"Los casos de suicidio son innumerables, pero pueden clasificarse en tres categorías. Tienen como causa o bien una carencia en la inteligencia, o bien una carencia en el corazón o bien una carencia en la voluntad. Si tenéis una buena comprensión de las cosas, si sabéis que existe un mundo divino habitado por una multitud de seres espléndidos, y que es ese mundo divino el que ha impreso su marca en el mundo físico… si sabéis que los sentimientos y los deseos son de una fuerza tal que con paciencia y tenacidad llegaréis a realizarlos… finalmente, si conseguís dominaros, si dejáis de satisfacer únicamente a vuestras pasiones, y consideráis todas las dificultades como un medio de ejercitar vuestra voluntad, nunca decidiréis poner fin a vuestra vida voluntariamente. Ni la miseria, ni las privaciones, ni las enfermedades ni la soledad podrán venceros, seréis vosotros los que triunfaréis.
Algunos pensadores, viendo los efectos negativos de la influencia familiar, han querido remediarlo poniendo en entredicho la existencia misma de la familia: según ellos, ya no es la familia la que debe asegurar la educación de los hijos, sino instituciones controladas por el Estado. Se trata de concepciones deplorables que dan resultados catastróficos. Los niños se convierten en pequeños monstruos, extraños a sus padres, y en determinadas circunstancias llegan incluso a denunciarles a la policía; ¡Es terrible! No hay que destruir la familia. Los miembros de una familia tienen entre ellos vínculos sagrados. Hay que proteger a la familia, pero simplemente ampliando la comprensión. Esta ampliación necesita todo un trabajo y ahora corresponde aportarlo a la juventud."
Algunos pensadores, viendo los efectos negativos de la influencia familiar, han querido remediarlo poniendo en entredicho la existencia misma de la familia: según ellos, ya no es la familia la que debe asegurar la educación de los hijos, sino instituciones controladas por el Estado. Se trata de concepciones deplorables que dan resultados catastróficos. Los niños se convierten en pequeños monstruos, extraños a sus padres, y en determinadas circunstancias llegan incluso a denunciarles a la policía; ¡Es terrible! No hay que destruir la familia. Los miembros de una familia tienen entre ellos vínculos sagrados. Hay que proteger a la familia, pero simplemente ampliando la comprensión. Esta ampliación necesita todo un trabajo y ahora corresponde aportarlo a la juventud."
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