Una bella ángel a la tierra fue enviada, por una misión encomendada
Para un hombre cuidar, de espiritual amar
Ella lo protegía, a todo lado lo seguía
Brindándole dulce cariño, él sonreía como niño.
El hombre sentía la presencia, del ángel del despertar de la conciencia
Conectándose en la meditación, donde palpitaba del terrícola el corazón
En su espíritu observaba una arcangelina hermosa, parecía una humilde diosa
Su perfume mágico y potente, donde descansa la paz interior del ente.
Ojos cristalinos, cabellos celestes finos
Dulzura insuperable, poder amable
Se unían para danzar al ritmo celestial, emanaban agua viva del manantial
Cantaban en divina gloria, todo era positiva victoria.
Sus espíritus se entrelazaron, transparentemente se amaron
Ella más humana se sentía, percibía ya la noche y el día
Cuidaba los sueños del hombre, donde el tiempo y el espacio no tenia nombre
Lo abrazaba con ternura, llegaron los deseos convirtiéndose en semi pura.
Él sentía lo mismo por la bonita arcangelina, donde la tierra y el cielo combina
Pero un superior arcángel no estuvo de acuerdo, en la relación de los dos estaba interviniendo
El hombre fue llevado a otra dimensión, borrando su mente de toda terrenal expresión
Convirtiéndolo en un ángel celeste, y que su presencia a la tierra por mucho tiempo no se muestre.
En la tierra fue dejada ella, recordando toda huella
En semi humana se convirtió, la tristeza la invadió
En las altas montañas fue su estadía, al lado de los estanques llorando permanecía
Muchos en las tardes la solían ver, pero al momento se sabía esconder.
Sé que en algún tiempo ella al tercer cielo viajará, el resplandor volverá
Por ahora no se ha cumplido ese día, donde todas las noches canta la triste melodía.
Bella ángel hoy te brindo mi cariño, yo seré tu tierno niño
Volveremos a sonreír, y por la eternidad, felices vamos a vivir.
La deuda fue pagada, mi dulce y tierna hada
Se tu amorosa historia, almas gemelas por siempre hasta gloria
E vuelto a venir, para contigo en todas las vidas vivir
Gracias Dios por los ángeles antepasados, por siempre serán recordados.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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