Te recuerdo, llevándote eternamente en mi alma, eres mi universal calma
Conmemoro los dulces momentos, como los mágicos vientos
Donde nuestros labios se unían, felices vivían
Nuestra inocencia, del hermoso despertar de conciencia.
Corríamos por la florecida pradera, abrazando a la nueva era
Escuchaba el divino palpitar de tu corazón, temblaba de luz mi alma y razón
Nuestras pieles rozaban como la delicada seda, cada recuerdo queda
Las miradas tocaban el cosmos, almas gemelas somos.
Tu sonrisa mi espíritu revitalizaba, yo más te amaba
Jugábamos como niños inocentes, dos chispas infinitas presentes
Oíamos la romántica canción, mientras visualizamos la majestuosa constelación
Te miraba dormir, contemplaba tu bello existir.
Pero tu misión ya la habías cumplido, tu hálito de vida en un accidente se había ido
Al principio no lo podía creer, no deseaba ver otro amanecer
Llorando te sentía a todo momento, estaba nervioso y confundido mi pensamiento
Teníamos tantos planes futuristas, escribíamos las esperanzas en nuestras listas.
Soñábamos en que nuestros hijos nacieran, y con nosotros crecieran
Fue un duro golpe para mi alma, no sentía calma
Cierta noche en un sueño te apareciste, mis gozos en espíritu reviviste
Estabas llena de luz y total humildad, me mirabas con dulzura y piedad.
Yo te abracé, y como una tierna criatura lloré
Me dijiste, “Mi amor yo estoy contigo, soy tu arcangelina y dulce abrigo…
La misión ya fue cumplida, por eso fui mi partida
Pero te estoy esperando, y todos los días cuidando…
Se feliz y continua tu vida, cumple el cometido en esta venida
Aumenta tu fe y templanza, vuelve a tener confianza
Ya que en espíritu eternamente estamos entrelazados, por siempre enamorados
Así que animo y valentía, sonríe al nuevo día”.
Un beso en la frente me diste, y como estrella fugaz desapareciste
Yo desperté reconfortado, por lo que me había dicho mi ser amado
Ahora vivo en plenitud y cumpliendo mi estadía, siento en momentos tus caricias y armonía
Gracias Dios por las almas gemelas en unidad, eres mi única verdad.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón.
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