Tomás un niño muy soñador, vibrante en amor
Creativo, verdaderamente intuitivo
Deseaba mágicamente soñar
Para la dimensión fantástica tocar, y viajar al mundo avatar.
El universo le cumplió su anhelo, ingresó en profundo sueño y fue al fantástico cielo
Se observaba como un ángel, su espíritu relucía como arcángel
Sus ojos brillaban, con los bellos muñecos bailaba
Volaba por la divina presencia, del maravilloso despertar de conciencia.
Cantaba junto a los elfos, no existían los tiempos
Todo era felicidad, conoció su deidad
Con las hadas, gnomos, ninfas danzaba, con los maestros ascendidos jugaba
Con Merlín aprendía magia universal, su corazón era de oro especial.
Nadaba con las sirenas y los serafines, en el agua de vida sin fines
Reía como niño, a los elementales les hacia un guiño
Los rayos de Zeus tomaba, todo era una dulce morada
Flechaba corazones con Cupido, de luz amarilla estaba vestido.
Abrazaba la naturaleza, acariciaba a los animalitos con delicadeza
Hacia figuras en geometrías sagradas, conoció las almas consagradas
Al despertar, sintió su niño avatar, agradeciendo al cielo como el cristalino hielo
Gracias Dios por los mágicos deseos de Tomás, en la siguiente poesía aun hay más.
Bendiciones,
Yider Elder Araque Cerón
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