Comer carne: como afecta nuestra salud  

Comer carne: como afecta nuestra salud - PARTE 2

Comer Carne: como afecta a nuestra salud Parte 3

Comer carne: como afecta a nuestra salud Parte 4

 

 Comer carne: como afecta a nuestra salud Parte 5

 

 COMER CARNE TE ENFERMA - (COMPLETO)

¿POR  QUÉ  MATAR  ANIMALES  SI  HAY  OTRAS FUENTES  DE  ALIMENTACIÓN?

Nuestro Gran Padre nos doto de un planeta lleno de vida, pero no fue para que acabáramos con esa vida, sino para que cuidáramos de ella porque a nosotros la raza humana nos dio  algo maravilloso que es el don del raciocinio,  por lo que  si podemos razonar somos los encargados de cuidar de la vida que Él nos dio para hacer de este un planeta prospero que respete a la vida; pero no fue así, decidimos creer que  pasando por encima de seres inocentes y utilizándolos como alimento para nuestro cuerpo obtendríamos mayor fuerza y poder. El poder lo da la vida y si la vida da el

Poder hay que respetarle para ser más fuerza uno mismo, como podemos ser poder, como podemos ser fuerza si nos alimentamos de muerte, de  la carne muerta de un ser inocente que confió en nosotros y al que finalmente matamos sin permitirle  continuar su existencia.

El poder sobre la vida, solo lo tiene El Padre y si por conducto de Su Hijo nos hizo saber que no debemos matar, entonces debemos respetar toda la vida. Primero que nada quiero comentarle que la palabra vegetariano no significa  comedor de vegetales sino que “vegetariano” deriva de la palabra latina “vejetas” que significa crecer,  estar fuerte, vigoroso, completo, fresco, lleno de vida,  por lo que este termino se aplica a una persona que se abstiene de comer todo tipo de carnes, ya sean blancas o rojas.                                                                                                                                                Los seres humanos no somos seres carnívoros, porque  nosotros masticamos. La mandíbula inferior del humano posee la capacidad de realizar movimientos laterales característicos de los animales herbívoros y frugívoros, además trituramos los alimentos para posteriormente tragarlos, en cambio un animal carnívoro tiene garras para atrapar a su victima, colmillos para desgarrar su piel y su carne, dientes puntiagudos y cortos, desgarra y engulle inmediatamente , no mastica ni tritura, solo corta, desgarra y traga;  mientras tanto nosotros no tenemos garras ni colmillos, propios para desgarrar la carne de un animal, ni poseemos la habilidad para cazar sin armas.

  

Cuando un animal carnívoro tiene hambre esta alerta para cazar a su presa, la atrapa, le  atraviesa la garganta con sus colmillos mientras la sujeta con sus garras, pero no solo come su carne, sino también todas sus vísceras y bebe la  sangre de ese animal recién muerto. Un animal carnívoro caza sin armas, posee los sentidos necesarios para seguir la pista de su victima, tiene un olfato y una vista muy aguda,  corre tan rápido que es capaz de atrapar animales muy veloces.

El comer carne de un animal muerto significa comer muerte, porque es un cadáver de lo que fue un ser que en un momento tuvo vida.  Esta carne muerta inmediatamente inicia su proceso de putrefacción. El mayor inconveniente de la putrefacción proviene, no de la alteración del gusto, sino de las toxinas muy nocivas producidas por las bacterias de la putrefacción

Dígase a usted mismo si podría  comer la carne y  beber la sangre directamente de del animal recién  muerto.  No es así, ¿verdad?. Antes tiene que disfrazar su sabor con condimentos, sal  o simplemente con la cocción.

¿Alguna vez ha visitado usted un rastro?. Pues es aterrador, los animalitos son muertos cruelmente y sus gritos de dolor y terror son insoportables, sus cuerpos sangrantes  y sin vida son un espectáculo repugnante a la vista de cualquiera.

La carne sin vida de un animal muerto contiene además sustancias que son tóxicas para nuestro organismo como la adrenalina que se genera en el cuerpo del animal al momento de su muerte debido a  la angustia que le provoca ser asesinado, tiene también  sustancias de desecho del trabajo muscular propias del animal como urea, ácido láctico;  hormonas del crecimiento que se le da al animal para que engorde y crezca rápidamente así como antibióticos que son administrados en las granjas o ranchos y estos residuos o sustancias tóxicas pasan a la sangre de la gente que come carne.

Cabe mencionar que una de 6 hormonas del crecimiento utilizadas para el engorde y  crecimiento de los animales, en especifico la 17beta-oestradiol es absolutamente cancerígena según un informe del Comité Científico en Medidas Veterinarias de la Unión Europea. Así como también las demás hormonas utilizadas para este fin.

Los animalitos destinados al  consumo humano generan una gran cantidad de  estrés   ya que son manipulados genéticamente, inseminados artificialmente,  marcados con fierros ardientes y mutilados sin anestésicos; cortadas sus orejas, picos y  colas ya que debido a las condiciones tan aberrantes del hacinamiento y el maltrato a las que son sometidos estos animalitos se automutilan o se vuelven locos, además de generar enfermedades debido a este gran estrés que enfrentan.

Las condiciones de hacinamiento en las que viven son tremendas, las crías son separadas de sus madres a los pocos días de nacidos y puestos en jaulas que impiden el movimiento del animal. El sufrimiento de estos animales es desgarrador, debemos razonar y comprender que los animales no son objetos, son seres que tienen sentimientos,  son pacíficos  y  merecen todo nuestro respeto ya  que si “supuestamente somos la forma de vida más inteligente en este planeta” deberíamos cuidarlos y respetar su vida.

La tan popular “carne blanca de ternero” es una carne que proviene del sufrimiento intenso del animal,  ya que además de ser separados de su madre a los pocos días de nacidos, son colocados en jaulas ligeramente más grandes que ellos mismos,  muchas veces son atados para disminuir sus movimientos. Así los músculos del ternero no tiene la oportunidad de desarrollarse y su carne permanece blanda. Su alimentación consiste solo en sustitutivos de leche con mucha grasa, sin hierro ni fibra, para así mantener la carne blanca, sin sangre. Los terneros seleccionados para la producción de carne llegaran, como máximo, a la edad de seis meses.

Desde el momento en el que se priva de la vida al animal, se inicia la descomposición de cada una de las células de su cuerpo es decir empieza la putrefacción del cadáver. Por lo tanto el consumo de carne aumenta considerablemente la putrefacción intestinal ya que 1 g de carne contiene aproximadamente 5 millones de bacterias y la cocción no alcanza a destruir a la gran mayoría.

Además de esto, la industria de la carne le adiciona a esta,  sustancias altamente cancerígenas como los nitratos, nitritos y otros preservantes. Los nitritos y nitratos proporcionan a la carne una la coloración rojiza sinónimo de frescura y calidad para los consumidores.

Pero, ¿cuál es la diferencia entre el aparato digestivo de un carnívoro y el del hombre?. Para empezar los seres humanos iniciamos la digestión de los carbohidratos desde la boca, ya que tenemos una enzima llamada ptialina la cual ayuda a digerir a los carbohidratos. En cambio un animal carnívoro, como por ejemplo el lobo, no tiene esta enzima en la saliva y tampoco mastica sus alimentos como ya lo vimos anteriormente, por lo cual la presencia de esta enzima resulta inútil. Además un animal carnívoro posee un intestino bastante más corto que el intestino humano, esta adaptación es con la finalidad de llevar a cabo una rápida digestión de las proteínas de la carne cruda y huesos crudos, por lo que los carnívoros tienen un ph  gástrico (grado de alcalinidad o acidez del estomago) mas ácido, además de que su estomago segrega 10 veces más  ácido clorhídrico para llevar a cabo la digestión de las proteínas de la carne, huesos,  cartílagos  y al mismo tiempo  matar al mayor número de bacterias posibles.

Una comparación en el ph del ácido clorhídrico de un carnívoro y el hombre sería la siguiente: el ph del ácido clorhídrico del estómago de un carnívoro es inferior o igual a 1 (más ácido) y el del ser humano es de 2-4 (más alcalino).

Por la longitud de nuestros intestinos se puede decir que la digestión del ser humano es predominantemente intestinal y no estomacal como sucede en los carnívoros. Así pues  del 100% de la digestión el 95 % se realiza a nivel intestinal (duodeno).

El estómago de un animal carnívoro, este preparado para digerir las carnes porque  tiene unas túnicas musculares muy fuertes para evitar que los pedazos de carne sin masticar lesionen o lastimen demasiado las paredes del estómago, posee también  un ph suficientemente ácido y bastante en cantidad para llevar a cabo la digestión de la carne. Todo lo contrario sucede con el estómago de un ser humano, ya que las túnicas musculares son más débiles y el ph no es bastante ni lo suficientemente ácido como para digerir la carne. Sin embargo lo hace,  representando todo esto  un sobreesfuerzo para  todos los órganos involucrados en la digestión (páncreas, vesícula biliar, hígado, etc.),  ya que nuestro organismo tiene que secretar cantidades muy grandes de ácido clorhídrico,  de jugos pancreáticos y sales biliares para poder digerir la gran carga proteínica  y grasa saturada que se encuentra en las carnes.

En el ser humano la trituración suficiente  de los alimentos impide que estos lesionen la mucosa  del tubo digestivo y esta trituración aumenta la facilidad con que el quimo ácido del estómago (mezcla de alimentos) es vaciado al intestino delgado y de ahí a los segmentos dístales, siempre y cuando  este quimo no sea hiperácido.

Al comer la carne,  el organismo humano tiene que secretar una gran cantidad de ácido gástrico para poder iniciar la digestión de las proteínas, pero como el quimo es tan ácido y no puede pasar así al intestino delgado ya que este  no soporta quimos hipérácidos, se secretan los jugos pancreáticos y las sales biliares con la finalidad de alcalinizar la tremenda acidez  de ese quimo hiperácido  cargado de peptonas (productos de la degradación de las proteínas)  y grasas saturadas debido al exceso de una comida proteínica.

La longitud del intestino humano y la debilidad de sus paredes comparada con la longitud del intestino y la fuerza de las paredes de un carnívoro, pone en evidencia que el intestino humano necesita de excitaciones musculares prolongadas y débiles, ya que como se comento antes,  la digestión es predominante intestinal, porque su contenido ha de absorberse lentamente.

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