Y La Luz iluminará la vida

Cuando crezcamos y ya queda poco, todo lo oculto aparecerá sin remedio. No habrá lugar donde esconderse o donde lamerse las heridas en soledad creando miedos y frustraciones.

Yo Soy el equilibrio, Yo siento el equilibrio, Yo estoy en equilibrio. 

Yo Soy la armonía, Yo siento la armonía, Yo estoy en armonía

Yo Soy la Paz, Yo Soy la Paz, Yo soy la Paz.

Esta sencilla fórmula nos pone en situación para encontrar el camino de la Luz, acercarnos a la llamada de nuestro corazón encontrar el Silencio que nos habla desde lo más profundo de nosotros mismos.

Escuchar el Silencio es Escuchar al Creador. Es encontrar nuestro camino y saber lo que tenemos que hacer sin demasiado esfuerzo, sólo escuchar. Jesús el gran Maestro El Cristo Cósmico. Nos invita al Silencio a escuchar profundamente lo que Dios Creador tiene para nosotros, lo que dirige y nos realiza.

No es tan difícil llegar a Dios, sólo hay que dejarlo entrar en nosotros, abrir las puertas de nuestro corazón, olvidarnos de las diferencias con los demás, de los prejuicios, del uno por encima del otro, incluso del bien y del mal, ya que si somos capaces de abrir la puerta al Amor el fuego iluminador de la Llama Violeta, que en ocasiones tambien es rosada, se instalará en nosotros y ya nunca volveremos a ser esos ególatras qque solo miran hacia el exterior.

Seamos valientes y abramos nuestros corazones a la LUZ.

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Comentarios

  • Gracias Jesús y si estoy de acuerdo que hay que abrir el Yo Soy y compartirlo con Dios para igualar la Luz y ascender junto a El limpios y armonicos. En esto estamos ahora ayudandonos unos a otros

    para que despertemos más y más hermanos. Saludos. 

  • Excelente meditacion, solo agregaria que abramos las puertas de nuestro corazon, no para que entre Dios, si no para que salga, al conectarnos con el universo la energia de nuestro interior se vuelve una sola con la energia cosmica identificandose asi una con otra fluyendo de forma maravillosa, dejemos salir al Dios que poseemos. Y abramos nuestro corazon para empatarnos con el Dios universal. Saludos

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