. Y dijo: “Si no puedes reírte varias veces de una misma cosa… ¿Por qué lloras por lo mismo una y otra vez?”
La lectura de este cuentecito me hizo pensar en una mala costumbre que algunas personas mantienen de un modo innecesario y de una manera repetitiva.
Me refiero a esas personas que no terminan de perdonarse nunca algo que arrastran desde hace mucho tiempo, incluso por un motivo que es muy probable que ya ni siquiera recuerden con detalle, o que lo han ido engrandeciendo cuando en la realidad era más insignificante, y eso se convierte en uno de los motivos de su mala relación consigo mismas: la falta de una aceptación incondicional y de un perdón ilimitado.
En mi opinión, la verdad, que según el diccionario es la “propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna”, no siempre respeta esa definición en la que se ha pretendido encasillarla y a veces admite ir variando a lo largo del tiempo, debido a las experiencias vividas o la evolución personal.
Creo que todos hemos tenido la ocasión de comprobar que lo que en un momento nos convencía de tal modo y con tal fuerza que creíamos que era la verdad, la irrefutable verdad, con el tiempo fue perdiendo su firmeza y fue dejando que otra verdad distinta –más adecuada al momento personal- fuese ocupando su lugar.
Tal vez no sea que las cosas cambian con el tiempo sino que es uno quien modifica su apreciación de las cosas, o es que la escala de valores y de importancias va cambiando, o es que los niveles de comprensión van ampliándose y las formas de ver son distintas –porque ahora se mira con otra atención-, pero es cierto que algunas de nuestras verdades se mantienen inalterables –y no me refiero sólo al nombre y apellidos- y otras demuestran que sólo eran temporales, incluso sólo ocasionales.
Algunas verdades son generales y están aceptadas por todos –como el hecho de que si sumamos dos más dos resultan ser cuatro- y otras verdades son exclusivamente de uso personal y otros no están de acuerdo con ellas. Otras veces aquello a lo que llamamos verdad es sólo una opinión.
Es muy importante comprender esto: el Yo que eres hoy no es el mismo Yo de tu pasado. Las personas que se sienten dolorosamente afectadas por alguna actuación de su pasado deberían tener esto claro y se evitarían sufrimientos innecesarios.
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En mi opinión, el esfuerzo que hacemos para no ser o no sentirnos vulnerables en ocasiones se convierte en un esfuerzo por encima de nuestras posibilidades que nos causa un agotamiento innecesario, nos deja una sensación de inutilidad y fracaso, y la creencia en una vulnerabilidad que nos parece inaceptable pero que hay que aceptar porque forma parte indisoluble del hecho de Ser Humano y por tanto imperfecto.
Somos vulnerables y por ello podemos ser heridos tanto física como moralmente. Pretender negar esta realidad imbatible es absurdo. Es como luchar contra molinos de viento. La intolerancia a esa debilidad conlleva más inconvenientes y sufrimientos que ventajas.
Somos víctimas en mayor o menor medida de nuestras emociones y sentimientos, y contra eso es difícil protegerse porque algunas –las “malas”- nos afectan directamente donde más lastima y desconcierta y donde no podemos poner una protección física. El sufrimiento llega directamente a la mente y es ella quien lo siente, aunque puede llegar a manifestarse en alguna parte del cuerpo en forma psicosomática. Aún todavía no sabemos o no podemos evitar totalmente –sí en parte- que nos duela reconocernos sensibles en algunos casos, que la soledad aflija, que la decepción lastime, que las debilidades afecten, y que todo ello cree una especie de lástima por nosotros mismos que se haga difícil de consolar.
Una de las cosas que hemos de aprender, por nuestros propio bien, es a manejar esas emociones que nos dañan; y aceptar las equivocaciones, la decepción, la propia vulnerabilidad, la sensación de injusticia en el mundo o en nuestra propia vida, o los errores que cometemos y sin que eso nos cause un trastorno que vaya más allá de una ligera incomodidad moral rápidamente superable.
Aceptar nuestra vulnerabilidad es aceptar nuestra Humanidad. De vez en cuando lloramos, está bien. A veces sentimos rabia, está bien. Nos enojamos por cosas que nos pasan, está bien. Tenemos heridas, miedos o sentimientos de vergüenza, está bien. Disponemos del derecho a manifestar esos estados, aunque no es conveniente quedarse estancados mucho tiempo en ellos ni es beneficioso convertirse en un mártir victimista.
Pretender convertirse en un Ser Ideal Perfecto es una tarea condenada al fracaso. Aceptarse tal como uno es –reservándose el derecho a hacer las modificaciones que se consideren oportunas- es lo correcto. Está bien no ser Superman o Superwoman ni Don Perfecto. Nunca se hará realidad eso de que uno tenga esos Superpoderes.
Al mismo tiempo, no es conveniente ser vulnerable en ciertas cosas que nos pueden perjudicar grave e inútilmente. Si uno deja su felicidad o su estabilidad emocional en manos ajenas corre demasiado riesgo. Si el equilibrio depende del comportamiento o las acciones de otras personas, que es algo incontrolable, no será fácil encontrar una estabilidad y tranquilidad que dependan de uno.
Ser vulnerable sin tener lo relacionado con ello conocido y resuelto proporciona demasiada inestabilidad e inconvenientes. Ahí puede nacer el miedo y ese miedo puede contagiar de desconfianza e intranquilidad. Tratar de ocultarla o negar el reconocimiento de esta realidad se vuelve en nuestra contra. Lo mejor es ser consciente de su existencia, de sus ventajas e inconvenientes, y convivir con ella en armonía. Ser vulnerable es estar vivo.
La honestidad y la trasparencia personal te hacen vulnerable. Mostrarte a la gente -y a la vida- tal como eres implica mostrar también tu vulnerabilidad, pero no hacerlo así y ocultar esa parte –que puede parecer una noble protección- impide que te puedas mostrar tal como realmente eres. Es cierto que quien se dé cuenta de que muestras también tus vulnerabilidades te apreciará más como la persona íntegra que te muestras. Este es un punto a valorar y es algo que sólo tú decides hasta qué punto exponer.
Ser vulnerable no es un signo de debilidad, es más bien de valientes esto de reconocerse y mostrarse tal como uno es: un Ser Humano sensible, incluso en algún aspecto frágil. Así somos, aunque el miedo a que nos hagan daño vuele sobre nuestra cabeza. Ponerse el disfraz de perfecto e irrompible no siempre queda bien.
Es un buen asunto sobre el que tal vez haya que cambiar el concepto que uno tiene.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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En mi opinión, está pendiente ese debate personal que nunca se afronta acerca de si llorar es positivo o negativo, si aporta o perjudica, si es necesario o es mejor evitarlo.
Llorar es la demostración de un estado emocional. Si uno vive sus emociones y sus sentimientos, tanto los placenteros como los desagradables, los ha de vivir hasta su extinción natural, sin reprimirlos… y sin prolongarlos artificial e innecesariamente.
Reprimir el llanto es reprimir las emociones y los sentimientos y éstos nos aportan lo que nos tienen que aportar solamente cuando los afrontamos con todas sus consecuencias. Y si eso nos lleva a pasar un mal rato… pues será necesario pasarlo, porque sólo de ese modo comprenderemos qué es lo que realmente nos duele o nos alegra, dónde están nuestros puntos sensibles, qué tenemos que comprender o reforzar. Nos dan una información que no vamos a poder conseguir de ningún otro modo. Reprimirlo es impedir que las emociones cumplan su cometido.
Las emociones forman parte de la sensibilidad del Ser Humano y ayudan a conformar la personalidad. Sin esa característica, como humanos seríamos incompletos porque es por medio de ellas que vamos formando una parte de nuestra base, vamos contactando con nuestra esencia, nos vamos realizando.
Soy absolutamente partidario de vivir con intensidad todas las emociones que se presenten en nuestra vida. Creo que reprimirlas, o negarlas es perderse un modo de aprendizaje acerca de uno mismo. En varias o bastantes ocasiones me he entrometido en situaciones que no tenían nada que ver conmigo, pero en las que veía que se estaba impidiendo la libertad de esa manifestación. Lo veo mucho en los entierros y con las personas que están sufriendo por algún motivo y lloran. “No llores”, se les dice con buena voluntad pero mal criterio. “Llora todo lo que quieras”, digo yo interviniendo. “Contacta con tu tristeza –eres humano-, con tu vacío, con tus emociones… deja que surtan el efecto necesario, que te hagan sentirte pequeño, roto, triste, humilde… déjalas que manifiesten y atiende y escúchate”.
Que ese llanto que proviene de un sufrimiento no sea solamente para sufrir, sino que sea para sanar. El llanto es terapéutico.
Llorar es sacar lo que nos duele, porque con las lágrimas se dicen cosas que las palabras no saben o no pueden decir. El corazón no puede más y lloras. Se presentan ante ti la desilusión, el fracaso, la angustia, la tristeza, el dolor… y lloras. ¿Qué otra cosa puedes hacer?, ¿enterrar el dolor o negarlo? No hay otra salida más sana que el llanto sin impedimentos hasta que se agote, hasta que se vaya con la última gota la última brizna de pena. Y entonces, en ese mismo instante, comienza tu resurrección.
¿En qué casos no es útil llorar? cuando le agregamos algo que es ajeno a su expresión natural, o sea que lloramos “porque soy muy desgraciado”, “la vida es una mierda”, “siempre me sale todo mal”, o cualquiera de esas frases que son acusativas aunque parezcan autocompasivas al mismo tiempo. Tampoco es un llanto sano cuando se trata simplemente de una pataleta o se falsifica con la insana intención de llamar la atención.
El llanto es sagrado. Es la expresión de tristeza de nuestra alma; es fruto del dolor más profundo, más cruel, y es la expresión de eso tan interno que no tiene voz ni palabras y sólo sabe hablar con un llanto prudente o desgarrado.
¿Llorar o no llorar? Llorar, por supuesto, siempre y cada vez que se presente un motivo necesario para hacerlo.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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En mi opinión, este gran desconocido que te acompaña desde el mismo día que naciste, que nunca te ha dejado solo ni en tus desesperaciones ni en los llantos, ni el amor ni en la derrota, ni en la salud ni en la enfermedad, este que eres tú en tu integridad… resulta ser además el gran olvidado.
¿Cuántas veces te has enfrentado al ejercicio profundo de parar, mirarte en un espejo, y decir en voz alta “SOY YO, ESTOY AQUÍ Y AHORA”?, ¿cuántas veces has hecho algo desde la consciencia plena y exacta de ser tú mismo?, ¿cuántas veces has tenido la absoluta consciencia de ser tú mismo?
Te levantas todos los días, te miras más o menos desatento en el espejo, a veces piensas que tendrías que hacer algo con tu vida pero sin concretar qué, desayunas, te ocupas de mil cosas, llega la noche y te acuestas. ¿En cuántos momentos te has observado desde la consciencia de lo que eres y de quien eres?, ¿cuánto tiempo te has dedicado a ti? Y no me refiero a comer, ver la televisión o leer, sino a reflexionar lo que es y significa “SOY YO, ESTOY AQUÍ Y AHORA”.
Hablo en todo momento de consciencia en el sentido de conocimiento y sensación de ti, de responsabilidad de ti, de percepción clara de ti siendo capaz de discernir cuándo eres tú y cuándo cualquiera de los personajes que interpretas.
Tener consciencia de uno mismo es darse cuenta, con una perfecta comprensión, de quién es uno mismo. Es algo más que el autoconocimiento, que casi siempre se queda en la idea de uno mismo y no profundiza hasta el Ser o hasta el Alma. La consciencia de Uno Mismo ha de abarcar lo visible y lo profundo, las emociones y la divinidad. Para ello se requiere una mente que no interfiera con sus opiniones y hasta sería conveniente que el diálogo durante ese descubrimiento personal se haga con sensaciones y no con palabras. Es mejor sentirse que pensarse.
Tener consciencia de uno mismo es la base sólida y única sobre la que se puede asentar un Proceso de Desarrollo Personal y donde se puede desplegar con plenitud la Inteligencia Emocional.
Sentir la consciencia de ser uno mismo es la comprensión profunda y verdadera de nuestras emociones, valores, limitaciones y motivaciones. O sea, nuestra esencia y nuestras posibilidades. Y es algo que se convierte en imprescindible porque a partir de ese autoconocimiento que ello nos aporta uno es consciente de lo que son utopías y lo que es realidad, con lo que uno evita caer en el drama del autoengaño. Uno sabe más y mejor quién es, cuáles son los puntos por donde se puede romper y dónde están sus fortalezas.
Tener consciencia de uno mismo es también saber escuchar las voces sabias y colaborativas internas, es entender que la intuición también forma parte de uno mismo, que es un don innato, y al mismo tiempo es descubrir la realidad verdadera que existe detrás de la fachada que mostramos al mundo y con la cual nos sentimos erróneamente identificados en la mayoría de las ocasiones. Yo no soy el que muestro ni el que veo ni el que creo: Soy el que soy.
Tomar consciencia exige atención y reflexión, porque el contacto con ese modo de conexión con la verdadera esencia y naturaleza, crea un canal de comunicación directo con lo interior de donde vienen voces que nos ayudan a encarrilarnos con sus observaciones y con sus preguntas –siempre las más adecuadas y no siempre las más cómodas-, con el recordatorio de que somos más de lo que aparentamos ser, de que estamos capacitados por encima de nuestras autolimitaciones.
Tener consciencia plena de uno mismo es una tarea que va a requerir de numerosos auto-encuentros. Se necesita tiempo para hacerse todas las preguntas y darse todas las respuestas. Y no es un camino fácil. Van a aparecer cosas que nos van a remover y otras que afectarán bastante y a la baja en el autoconcepto y por tanto a la autoestima. No todo va a ser malo, por supuesto, en ese descubrimiento global van a presentarse también –si somos objetivos- nuestras cualidades y veremos las cosas que nos aportan satisfacciones o aquellas de las que nos sentimos orgullosos y eso nos dará la ocasión de poder desarrollarlas aún más.
Atrévete. Date el placer de tomar conciencia y consciencia de ti mismo. Date la oportunidad de hacerlo. Dedícate unos minutos cada día y convierte ese ritual en el momento más esperado y, sin duda, en el más enriquecedor.
Recuerda: “SOY YO, ESTOY AQUÍ Y AHORA”.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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