SER DIOS Y HUMANO

SER DIOS Y HUMANO

En mi opinión, esa dicotomía en la que nos partimos, poniendo en un lado lo “animal” de nosotros y en el extremo opuesto -como si realmente fuera lo opuesto-, lo “celestial” –que cuesta reconocer y admitir en uno mismo-, nos hace encarar de un modo equivocado la relación con esa parte divina QUE SOMOS. Nos cuesta entenderla sin conflictos como algo nuestro, o algo que está en nosotros, y la llegamos a entender mejor y más fácilmente como algo exterior y ajeno que hemos de buscar en lo exterior y en lo ajeno para importarla e incorporarla.

Sólo a través del perfeccionamiento de la totalidad indivisible del hombre se puede llegar a la captación de lo divino y a la relación natural –o por lo menos de fraternidad- con ello.

El Reino de Dios, El Cielo, están dentro de la Conciencia humana, aunque en la mayoría de las ocasiones se encuentren relegados y olvidados.

Usamos una conciencia cotidiana –que nos orienta acerca de lo que es el bien y el mal para nosotros- que es nada más que un apunte mínimo de la Gran Conciencia, de aquello que Es, de lo que realmente somos: Divinos y Humanos.

No hay que salir afuera, no hay que escalar a un Cielo, no hay que aspirar al encuentro con algo que se haya en paradero desconocido y que nunca se presenta.

Hay que ahondar en el Ser Humano para reconocer y admitir la Grandeza, la Completitud, lo Divino, el conjunto indisoluble en el que uno ya contiene todo y sólo necesita darse permiso para creérselo y relacionarse con ello.

¿Qué mejor sitio para estar Dios que dentro de uno mismo?

¿Por qué o para qué buscar un Dios separado y alejado, en un lugar inaccesible, y enmascarado por desconocido, cuando ya está en nosotros?

Es lo correcto llegar al Uno Mismo a través de uno mismo.

Eso sí, se necesita partir de la certeza de contener en la unicidad todos los elementos que componen o pueden componer al Ser Humano, desde los miedos y las dudas, la torpeza y la magia, el infierno y lo trascendental, hasta la justicia y la Gloria.

Es lo correcto que el camino al Uno Mismo sea a través de uno mismo. Es lo más lógico. Todo está a mano y uno puede estar tan en Uno Mismo como desee sin necesidad de desplazamientos.

El Camino del Desarrollo Personal comprende la expansión hasta lo máximo de todas y cada una de las cualidades y virtudes que componen al Ser Humano.

El potencial que contenemos cada uno de nosotros requiere de nuestra atención y colaboración para poder expandirse hasta lograr llegar a ser tal como fue creado.

POTENCIA: Capacidad de llegar a ser.
ESENCIA: Aquello que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas.

“Somos Dioses en potencia”, se dice. Y en esencia también.

“Dios nos habita”, se dice. Y con razón. Pero no nos habita como pasajero de paso que va a quedarse una temporada, ni como un invitado ocasional, sino que está de manera permanente. Es su sitio.

No implica ninguna rebelión, ni presunción, ni es una apostasía, ni atenta contra ninguna de las religiones, el hecho de admitir como cierta la presencia de Dios dentro de uno.

Se requiere verdadera humildad para admitirlo así. Y esa humildad la aporta la propia divinidad que somos.

Te dejo con tus reflexiones…
“Oír o leer sin reflexionar es una tarea inútil”. (Confucio)

Francisco de Sales

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