Esta semana he escuchado que mis consultantes se quejan de no pueden soltar. No podemos vivir sin soltar, pero no nos damos cuenta que cada vez que soltamos una carcajada, ¡estamos soltando!; cuando suspiramos ¡estamos soltando!, cuando decimos ¡ya no puedo mas!, soltamos. ¡Al dormir soltamos! ¡al tener orgasmos ¡soltamos!.
Bendiciones, Marcela Rubio Blazquez!!
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