¿NECESITAS DISCIPLINA?
En mi opinión, existe una queja muy generalizada acerca de la falta de disciplina personal y existe también otra queja por eso de no ser capaces de imponerse unas normas con firmeza para que sean cumplidas. Son menos habituales las personas que se marcan unas normas o propósitos y los cumplen rigurosamente.
Esa falta de disciplina nos lleva directamente al arrepentimiento –al comprobar OTRA VEZ, al acabar cada día, que no hemos hecho lo que nos habíamos propuesto hacer-, a la auto-agresividad del insulto, la rabia, la frustración, el enojo, el odio hacia uno mismo; a recibir un golpe directo y duro en la Autoestima porque no haber cumplido hace que nuestro Autoconcepto salga perjudicado. Es una forma de abrir la puerta para que entre el desamor.
Todos nos proponemos metas o logros. Para conseguirlos es necesario –lo primero- que estén claramente definidos, que sean posibles de alcanzar –aunque requieran de un esfuerzo-, que se ponga voluntad y… disciplina. Empeño. Constancia. Un interés que no decaiga.
Cuando uno tiene un plan, o un deseo –o una obligación que cumplir- no siempre va a estar motivado, así que es conveniente ser disciplinado. En un inteligente juego de palabras se dice que “la disciplina es hacer lo que realmente no quieres hacer para poder hacer lo que realmente quieres hacer”. Así se explica. Esfuerzo. Sacrificio. Obediencia a una idea. Si quieres llegar a veces te tienes que obligar a caminar y eso se consigue con un convencimiento firme en que el sacrificio que impone la disciplina a veces es imprescindible ya que es el ingrediente más importante del éxito. No hay éxito sin disciplina: la suerte es el resultado visible del esfuerzo invisible.
No hace falta sólo talento para obtener los logros, también se necesita firmeza y perseverancia. Casi nada es fácil. Abraham Lincoln dijo que “disciplina es saber escoger entre lo que quieres ahora y lo que más quieres”. Tan claro y tan cierto como eso, porque si quieres alcanzar tus sueños has de recordar que el hecho de que haya o no disciplina marcará la diferencia entre ellos y la realidad. Se convierte en una aliada indispensable porque nos ayuda a crear.
La disciplina es dura a veces, pero más dura es la decepción de lo no logrado por la falta de ella. Una mente disciplinada que conoce con claridad lo que quiere allanará el camino hacia los logros deseados. No basta con querer, hay que hacerlo.
Cuando hay un deseo fervoroso, cuando alguien realmente quiere algo, en el interior se mueven fuerzas con ese objetivo. La forma de aprovecharlas es la atención consciente y continuada a ellas, y eso se logra con una voluntad que se empeña en conseguirlo; esa voluntad sólo se mantiene constante –lo que es imprescindible- con la colaboración del orden en la conducta que proviene la disciplina.
Jesse Owens, atleta ganador de 4 medallas de oro en los Juegos Olímpicos y poseedor en su tiempo de 3 récords mundiales, hablando del logro de sus éxitos dijo: “Todos tenemos sueños. Pero para convertir los sueños en realidad, se necesita una gran cantidad de determinación, dedicación, autodisciplina y esfuerzo”. Los éxitos no los regalan.
Después de la lectura de todo lo anterior se supone que ya hay que tener afianzado el convencimiento de la importancia que tiene, de lo imprescindible que es, de la necesidad de ponerla a colaborar con nosotros.
Escribir los artículos que escribo me sirve para enterarme de lo que pienso y de lo que siento y para darme cuente. Concretamente este lo he escrito para mí porque necesito disciplina. A partir de ahora, SÍ voy a llevar bien este asunto. ¿Y tú?
Te dejo con tus reflexiones…
Francisco de Sales
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