¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame al cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.- Cuando te entregues a mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios.- No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.-
Cierra los ojos del alma y dime con calma: ¡JESÚS, YO CONFÍO EN TÍ!
Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos sobre lo que puede suceder después.- No estropees mis planes queriéndome imponer tus ideas.- Déjame ser DIOS y actuar con libertad.- Entrégate confiadamente a mí.- Reposa en mí, deja en mis manos tu futuro.- Dime con frecuentemente: ¡JESÚS, YO CONFÍO EN TÍ!.- Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera.-
Cuando me dices: ¡JESÚS, YO CONFÍO EN TÍ!, no seas el paciente que le dice al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo.- Déjate llevar por mis brazos divinos, no tengas miedo, yo te amo.- Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu oración, sigue confiando..., cierra los ojos del alma y confía.-
Continúa diciéndome a tosa hora: ¡JESÚS, YO CONFÍO EN TÍ!
Necesito las manos libres para poder obrar.- No me ates con tus preocupaciones inútiles.- Satanás quiere eso: agitarte, angustiarte y quitarte la paz.- Confía sólo en mí, reposa en mí, entrégate a mí, yo hago los milagros en la proporción de la entrega y confianza que tienes en mí.- Así que no te preocupes, echa en mí todas tus angustias y duerme tranquilo.- Dime siempre: ¡JESÚS, YO CONFÍO EN TÍ! y verás grandes milagros, te lo prometo por mi amor.-
QUE DIOS TE BENDIGA
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