¿QUÉ VA A QUEDAR DE TI CUANDO MUERAS?
En mi opinión, no somos del todo conscientes de las cosas que vamos haciendo a lo largo de la vida que, de algún modo, pueden dejar un recuerdo de nuestro paso por la vida de los otros.
Es evidente que algún día faltaremos, y que algún día alguien pensará en nosotros –en su relación con nosotros-, y es de suponer que también habrá alguien que nos recordará.
¿Cómo nos recordará?
Eso es importante. O es algo a lo que hay que darle importancia.
Será nuestro legado al mundo, la aportación que haremos al conjunto denominado Humanidad.
Nuestra huella será invisible en la distancia, cuando hayan fallecido los que nos pueden recordar, pero si con algún acto nuestro hemos conseguido transmitir algo a los que vengan después seremos socios creadores de esto que es la Vida.
Si con algo que hagamos o mostremos conseguimos que alguien aprenda algo que luego trasmitirá, o hacemos que una sonrisa aflore en sus labios, o despertamos una amable nostalgia cuando ya no estemos, habremos colaborado en el mejoramiento de su vida. Sin duda.
Todos vamos cambiando con las experiencias que vamos viviendo, y nuestra amabilidad, nuestro cariño, la atención, la vitalidad o el entusiasmo que podamos mostrar a los otros pueden ser parte del aprendizaje que ellos trasmitan a sus descendientes.
Parece pretencioso, o exagerado, pero yo no lo creo así. Si somos conscientes de que de algún modo hemos ido cambiando en los últimos años, podemos comprobar que la interacción con los demás tiene algo que ver con ello. Que aprendemos de los otros o con los otros. Que son los ajenos quienes con su ejemplo, o su enseñanza -directa o subliminal- intervienen también en nuestra evolución.
¿Y qué vas a dejar de ti cuando te mueras?
¿Qué podrán decir de ti que sea bueno?
¿Se les iluminarán los ojos y lo rubricarán con una sonrisa cuando tu nombre o tu evocación se hagan presentes?
No te vas a llevar nada pero sí vas a dejar algo, y es mejor que por lo menos sea un buen recuerdo, que las personas sientan una hermosa emoción, que disfruten la alegría de haberte conocido y haber compartido una parte de tu vida mientras estuviste aquí.
Es bueno ser conscientes de esto y hacer algo por legar cualquiera de esas cosas agradables que a todos nos satisfacen. Y nos puede servir como ejemplo cualquiera de los seres queridos que ya no están y que al rememorarlos nos dejan, además de la tristeza por su ausencia, un gusto agradable, una expresión amable, o un reguero de amor.
¿Cómo te gustaría que te recordasen tus seres queridos?
¿Y estás haciendo algo para que sea así?
La atención a uno mismo es imprescindible, la atención a los sueños y deseos, pero también lo es la atención a lo que legamos por las consecuencias de nuestros actos, a lo que creamos en los otros con nuestra dedicación o con la desatención.
¿Cuidas a tus seres queridos?, ¿eres amable con los desconocidos?, ¿tienes siempre el mejor comportamiento posible?, ¿prestas atención a aportar felicidad a los otros?, ¿demuestras interés y consideración cuando estás con alguien?, ¿cómo será lo que dejes?
Si crees que este es un asunto interesante, revísalo.
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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